Diego estaba en medio de una vorágine de emociones y preparativos para lo que sería uno de los días más importantes de su vida: su boda con Alicia. Apenas quedaban dos semanas para la ceremonia, y la expectación y los nervios le revolvían el estómago a cada minuto que pasaba. Las invitaciones habían sido enviadas, el lugar de la boda había sido meticulosamente decorado y el vestido de novia de Alicia había sido escogido con el más exquisito cuidado. Todo estaba planeado al detalle, o al menos eso creía Diego.
Su vida estaba completamente abrumada por los detalles del evento que sellaría su compromiso con Alicia. Por otro lado las reuniones de trabajo se habían vuelto más intensas que nunca, como si el universo mismo conspirara para poner a prueba su capacidad de concentración y dedicación. Justo en medio de este frenesí laboral, surgió un viaje de negocios que lo llevaría a una ciudad distante.
Fue en ese viaje que Diego conoció a Sebastián, un hombre con una presencia intrigante y magnética. Sus caminos se cruzaron en el hotel donde ambos se hospedaban durante la conferencia a la que asistían. La casualidad los llevó a compartir una mesa en el desayuno de su primer día en el hotel, y a partir de ese momento, sus conversaciones se convirtieron en la parte más destacada de sus días.
La personalidad de Sebastián era cautivadora. Era un hombre apuesto con un aire enigmático que atraía a cualquiera que lo rodeara. Tenía la habilidad de hacer que cada conversación se sintiera como un viaje profundo a través de la vida, el trabajo y el amor. Sus opiniones y perspectivas eran cautivadoras, y su forma de expresarse hipnotizaba a Diego.
Los días transcurrieron rápidamente, y el prometido de Alicia no podía evitar pasar más tiempo con Sebastián. Juntos exploraron la ciudad después de las largas jornadas de trabajo. Descubrieron restaurantes locales, se aventuraron en rincones secretos y compartieron risas en medio de conversaciones profundas. A medida que el tiempo avanzaba, la extraña conexión entre ellos se hacía más evidente y poderosa.
Diego, aunque se esforzaba por concentrarse en su compromiso con Alicia, no podía evitar pensar en Sebastián incluso cuando no estaban juntos. Durante las noches solitarias en su habitación de hotel, su mente se llenaba de imágenes y pensamientos relacionados con el, en lugar de las preocupaciones nupciales que deberían haber ocupado su mente.
La situación lo atormentaba. Estaba comprometido con Alicia, y aquí estaba, sintiendo una atracción arrolladora hacia otro hombre. La culpa y la confusión se apoderaban de él, y no sabía cómo lidiar con este torbellino emocional que amenazaba con arruinar su boda. En el fondo de su corazón, Diego sabía que debía enfrentar la verdad de lo que estaba sintiendo y tomar una decisión. El amor y la confusión se mezclaban peligrosamente en su interior, y la sombra de Sebastián se cernía sobre su compromiso con Alicia. La extraña conexión que había surgido en ese viaje de negocios estaba a punto de cambiar su vida de una manera que nunca podría haber imaginado.
His life was completely overwhelmed by the details of the event that would seal his commitment to Alicia. On the other hand, work meetings had become more intense than ever, as if the universe itself conspired to test his ability to concentrate and dedicate himself. Right in the midst of this work frenzy, a business trip to a distant city arose.
It was on that trip that Diego met Sebastián, a man with an intriguing and magnetic presence. Their paths crossed at the hotel where both were staying for the conference they were attending. Coincidence led them to share a table at breakfast on their first day at the hotel, and from that moment on, their conversations became the highlight of their days.
Sebastián's personality was captivating. He was a handsome man with an enigmatic aura that drew anyone around him. He had the ability to make every conversation feel like a deep journey through life, work, and love. His opinions and perspectives were captivating, and his way of expressing himself mesmerized Diego.
The days passed quickly, and Alicia's fiancé couldn't help but spend more time with Sebastián. Together, they explored the city after long days of work. They discovered local restaurants, ventured into secret corners, and shared laughter amidst deep conversations. As time went on, the strange connection between them became more evident and powerful.
Despite his efforts to focus on his commitment to Alicia, Diego couldn't help but think about Sebastián even when they were apart. During lonely nights in his hotel room, his mind filled with images and thoughts related to him, instead of the wedding concerns that should have occupied his thoughts.
