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„Gey pavolye, vestu gikher kumen.”

'Ve despacio y llegarás más rápido'.

Es un típico argumento que sale de los labios de una bobe, abuela en idish. En mi caso, también lo escuché de los labios de mi mamá, una legítima idish mame, ruda ella. La frase la escuché, no una, sino cientos de veces, sobre todo en ese periodo en donde nos duele hasta los cartílagos de crecimiento, es decir, la adolescencia.

¿Que si me sirvió?

Sí, por supuesto que sí, porque se trata de un secreto útil para pasarla bien en medio de las dificultades. Cuando leí la publicación de Hilary recordé varias etapas de mi vida, incluso la que ahora atravieso como un hombre de 37 años que tiene 3 hijos en pleno crecimiento.

Mis padres tenían sus métodos de enseñanza, también de corrección, tanto para mis hermanos como para mí. Siempre nos pusieron a realizar actividades, tareas de acuerdo a la edad, no al sexo, a la edad. Sus órdenes no eran autoritarias, ni maltratadoras, ni con dosis de tiranía, tampoco tenían el propósito de robarnos la infancia o la adolescencia, sino que, con razones de fondo y forma, servían para moldear nuestro carácter, también nos preparaban para el futuro.

Algunos ejemplos:

En la niñez: 'Organicen sus juguetes'. 'Recojan la vajilla en la que comieron y déjenla en la lavadora'. 'Defiéndase entre los tres'. 'Sean ejemplo el uno del otro'. 'Respétense'. 'Asuman la culpa ante la travesura'. 'Hora de hacer la tarea'. 'Hora de rezar'.

En la adolescencia: 'No se jodan entre ustedes'. 'Lilien, arregla las habitaciones de tus hermanos y la tuya'. 'Ari, ve a organizar y asear la cocina'. 'Binyamin, limpia los baños y el cortinaje de las ventanas'.

En la juventud temprana: 'Lilien, pídele a tu hermano que vaya contigo al supermercado a comprar los víveres para el almuerzo de hoy que es su turno de cocinar'. 'Ari, ve a lavar la ropa de tu hermana y prepara el desayuno'. 'Binyamin, plancha el vestido de tu mamá y ve a la farmacia por los medicamentos de Lilien para su dolor menstrual'. 'Ari, eres el mayor y sabes lo que eso significa'. 'Cúbranse las espaldas'. 'Ámense de verdad'. 'Ari, Binyamin, que los celos por su hermana no los alcancen'. Y otra vez: 'defiéndase entre los tres, de ser necesario, hasta con una espada'.

Y así, por ciclos, turnos o rotaciones... como si se tratara de un hospital porque ellos trabajaban en uno hasta que se jubilaron.

¿Y nuestros viejos qué hacían?

Aparte de guiarnos, el trabajo era equitativo, familiar, de unidad, creo que hasta el día de hoy sigue igual, y más por cómo vivimos en comunidad al punto de no querernos separar entre los 21 que ocupamos espacio en un terreno que se mantiene en orden, aunque estamos pensando cambiarnos, todos, por circunstancias complicadas que como núcleo parental hemos comenzado a notar y tenemos que pensar en los más pequeños para un crecimiento lo más posible libre de basura.

Luego de las respectivas inspecciones por parte de nuestros padres al trabajo que teníamos que realizar, entonces venía su gratificación, no solo a través de la palabra mágica llamada GRACIAS, sino a través de sumas monetarias para que aprendiéramos a administrarlas, a ahorrarlas, a respetarlas, a donarlas, a compartirlas y también a producirlas.

Nos enseñaron que el trabajo, tanto de la casa como el de fuera, dignifica nuestras vidas; que nada debe venir a nuestras arcas fiscales y al corazón a manos lavadas, de balde, sin haber trabajado por ello, sin haberlo sudado, sin haberlo amado, sin haberlo siquiera soñado para construirlo.

Personalmente, aquellas lecciones de vida con relación al trabajo y sus recompensas, me llevaron a valorar el tiempo, a organizarme mejor, también a administrar el dinero; me enseñaron a pagar los préstamos emergentes que les pedí a mis hermanos en algunas ocasiones.

