Ayy, Rebe, a veces no nos medimos en las palabras, es triste y hasta trágico muchas veces porque, ¿qué tal en donde en verdad ese hombre hubiese dejado de existir?, te dijo esto porque eso le pasó a un primo, él discutía mucho con su mujer, no había día en que no estuvieran peleándose, y entonces, surgieron palabras parecidas a las de tu vecina por parte de una boca resentida y llena de celos, o sea, ella no falleció a los minutos, sino después de un largo y duro proceso de enfermedad que después él se culpó por ocasionar.
Estuvo bastante tiempo en terapia, no sé si lo ha superado ya, pero es como que a través de lo que él consideró una lección guarda silencio de labios y de pensar. No ha vuelto a tener otra pareja, tal vez con el tiempo le digo yo, pero él siempre mueve la cabeza en señal desaprobatoria.
Qué bonita manera de poner en práctica tus sentimientos porque sí, la verdad es que nos peleamos con nuestras parejas, pero la parte interesante es reconocer los errores para comenzar a enmendarlos a través de la reconciliación.
La primera melodía estuvo hermosa, un dúo interesante en una sinagoga al parecer, se entiende la letra porque está en inglés también. Sobre la segunda melodía en la que a través de un lenguaje literario fino le respondes a tu marido, es muy especial, aparte de que Heredia canta con el alma expuesta.
Tengo una pregunta para ti: ¿podrías hablar acerca del contrato matrimonial del que nos escribes?, me gustaría saber con más profundidad, ahí cuando sea posible apúntalo en tu agenda, mi querida Rebe y ya tienes un tema más para compartir con quienes te leemos.
He aprendido mucho del mar de tus pensamientos, infinidad de puntos aplicables de manera general y sí, pienso que un hombre también es un vaso frágil, aunque algunos sean en realidad un martillo que golpea, pero de todo hay en la viña del Señor.
Gracias por la publicación, el banner me da calma solo con ver.
Saludos a tu esposo y a la familia en general, mi Rebe.
Un abrazo.
Claro, mi corazón, lo apuntaré para una nueva publicación sobre enfoques culturales.
Así es, a veces resulta que un hombre es el afectado, en otras ocasiones es la mujer, en otras, aunque es imposible de creer, son los dos, se destruyen en vez de reconstruirse, sanarse, resucitar luego de cada pelea... a veces ya no hay remedios y viene lo más sano: la separación.
Gracias por la visita, por el reblurt y el comentario, mi preciosa.
Un saludo a tus padres y a Daniel
Un abrazote.