The situation tormented him. He was committed to Alicia, and here he was, feeling an overwhelming attraction to another man. Guilt and confusion consumed him, and he didn't know how to deal with this emotional whirlwind that threatened to ruin his wedding. Deep in his heart, Diego knew he had to confront the truth of what he was feeling and make a decision. Love and confusion dangerously intertwined within him, and Sebastián's shadow loomed over his commitment to Alicia. The strange connection that had emerged on that business trip was about to change his life in a way he could never have imagined.
A medida que pasaban los días, se vio atrapado en una encrucijada emocional cada vez más compleja. Lo que comenzó como una simple amistad con Sebastián se convirtió en algo mucho más profundo y desconcertante. Había una atracción romántica que lo perturbaba profundamente, una chispa incontrolable que amenazaba con consumir sus pensamientos y su corazón.
Las noches se convirtieron en un campo de batalla emocional para Diego. En lugar de encontrar la tranquilidad necesaria para descansar antes del día de su boda, se encontraba inmerso en pensamientos inquietantes sobre Sebastián. Su mente daba vueltas una y otra vez, tratando de entender lo que estaba sucediendo. La culpa lo invadió a medida que se daba cuenta de que su compromiso con Alicia se estaba desmoronando. Habían planeado su futuro juntos, habían compartido sueños y esperanzas, y ahora, en el último tramo hacia el altar, se encontraba obsesionado con otro hombre. Diego se preguntaba si alguna vez había amado realmente a Alicia o si todo había sido una ilusión.
En una noche especialmente tormentosa, Diego se atrevió a confrontar sus emociones. Se sentó solo en la oscuridad de su habitación de hotel, una habitación que solía ser un refugio seguro pero que ahora era testigo de su conflicto interno. Cerró los ojos y se permitió sentir todo lo que había estado evitando. El recuerdo de los momentos compartidos con Sebastián lo abrumó. Recordó la risa compartida en ese restaurante local, las miradas profundas que intercambiaban y la complicidad que se había desarrollado entre ellos. Diego se dio cuenta de que, en el fondo de su corazón, estaba enamorándose de Sebastián de una manera que nunca había experimentado antes.
La confusión se mezcló con el miedo mientras Diego se enfrentaba a una pregunta que no podía ignorar: ¿Debía seguir adelante con su boda con Alicia sabiendo que su corazón estaba en otro lugar? Se sintió atrapado entre dos mundos, incapaz de encontrar una solución que no causara dolor. Sabía que debía tomar una decisión, pero el temor a herir a Alicia y la incertidumbre sobre lo que realmente quería lo mantenían paralizado. Pasaron noches en vela, reflexionando sobre su vida y sobre cómo había llegado a este punto. Había una parte de él que deseaba que todo fuera un sueño pasajero, que pudiera borrar sus sentimientos por Sebastián y volver a la seguridad de su relación con Alicia.
Sin embargo, con cada día que pasaba, la conexión con Sebastián se hacía más fuerte y la necesidad de ser honesto consigo mismo se volvía ineludible. Diego sabía que no podía casarse con Alicia mientras sus pensamientos y su corazón estuvieran divididos de esta manera. Pero enfrentar la verdad sería doloroso y desgarrador, no solo para él, sino también para la mujer a la que había prometido amar y cuidar.
Nights became an emotional battleground for Diego. Instead of finding the necessary tranquility to rest before his wedding day, he was immersed in unsettling thoughts about Sebastián. His mind spun in circles, trying to make sense of what was happening. Guilt invaded him as he realized his commitment to Alicia was crumbling. They had planned their future together, shared dreams and hopes, and now, in the final stretch towards the altar, he was obsessed with another man. Diego wondered if he had ever truly loved Alicia or if it had all been an illusion.
On an especially tumultuous night, Diego dared to confront his emotions. He sat alone in the darkness of his hotel room, a room that used to be a safe haven but was now a witness to his internal conflict. He closed his eyes and allowed himself to feel everything he had been avoiding. The memories of moments shared with Sebastián overwhelmed him. He remembered the shared laughter at that local restaurant, the deep gazes they exchanged, and the bond that had developed between them. Diego realized that deep in his heart, he was falling in love with Sebastián in a way he had never experienced before.