Estas enseñanzas de organización me llevaron a velar por mis estudios en la universidad sin que todo saliera de las tarjetas o cheques de mis padres; me llevaron a la independencia anhelada y soñada para comprarme una motocicleta y mi primer auto; y sobre todo, me llevaron a tomar el paso, la decisión más importante de mi vida al firmar para siempre una Ketubá, un contrato matrimonial a los 20 años: edad en la que me casé sin la intervención de una casamentera, fue por libre voluntad.

Las instrucciones vestidas de lo antiguo que aprendí en la casa de mi crianza las valoro mucho, hasta el día de hoy y las aplico en mis hijos también, obviamente, al momento, van dirigidas a Shuli, el mayor, porque Nissim y Danka ni siquiera caminan, por el momento dependen, no son independientes.

Una de las mejores herencias que recibí de mis abuelos y de mis padres fue, son y serán sus enseñanzas, las atesoro, sobre todo, aquellas con un valor agregado que se alejan de lo que está reservado en un banco, por ejemplo, las conversaciones, ninguna cargada de cosas vacías, superfluas o llenas de desperdicio.

Mi papá es una persona con la que uno puede sentarse a hablar horas de horas y parece que el tiempo volara, cuando platicamos sobre algún tema, sobre algún libro, o sobre las costumbres y filosofía que nos cobijan, es tan etéreo el reloj que realmente a veces quisiera que desapareciera para continuar sumergido en explicaciones que llenan mi alma y desatan de mi espalda cualquier carga.

Fueron esas conversaciones las que me sostuvieron una época en la que en realidad parecía que cada día en vez de resucitar me moría. En una oportunidad nos pusimos a platicar sobre el hambre y jamás olvidaré lo que me dijo incluso haciendo recuerdo al libro „Ein Hungerkünstler”, del escritor checo Franz Kafka, ejemplar que cuando mi hermano se graduó de la universidad le regalé.

Dos tipos de hambre: la beneficiosa y la perniciosa, las dos caminan con nosotros, vamos día a día alimentando una y desnutriendo otra; es una lucha constante por aceptar o rechazar nutrientes; los resultados proyectados a futuros inmediatos serán positivos o negativos dependiendo del grado de Índice de Masa Corporal que existe en el corazón, de la vigorexia en la mente, los atracones emocionales, de las causas, así como también de los efectos, afectos y defectos.

Ayunar es renunciar a... y doblegar el..., entonces, así como el hambre puede llegar a ser un arquetipo del arte en la Literatura o la Pintura, la dieta del alma a través del silencio y del frenar de acciones, incluso pueriles, también lo es.

Llegar a un equilibrio hará que tengamos más de una vez giros copernicanos, necesarios, complejos al momento de satisfacer o rechazar una de las clases de hambre, pero no imposibles. Cuando estuve en el hospital, esas palabras fueron las que me sostuvieron las veces en que tenía hambre, pero no podía comer porque rechazaba todo.

La enseñanza que recibí de mi papá a los 15 años traspasó la barrera de la edad, de la salud y la enfermedad para guardar silencio ante ese pésimo malestar o estrago que no me dejaba en paz. Su enseñanza cuando tuve 15 años de edad, hizo que en una cama de hospital le dé la razón a una arista de la filosofia kantiana que se encuentra en un libro que lo leí en esa etapa de mutismo, de hambre beneficiosa y hasta lo subrayé: „Kritik der praktischen vernunft” (en español, Crítica de la razón práctica):

«Dos cosas sacian mi alma de reverencia y admiración creciente: el espectáculo del cielo estrellado, que nos reduce a la nada como humanos; y la ley moral, que nos dota de una dignidad infinita como seres inteligentes».

Sació mis ganas de comer porque fue un valor agregado del pasado, esa enseñanza de mi papá fue, para mí, un tesoro, una de mis mejores herencias.

Hasta aquí llegaré con mi escrito por hoy, ya en un par de horas salgo para la casa porque acompañé a mi esposa, pues tenía que suministrar anestesia en una cirugía de emergencia, todavía no sale, así que estoy en su consultorio esperándola. Acá ya es jueves, tal cual pueden verlo en la captura de mi celular que realicé hace un rato.

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Captura propia.

Y bueno...

Gracias, Hilary nuevamente por la propuesta.

A quienes leyeron y a quienes no, tengan un provechoso y bendecido día.

Un placer, honor y bendición compartir.

