💊 CÁPSULA FLASH 💊 | SERES DE LUZ

Y bueno...

¿Qué tiene que ver la schwarzwälder kirschtorte en estos cortos fragmentos que escribiré?

Dicen por ahí que el vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, sino el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos y ellos por la tuya. Puede que sí, que el respeto, la alegría —y para mí también considero que la sangre—, sean el vínculo que nos une a la verdadera parentela, pero yo añado algo más: un suculento trozo de schwarzwälder kirschtorte para nosotros es una conexión importante a un alma en particular, un alma especial a la que le puedes escribir una esquela sin necesidad de que sea una fecha especial.

Una de mis compañeras del trabajo perdió a su madre en un lamentable accidente por la impericia de los conductores en las vías. Yo miraba en silencio todo lo que acontecía en el servicio de exequias al que asistí, pero lo que más me llamó la atención fue la postura del yerno de la fallecida. Verlo me hizo pensar, reflexionar sobre una palabra en particular: SUEGRA.

Este adjetivo que denota parentesco se lo ha utilizado en películas, en chistes, en salas de terapia psicológica, en novelas escritas y televisadas, en la vida familiar, en fin, en donde te puedas imaginar está una suegrita incluida. Para mí, sigue vigente un concepto que expresé hace tiempos y lo ratifico, pues creo que hay suegras y suegras, por ejemplo:

❧Las hay del tipo motocicleta: arrastran a sus yernos o sus nueras.
❧Las hay del tipo cosméticos: cubren las imperfecciones de sus hijos.
❧Las hay del tipo zapato: al inicio incomodan, pero luego te acostumbras.
❧Las hay del tipo microscopio: ven hasta el mínimo error.
❧Las hay del tipo estrella: entre más lejos más bella.
❧Las hay del tipo Freddy Krueger: son la peor pesadilla.
❧Las hay del tipo Florindas: no quieren que sus Quicos se junten con la chusma.
❧Las hay del tipo en que cuando hablan, tú escuchas, pero la radio y la televisión.
❧Las hay del tipo crucifijo: no se puede hablar de cosas profanas frente a ellas.

¡Pararé!, ya pararé porque yo no me libraré de este simpático adjetivo porque tengo tres hijos, sin embargo, no quisiera ser como las anteriores, o bueno, ya de naturaleza por ser mujer, creo que tendré una mezcla de todas ellas, pero sobre todo, en mi corazón está el anhelo ferviente, por el que a diario rezo para ser como aquellas suegras del libro sagrado, bíblicas, aquellas que están contigo hasta el final, tal como mi suegra, como la señora Zulma.

❧Suegras: Un mal necesario y a la vez la cura para una enfermedad mortal.

❧Suegras: ¿Será que son respetadas?

Cuando te casas es inevitable no toparte con ese ente tan temido por unos, odiado por otros, olvidado por cientos, pero, en mi caso, puedo decir que mucho más que amado.

El día en que Benjamín me presentó con su madre supe desde el momento en que besé su mano en señal de respeto que las dos obtendríamos nuevos títulos nobiliarios dentro de nuestra extensa y a la vez corta familia: ella, la suegra, y yo, por supuesto, no la 'no-era para mi hijo', sino la nuera; esta relación extendida a nivel mundial es una dinámica a menudo cargada de expectativas o de prejuicios, pero también puede ser una fuente de apoyo y enriquecimiento mutuo si existe la madurez y la empatía.

No he de negar que yo estuve nerviosa en ese primer encuentro con doña Zulma por más que su hijo querido dijera que ella era una mujer relajada, pero es que él nunca le dijo que yo era la novia, así que le tomó por sorpresa el que apareciera de la nada un minion usa tacones, pecoso, paliducho y con cabello como si fuera Rapunzel. No mentiré: del interrogatorio después del té con amaretto en su casa no salí totalmente ilesa, pero sobreviví a su intensa mirada que ausculta todo.

Ella se mostró dura conmigo, al inicio, pero luego, como a mitad de la visita, entendí las razones de su preocupación por el corazón de su niño grande. Dijo que no estaba dispuesta a negociar ni una sola daga más en la vida de su hijo, pero el momento en que le respondí que yo tampoco estaría dispuesta a que él me ponga una a mí en el pecho las cosas empezaron a cambiar.

Nos encariñamos, con nuestros caracteres a cuestas, pero nos entendimos desde que, en ese tiempo mi novio formal decidió meterme en el mundo de su familia porque hasta mi suegra me invitaba a cocinar en su sagrado espacio en el que se convertía en chef. Creo que desde ese tiempo entendimos que somos espíritus con propias experiencias y perspectivas de vida, que somos mujeres, pero que hasta nos dista la edad, quedamos claras desde el inicio que el respeto hacia las diferencias y similitudes que podamos tener son la clave para comprender, también para aceptar las perspectivas y elecciones personales.

Desde que acepté la propuesta de matrimonio de Benjamín vía WhatsApp ella fue la primera que se enteró de nuestro secreto y empezó a crear un espacio acondicionado para que yo pueda hablar con mis padres en una cena formal. Cuando con mucho más que un 'contrato matrimonial' estrecharon las manos entre consuegros, ella fue la primera que se ofreció a llevarme con la mejor diseñadora para el vestido.