Confusion mixed with fear as Diego confronted a question he couldn't ignore: Should he go ahead with his wedding to Alicia knowing that his heart was somewhere else? He felt trapped between two worlds, unable to find a solution that wouldn't cause pain. He knew he had to make a decision, but the fear of hurting Alicia and the uncertainty about what he truly wanted kept him paralyzed. Sleepless nights passed as he reflected on his life and how he had come to this point. There was a part of him that wished it was all a passing dream, that he could erase his feelings for Sebastián and return to the security of his relationship with Alicia.
However, with each passing day, the connection with Sebastián grew stronger, and the need to be honest with himself became unavoidable. Diego knew he couldn't marry Alicia while his thoughts and heart were divided in this way. But facing the truth would be painful and heartbreaking, not just for him but also for the woman he had promised to love and care for.
El día de su regreso a casa llegó y después de lo que había sido un viaje de negocios emocionalmente agotador, Diego regresó a su ciudad natal, llevando consigo una tormenta de emociones que no podía ignorar. Las dos semanas que quedaban hasta su boda con Alicia se volvieron una montaña rusa de confusión, miedo y anhelo. El tiempo corría implacablemente, y el hombre sabía que no podía posponer más la confrontación con la verdad que había estado evitando.
Cuando finalmente pisó su hogar, Alicia lo recibió con una sonrisa radiante y una emoción palpable en sus ojos. La alegría de verlo después de su viaje fue genuina, y Diego sintió un nudo en la garganta. Sabía que tenía que hablar con ella, que no podía mantener en secreto lo que había estado sintiendo.
Después de una cena tranquila en casa, cuando la tensión en la habitación era casi palpable, Diego se atrevió a abordar el tema.
—Alicia—. dijo con voz temblorosa—. Necesito hablar contigo sobre algo importante.
El corazón de Alicia latía rápidamente mientras asentía con cautela, sintiendo que algo inusual estaba sucediendo.
La habitación estaba llena de tensión y emociones desbordantes mientras Alicia escuchaba toda la verdad; su rabia hacia su supuesto prometido iba aumentando. Cada palabra era como un cuchillo que se clavaba en el corazón de la joven, quien se encontraba paralizada por las emociones.
Pero entonces, Alicia, con los ojos llenos de lágrimas y el rostro empapado, salió corriendo de la habitación. Diego la persiguió a toda prisa, llamándola desesperadamente, pero Alicia estaba decidida a escapar de la situación que se había vuelto demasiado dolorosa. Llegaron al vestíbulo del edificio, donde Alicia, sin mirar atrás, salió a la calle e hizo detener un taxi con una urgencia desesperada.
Diego se quedó parado en medio del vestíbulo, mirando fijamente la carretera por donde la chica había desaparecido. Sabía que había herido a la mujer que le había entregado todo, de una manera que no tenía reparación. Las consecuencias de su confesión eran devastadoras, y la imagen de Alicia alejándose en el automóvil quedó grabada en su mente como un doloroso recordatorio de la traición que había causado.
Devastado por la ruptura con Alicia, buscó refugio en un restaurante tranquilo donde había quedado de encontrarse con Sebastián. Diego con el corazón en un puño y el peso de la confesión que acababa de hacerle a Alicia todavía fresco en su mente, necesitaba hablar con su amado y encontrar algún consuelo en su presencia.
Cuando Sebastián llegó al restaurante, Diego lo miró con ojos ansiosos, buscando apoyo y comprensión.
—Sebastián, terminé con Alicia—murmuró con voz temblorosa—, le confesé la verdad sobre mis sentimientos hacia ti.
La expresión de Sebastián cambió en ese momento, y una sonrisa maquiavélica se dibujó en su rostro. Diego, confundido y herido, preguntó:
—¿Qué pasa, Sebastián? ¿Por qué estás sonriendo de esa manera?
Sebastián tomó un sorbo de su copa de vino antes de hablar, su mirada era fría y despiadada.
—Diego, no sé si te has dado cuenta, pero tú y yo nunca fuimos una pareja. Nunca compartimos un amor secreto ni nada parecido.
La incredulidad inundó a Diego mientras luchaba por comprender lo que estaba sucediendo.
—¿Qué quieres decir, Sebastián? ¿Acaso no sientes nada por mí?
When he finally set foot in his home, Alicia welcomed him with a radiant smile and palpable excitement in her eyes. Her joy at seeing him after his trip was genuine, and Diego felt a lump in his throat. He knew he had to talk to her, that he couldn't keep what he had been feeling a secret.
