Preservar la paz interna está dentro de un camino lleno de retos que nos llevan a crecer en la resiliencia cuando entendemos que esa calma que emana del interior es un tesoro invaluable que a menudo subestimamos por las demandas diarias, presiones constantes de la vida moderna, aumentando la velocidad y la agitación convulsiva laboral, se torna en un desafío que a veces podemos cumplir y a veces se nos discurre de las manos.
La paz interna nos ayuda a manejar el estrés a través del equilibrio, esto no quiere decir que nos volvamos impávidos ante la problemática humana, pero si no mantenemos el balance nos visitará un estado ansioso del que no podremos salir con facilidad.
En un estado de armonía interna somos capaces de apreciar las pequeñas alegrías de la vida, de saborear cada momento con gratitud y de cultivar el presente sin estar atrapados en la preocupación por el futuro o presos en los remordimientos del pasado.
Creo que trabajar día a día hasta en la paz interna no es un lujo, sino una necesidad fundamental para vivir una vida plena y satisfactoria. Mientras tengamos el respirar dentro de nosotros no debemos renunciar a ella porque si la dejamos escapar, parte de nuestro corazón entrará en agonía hasta fallecer.
Saludos y agradecido por la reflexión cafetera.
Un excelente día.
Hola amiga, gracias por compartir tu experiencia conmigo. Me siento identificada porque vivía una vida demasiado apresurada, puro trabajar, hacer las cosas mecánicamente y nada que disfrutaba de la experiencia, me preguntaba muchas cosas sobre mi madre cuando se sentaba en el balcón, ahora que me siento yo, la entiendo perfectamente y me conmuevo demasiado, mi viejita, tan sabia, cómo la amo.
Te envio mi cariño, bendiciones y mucha paz.