Predator de Patricia Cornwell es un perturbador viaje a las profundidades de la mente de un asesino. [ESP-ENG]

A partir de esta entrega voy a comenzar a compartir con todos los #blurtians literarios de esta comunidad los libros de Patricia Cornwell, en particular los relacionados con la serie de Kay Scarpetta, la anatomopatóloga que trabaja como consultora del F.B.I.

Patricia Daniels Cornwell es una escritora estadounidense, descendiente de Harriet Beecher Stowe, autora de La cabaña del tío Tom. Nacida con el nombre de Patricia Daniels, Cornwell estaba casada con un profesor universitario , Charles Cornwell, cuyo apellido mantuvo para firmar las novelas que escribe. Cornwell, escritora ya consagrada y multimillonaria, que fundó una empresa especial, la Cornwell Enterprise, es conocida también por sus actividades caritativas: entre otras cosas, la creación de una beca en la Universidad de Tennessee y la donación de su colección de Walter Sickert. pinturas a la Universidad de Harvard.

A pesar de una infancia difícil y una estancia en un hospital psiquiátrico, tuvo una larga carrera periodística y tras trabajar como analista informática en la oficina de Medicina Forense de Virginia , alcanzó el éxito como escritora de novelas, centrando sus propias historias policiales en torno a la figura. de una médica forense, Kay Scarpetta, que enfrenta y resuelve casos de asesinato, a veces con la ayuda de su sobrina Lucy y el policía Pete Marino.

El psicólogo forense Benton Wesley está trabajando en un programa que estudia el cerebro de los delincuentes.

Kay Scarpetta y su equipo están investigando la muerte de Johnny Swift , un neurocirujano de Broward, Florida, que aparentemente se suicidó: la causa podría ser la depresión creada tras una operación en sus manos que comprometió su capacidad para operar.

¿Pero es realmente así? Diversas pistas parecen llevar la investigación en otra dirección, la del asesinato.

Al mismo tiempo, Benton Wesley está realizando una serie de pruebas a delincuentes en serie. El "conejillo de indias" en estos momentos es Basil Jenrette, un violador-torturador-asesino.

El proyecto de Wesley se llama "Depredador", es decir, Determinantes prefrontales de la responsabilidad manifiesta de tipo agresivo y "estudia el papel de los lóbulos prefrontales en la agresión" .

Al mismo tiempo, Wesley también investiga el cuerpo de una mujer encontrada con extraños tatuajes rojos en forma de manos en varios lugares de su cuerpo.

Los mismos tatuajes aparecen en el cuerpo de uno de los amantes ocasionales de Lucy, a quien conoció en un bar.

¿Qué conexión tienen todos estos casos en común? ¿Y está relacionada con todo esto la vulneración del sistema informático del instituto creado por Lucy?

Patricia Cornwell recuperó a todos los personajes principales de esta historia: además de Kay Scarpetta , encontramos al brusco ex policía Pete Marino, a la extraña Lucy Farinelli (genio de la informática, homosexual) y a Benton Wesley , psicólogo, ex agente del FBI, resucitado. en "Calífora".

Lea también: El último jurado está sin duda entre las mejores obras de John Grisham . Trama. Es domingo por la tarde y Kay Scarpetta está en su oficina de la Academia Forense de Hollywood, Florida. El cielo está nublado, presagio de tormenta. Por lo general, en febrero el clima no es tan caluroso ni lluvioso. Suenan disparos, alguien grita algo que ella no entiende.

Los fines de semana se suelen realizar ejercicios en los que agentes del departamento de operaciones especiales corretean con monos negros disparando a izquierda y derecha. Nadie los escucha, excepto Kay, quien sin embargo no les presta atención y continúa leyendo. Está revisando el certificado de salud mental emitido por un forense de Luisiana a una mujer que luego mató a cinco personas y afirma que no recuerda nada. Sería un caso interesante para el proyecto Predator, que significa Prerfontal Determinants of Aggressive-Type Overt Responsivity y estudia el papel de los lóbulos prefrontales en la agresión. Oímos el rugido de una moto que se acerca. Kay le escribe un correo electrónico a Benton Wesley, un psicólogo forense.