En los días previos a mi matrimonio con 'flores, velo y corona', doña Zulma fue la promotora para que, entre mi mamá, mi hermana mayor y ella, me llevaran a una reunión muy importante, según mis mejores amigas, la necesaria para supuestamente yo estar preparada en la noche de bodas; para mí, no se trató sino de un tuppersex.

Tres mujeres con experiencia me atiborraron de tantas cosas que ya ni me acuerdo, desmitificaron todo, pero yo solo escuchaba, no preguntaba nada, aunque mi suegra insistiera que ese era el momento de hablar porque después ya solo queda poner la carne a la brasa. Oy vey iz mir!, ¡las tres parecían una reencarnación de Alfred Kinsey!

Una suegra es el espíritu que no se crea estereotipos contigo, que de manera altruista te brinda amor y compasión cuando caes en procesos de enfermedad; se trata de un ente que agradece de muchas formas porque su hijo sonríe, vive en paz y enamorado, aunque a veces con llanto incluido porque una gota de amor puede crear un océano de lágrimas.

❧Suegra: ese ente que cada que puede le dice a su hijo que sea un mejor esposo.

❧Suegra: ese ente que reza contigo.

❧Suegra: ese ser de luz al que también le haces confidencias.

❧Suegra: aquella mujer y madre que también tiene lágrimas y corazón.

❧Suegra: ese ente que debe ser escuchado y comprendido, no solo juzgado y criticado, o tristemente desear con el corazón verlo enterrado.

❧Suegra: esa persona que como nosotros también se ríe y se enoja, que como nosotros también tiene sueños y metas, aunque los años hayan pintado ya de color blanco su cabello.

Cuando mi suegra se fue del país por un tiempo sentí que una parte de mi corazón la acompañó y parte del suyo se quedó conmigo. Cuando caí víctima de ese atropello del que casi no regreso ella estuvo presente, haciéndome entender sin palabras que podía confiar en las personas otra vez, sobre todo en la familia que me rodeó en aquellos momentos de oscuridad, impiedad y muerte.

Ella siempre ha estado conmigo desde que la conozco; ¡cómo no agradecer por su vida!, sus canas me hacen respetarla y hasta hacer una reverencia ante ella porque todavía la tenemos con nosotros para poder abrazarla y consentirla. ¿Cómo no agradecer por su vida si todavía puedo besar sus manos?, ¿cómo no, si todavía puedo buscarla en la cocina por un consejo o hasta una reprimenda a la que solo le haría falta un sartén en mi cabeza?

Siempre que juntas nos acostamos en la cama para conversar contemplo su sonrisa y esas palabras cargadas de sabiduría que me muestren un sendero como el suyo. En compañía de mi suegra:

Han sido años difíciles, pero también años fáciles.
Han sido años de alegría, pero también años de tristeza.
Han sido años de salud, pero también años de enfermedad.
Han sido años de vida, pero también años de muerte.
Han sido años de paz, pero también años de guerra.
Han sido años de triunfo, pero también años de pérdida.

Han sido años de abundancia, pero también años de necesidad.
Han sido años de palabras, pero también años de silencio.
Han sido años de risas, pero también años de lágrimas.
Han sido años de compañía, pero también años de soledad.
Han sido años de hojas vacías,
pero también años de libros con historias terminadas.

Han sido años de enseñanzas, pero también años de aprendizaje.
Miro a través de la ventana de sus ojos y el mar se hace presente.
Un cielo que me permite ver la majestuosidad
de Aquel que nos deja juntas caminar.
Puedo entonces afirmar que han sido años maravillosos,
años en que cada respirar nos indica que como un todo
hemos vivido en lo par y lo dispar.

Faltan algunos días para su cumpleaños, pero la experiencia por la que atravesé en el funeral de la madre de mi compañera de trabajo hizo que incluso al salir del camposanto le pidiera a Benjamín que me llevara a un supermercado para comprar todo lo necesario y así preparar una schwarzwälder kirschtorte porque a mi suegra le encanta, y no solo porque para ella se trata de una firma de la tierra que la vio nacer.

La expresión, la postura de aquel hombre sentado en una de las sillas de la sala de velación hizo que en esta oportunidad escribiera sobre un personaje que se transforma en un ángel conciliador, en un estandarte, en escudo de paz, en libros llenos de consejos y preparación... en un ser de luz.

Lo anterior siempre y cuando exista el respeto mutuo, la calidez y el amor sincero el instante en que ambas partes trabajan en el acto de construir una base sólida de comunicación directa. Al reconocer que existe un sano interés común por el bienestar de los seres queridos que nos rodean, se cosecha entonces lo valioso y significativo.

No pasa de la noche a la mañana, no será un cuento de hadas, menos un lecho de finas rosas sin mostrarnos sus espinas o armas, sin embargo, puede ser profundamente gratificante y de importante ubicación en las relaciones interpersonales dentro del círculo parental.

Puede ser la cúspide de la elevación almática y creo que también espiritual para vivir en plenitud y paz sobreabundante hasta cuando esos seres de luz que rodean tu espacio, como le ocurrió al esposo de mi compañera al sentir una agonía extrema, ya no están.

Gracias por quienes me acompañaron en esta oportunidad de principio a fin. Quiera mi Amo, Creador y Sustentador, permitirme, permitirnos a mi esposo y a mí, compartir nuevamente con cada persona que con sinceridad nos visita por un momento para platicar.

Que tengan un dulce dormitar y un agradable despertar en este fin de semana.

Un mega abrazote.

Atte.

La familia RebeJumper
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