—Ezequiel.
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Doctor Ezequiel, qué linda reflexión sobre las enseñanzas de sus padres, aparte de contarnos su experiencia en distintas etapas, aprendí sobre lo que su papá le trasmitió acerca del hambre, no lo había visto desde esa perspectiva filosófica y profunda porque sin duda, hasta menciona a Kafka y a Immanuel Kant durante el desarrollo de la publicación.

Mi abuela solía decir que lo aprendido con esfuerzo tiene un sabor más especiado, con dolor usted aplicó la plática que tuvo con su padre, fue varios años después, pero ahora lo cuenta con tanta libertad y sencillez de corazón que me anima a tomar esas palabras que él le dijo para anotarlas y seguirlas cuando la ocasión en mi vida así lo amerite... no hay nada mejor que el silencio, que la ley moral, son ese tipo de hambre beneficiosa que debemos alimentar más mientras a la perniciosa, lo superficial, lo que no tienen importancia vamos haciendo enflaquecer.

Muchas gracias por sumarse a la propuesta/invitación, doctor Ezequiel, siempre sacando un tiempito para apoyarnos.

Saludos a Konstanze, espero que todo haya salido bien en la cirugía que se desarrolla en ese quirófano y que ambos regresen con bien a su hogar.
Bendiciones miles, doctor.

PD: Me encantó el protector de pantalla de su celular 👍

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Que tal Aspirante, muy bueno, muy bueno, la lectura, una reflexión para pensar... Creo que esta vez no habrá mordedura de pata, porque sinceramente sí tengo hambre, buaj jajaja.

Wey, hazme un favor y dile a Konts que le envíe a Marcela la receta del cup cake que nos dio cuando los visitamos, ¿Acaso quiere su buena mordedura de pata?

Ya mejor me voy, Marcela les envía saludos a todos en casa.

Chau.

🐺🐺🐺🐺🐺


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Mi querido Ari, que bueno que tú también unirte a propuesta de Hilaricita para compartir sobre enseñanzas de padres. Órdenes que padres dar a ustedes recordar a los míos también, con cierta nostalgia recordar a mis hermanos y a mí haciendo lo que ellos pedir, no ser tragedia aprender a barrer, a arreglar, a comprar, a organizar hogar porque aunque no casarse y vivir soltero o soltera tener que tener todo en orden en espacio en el que decidir estar.

Sabiduría y transmisión oral de espiritualidad ser mejor herencia que adultos dejar a descendientes porque ellos entonces encargar de pasar lo aprendido, como pasar en tu caso, en el que no solo legar a tus hijos, sino también a tus sobrinos, a los niños que con ustedes están, Ari.

Gracias por linda experiencia que cuentas, palabras de tu padre hacer que levastes de pozo de la enfermedad, aunque no tenerlo contigo en ese tiempo, él sostenerte a través de esa enseñanza que darte a los 15 años.

Espero que todo salir bien con paciente de Konstancita y que ustedes ya estén descansando en casa, saludos de mi parte a ella, darle un abrazo en mi nombre y también saludos a Binyamin, a Rebecita y a todos por la casa.

Beso tu mano.
Paz y bendición para vida tuya y de quienes te rodean, mi querido Ari.


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Ezequiel, amigo hermano tu escrito y participación en la dinamica de Hilary esta excelente porque muestra el trabajo de formación y educación que tu abuela y tu mamá han hecho contigo y tus hermanos.

Tú y tus hermanos fueron educados para ser independientes y también para que sepan convivir basados en el resto y el amor, por eso ustedes 3 son buenos esposos y esposa, porque colaboran en el hogar, participan en la crianza de sus hijos y en todo lo que implica tener un hogar.

Esta parte de tu escrito fue como escuchar a mi papá "Nos enseñaron que el trabajo, tanto de la casa como el de fuera, dignifica nuestras vidas; que nada debe venir a nuestras arcas fiscales y al corazón a manos lavadas, de balde, sin haber trabajado por ello, sin haberlo sudado, sin haberlo amado, sin haberlo siquiera soñado para construirlo."... y es así amigo.

A ti te ha hecho sabio no solo los miles de libros que has leído, sino el saber escuchar a tus abuelos y padres, el dejarte enseñar a través de lo que ellos han vivido para que tú sepas diferenciar las cosas y tomar buenas decisiones sin tener que caerte por un barranco para ver si duele o no.

Te envío un gran abrazo amigo hermano y bendiciones miles para todos ustedes los 21, Dios con ustedes siempre 🙏✨💖🤗