After a quiet dinner at home, when the tension in the room was almost palpable, Diego dared to broach the subject. —Alicia—. He said with a trembling voice—. I need to talk to you about something important.
Alicia's heart raced as she nodded cautiously, sensing that something unusual was happening.
The room was filled with tension and overflowing emotions as Alicia listened to the whole truth; her anger towards her supposed fiancé was increasing. Every word was like a knife plunging into the young woman's heart, leaving her paralyzed by emotions.
But then, Alicia, with her eyes filled with tears and her face soaked, rushed out of the room. Diego chased after her, calling desperately, but Alicia was determined to escape the situation that had become too painful. They reached the building's lobby, where Alicia, without looking back, went out into the street and hailed a taxi with desperate urgency.
Diego stood in the middle of the lobby, looking at the path where the girl had disappeared. He knew he had hurt the woman who had given him everything in a way that was irreparable. The consequences of his confession were devastating, and the image of Alicia driving away in the car remained etched in his mind as a painful reminder of the betrayal he had caused.
Debasted by the breakup with Alicia, he sought refuge in a quiet restaurant where he had arranged to meet Sebastián. Diego, with his heart in his throat and the weight of the confession he had just made to Alicia still fresh in his mind, needed to talk to his beloved and find some solace in his presence.
When Sebastián arrived at the restaurant, Diego looked at him with anxious eyes, seeking support and understanding.
—Sebastián, I ended things with Alicia—-he murmured with a trembling voice—, I confessed the truth about my feelings for you.
Sebastián's expression changed in that moment, and a malicious smile appeared on his face. Diego, confused and hurt, asked,
—What's going on, Sebastián? Why are you smiling like that?
Sebastián took a sip of his wine before speaking, his gaze cold and ruthless.
—Diego, I don't know if you've realized, but you and I were never a couple. We never shared a secret love or anything of the sort.
Disbelief washed over Diego as he struggled to comprehend what was happening.
—What do you mean, Sebastián? Don't you feel anything for me?
Sebastián se inclinó hacia adelante y le susurró con una sonrisa retorcida:
—Lo que siento por ti, Diego, es asco. Asco por tu doble vida y asco por la forma en que lastimaste a Alicia. Cuando la conociste, estábamos saliendo. Tú no sabías nada de mí, y yo no sabía nada de ti, pero te vi con ella un día, y el odio me consumió.
Te seguí, y pude comprobar que te involucrabas con otros hombres, mientras estabas con ella.
—Pero, Sebastián, te amo— balbuceó, desesperado—. Lo que hice fue un error, pero puedo cambiar.
Él miró a Diego con frialdad y negó con la cabeza.
—Diego, todo lo que sucedió entre nosotros fue una mentira —dijo con desdén—. No estoy interesado en los hombres, y mucho menos en ti. Estoy enamorado de Alicia.
Las palabras de Sebastián golpearon a Diego como un puñal en el corazón. El hombre que creía amar lo rechazaba de la manera más cruel. Se dio cuenta de que había perdido no solo a Alicia, sino también a Sebastián, y todo por su doble vida y sus mentiras.
Con el corazón destrozado, se quedó solo en el restaurante, viendo cómo Sebastián se alejaba, sintiéndose perdido en un mar de dolor y remordimiento.
Sebastián leaned forward and whispered with a twisted smile:
—What I feel for you, Diego, is disgust. Disgust for your double life and disgust for the way you hurt Alicia. When you met Alicia, we were dating. You knew nothing about me, and I knew nothing about you, but I saw you with her one day, and hatred consumed me. I followed you and could confirm that you were involved with other men while being with her.
—But, Sebastián, I love you—he stammered, desperate—. What I did was a mistake, but I can change.
He looked at Diego coldly and shook his head.
—Diego, everything that happened between us was a lie—he said disdainfully— .I'm not interested in men, let alone you. I'm in love with Alicia.
Sebastián's words hit Diego like a dagger in the heart. The man he thought he loved was rejecting him in the cruelest way possible. He realized he had lost not only Alicia but also Sebastián, all because of his double life and lies.
With a broken heart, he remained alone in the restaurant, watching Sebastián walk away, feeling lost in a sea of pain and remorse.
wow, tremendo e inesperado giro. como dicen en mi barrio "se quedó sin el chivo y sin el mecate", jaja
Por mentiroso le pasó jajaja
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