RESPETO

Una de las cosas que mi esposa solía decirme cuando me enseñaba a hablar español era que debía relacionarme con el mundo del idioma, eso fue lo que hice y en cierta manera me ayudó; compré música, veía películas traducidas, adquiría libros para leerlos con ella en nuestras fugas de esposos a escondidas.

A ella le gusta la pluma de Márquez, entre otros autores latinoamericanos, entonces, una de las escenas que más recuerdo del libro 'Vivir para contarla' es justamente la que transcribí, y la he llevado en mi cabeza durante toda mi carrera porque me hace concientizar cuán importante es alejarme de todo aquello que, no solo por representaciones gubernamentales, así como organizaciones, sino a criterio personal y ético-profesional, es considerado como VIOLENCIA OBSTÉTRICA.

Traigo este tema por dos razones:

1. Pensé que como siempre descansaría de todo lo secular, de lo atrayente y distrayente, pero a veces como que se me olvida que un minuto no es igual al otro, que también somos fugaces y así son nuestras actividades, pensamientos y deseos. Recibí una llamada del sitio en el que trabajo, querían una opinión sobre la situación que se presentó en emergencias; así que aquí estoy, en mi consultorio, esperando resultados de algunas pruebas que solicité para continuar con lo siguiente después de conseguir una estabilización parcial y momentánea.

2. Porque de esta manera, también asisto a la invitación que nos hace Hilary (@hilaricita) para compartir alguna experiencia ligada a la palabra RESPETO.

Una vez más siento tristeza por el desastre puerperal que presencié en una mujer de 28 años, multigesta, es decir, ya había tenido otros embarazos antes, dos, desarrollados con normalidad, los partos sin mayores complicaciones, pero este último fue, mejor ni lo describo.

Todo lo que esta madre vivió en un paritorio, como siempre he dicho, así la mesa ginecológica tenga estribos de oro e incrustaciones de diamantes, no se le quitará de la noche a la mañana el suplicio que atravesó debido a una atonía uterina provocada por maniobras que precipitaron el parto al punto de dejarle no solo una disfunción sexual de etiología anatómica, como mínimo... sí, otra víctima de una sociedad distópica que con violencia rompe la homeostasis faltando al respeto a su semejantes.

Hay muchos tipos de agresión que llevan a eliminar el derecho legalmente constituido a ser respetados como seres humanos dentro de la sociedad, en algunos sitios, si no se resuelven con el diálogo, sí lo hacen con un revólver. En mi campo laboral, aparte de un acto sexual sin consentimiento, hay otra bastante mortecina porque también es de género y, si llega a haber muerte materna, podría ser catalogada como feminicidio.

La OMS ha declarado a ciertas prácticas galenas como negativas, prohibidas, penadas incluso por la ley en algunos países, mientras en otros suele ser tan común el atropello, tan cotidiano, que las mujeres gestantes se acostumbran a esos malos tratos por parte de ginecólogas (os), obstetras/matronas, y/o enfermeras (os) y creen que es un procedimiento normal cuando pasa todo lo contrario por un milímetro de falta de información y kilómetros de ignorancia.

No me gusta practicar histerectomías si no hay una razón de peso, pero, en esta ocasión, al parecer no me libraré de entrar al quirófano, así que, por un sí o por un no de acuerdo a las analíticas, llamé a mi esposa para que me dé una ayudita con el asunto de la anestesia, viene en camino con mi papá porque a él no le agrada que su nuera o su hija menor agarren el auto para conducir solas.

Pero, ¿qué podemos catalogar como VIOLENCIA OBSTÉTRICA? La lista de esta falta de humanidad y de respeto es larga, sin embargo, describiré las más comunes, las que más saltan a la vista y con las que me he estrellado en el ejercicio profesional.

1. Minimizar con ironías el dolor del parto y los estragos prenatales es un acto de Violencia Obstétrica.

2. La falta de información en los controles mensuales acerca de la dilatación, del expulsivo, del puerperio y la lactancia es un acto de Violencia Obstétrica.

3. Impedir que en el paritorio exista el acompañamiento de la pareja, un familiar cercano, o de hasta una doula como apoyo emocional es un acto de Violencia Obstétrica.

4. La intromisión a la sexualidad ajena es un acto de Violencia Obstétrica.

5. Las prácticas innecesarias para agilizar el expulsivo, como por ejemplo: cesáreas programadas, la maniobra Kristeller, el uso de fórceps o ventosas, las episiotomías, los fármacos inductores, aceleradores y anestésicos, los tactos vaginales continuos, la ruptura de membranas fetales, son actos de Violencia Obstétrica.

6. El test de APGAR es suficiente después del expulsivo, así que el impedimento del contacto piel con piel entre la madre y su hijo recién nacido también es un acto de Violencia Obstétrica.

7. Clampar el cordón umbilical antes de tiempo también es un acto de Violencia Obstétrica.

8. Las posturas no deben quedar en una mesa ginecológica para buscar la comodidad galena, por ende, la madre es quien elige cómo desea parir por vía vaginal, tantas formas que hay, que van desde las cuclillas hasta de pie, por esa razón, si existe presión médica, entonces se arrastra una vez más un acto de Violencia Obstétrica.

9. Dejar a una mujer completamente desnuda en el paritorio, también es un acto de Violencia Obstétrica.

10. Exhibir un parto, grabarlo, tomar fotografías sin consentimiento previo de la pareja es un acto de Violencia Obstétrica.

11. No crear un ambiente adecuado en el paritorio, con temperatura regulada, con luz tenue y sin tanto personal encima que más que hacer algo productivo aturden, asustan y aburren a la futura mamá con su bebé (o bebés), también es son actos de Violencia Obstétrica.

Y podría seguir enumerando más cosas que incluyen hasta ciclos menstruales y el climaterio, pero el tema del respeto en esta oportunidad lo dejaré hasta aquí, sin antes recordarme a mí mismo una vez más que para decir STOP, para frenar un acto vandálico como lo es la Violencia Obstétrica, o cualquier tipo de irrespeto contra la vida, empieza por el propio corazón, por un espíritu consciente, así como por la praxis cotidiana.

Compartiré un video documental, no es largo, creo que no les tomará las 24 horas del día, pues apenas dura 30 minutos, son testimonios reales de mujeres que han sufrido algún tipo de violencia obstétrica.

Aclaro, para quienes estén interesados, que no tiene nada de pornográfico, solo que, debido a las normativas de YT, es considerado 'inapropiado para ciertos usuarios', así que quien desee verlo, tendrá que salir de Blurt un rato (porque aquí no se proyecta directamente) y entrar con su cuenta de Google para confirmar la edad... o sea, pura diplomacia de bufón, ni más ni menos por parte del gigante empresarial del entretenimiento audiovisual online.