Tengo un tema que podría interesarte, pero es una mujer. No recuerdo si Predator se limita a sujetos masculinos. La motocicleta entró en el estacionamiento de la Academia Nacional Forense y se detuvo justo debajo de la ventana de la oficina de Kay. Pete vuelve al ataque, piensa Kay con irritación. Mientras tanto, Benton le responde. Luisiana difícilmente nos daría permiso. Bromean sobre la pena de muerte. Pero tienen una cocina excelente. Kay mira por la ventana y ve a Marino apagando el motor y bajándose de la moto, mirando a su alrededor con mirada machista, para ver si alguien lo está mirando. Kay guarda los documentos relacionados con el proyecto depredador en un cajón del escritorio. Marino entra sin llamar y se sienta en una silla. “¿Qué sabes sobre el caso Swift?” él le pregunta. Lleva una chaqueta vaquera sin mangas con el logo de Harley-Davidson en la espalda, dejando al descubierto sus brazos musculosos y tatuados.

Marino es el jefe del departamento de investigaciones de la Academia Nacional Forense y también trabaja a tiempo parcial para el Instituto Médico Forense del Condado de Broward. Últimamente parece una caricatura de un personaje de Easy Rider. Coloca el casco negro, maltrecho y cubierto de calcomanías con agujeros de bala, sobre el escritorio de Kay.

«No lo recuerdo, refréscate la memoria» responde, y luego añade: «Deberías usar un casco integral. Esto es muy elegante, pero perfectamente inútil. Si tienes un accidente, acabas directamente entre los donantes de órganos".

Marino deja caer una carpeta sobre la mesa. «Johnny Swift. Médico de San Francisco con consultorio en Miami y casa con su hermano en Hollywood, junto al mar, cerca del Renaissance. ¿Conoce esos dos condominios idénticos cerca del Parque Estatal John Lloyd? Hace tres meses, el día antes del Día de Acción de Gracias, su hermano lo encontró tirado en el sofá, con un disparo en el pecho. Acababa de someterse a una operación del túnel carpiano que no salió como esperaba, por lo que inmediatamente pensó en suicidarse".

“En aquella época todavía no trabajaba para el Instituto”, le recuerda Kay.

En ese momento, Scarpetta ya era jefa del departamento de ciencia y medicina forense de la Academia Nacional Forense, pero recién en diciembre se había convertido en consultora en el Instituto de Medicina Forense del Condado de Broward, cuando el director, el Dr. Bronson, había comenzado a reducir su actividad, expresando su deseo de jubilarse.

"Recuerdo vagamente haber oído hablar de ello", dice Kay. Se siente incómodo en presencia de Marino. Últimamente no le gusta conocerlo.

«Bronson hizo la autopsia» explica Marino, husmeando alrededor del escritorio y mirando todo menos a ella.

“¿Participaste en las investigaciones?”

"No, no estuve en la ciudad, el caso sigue abierto, porque el Departamento de Policía de Hollywood teme que sea más complicado de lo que parece a primera vista, y sospecha de Laureil»

"¿Y quién es Laurei?»

"El hermano del muerto. Son gemelos monocigóticos. Como no había pruebas, la investigación se suspendió, pero luego recibí esta extraña llamada telefónica en casa. El viernes, alrededor de las tres de la mañana. Desde un teléfono público en Boston, parece ".

"¿De Massachusetts?"

"Pensé que tu número no estaba en la lista".

"En efecto."

Marino saca un trozo de papel de regalo del bolsillo trasero y lo abre.

"Te leeré lo que me dijo, ya que lo escribí palabra por palabra. Se presentó como Hog". "¿Cerdo? ¿En el sentido de cerdo?

Kay lo mira y se pregunta si se está burlando de ella. Lo ha estado haciendo mucho últimamente.

“Él me dijo: “Soy Hog. Les enviaste un castigo burlón." No sé qué quiso decir con eso. Y luego: "No es como si hubieran robado ninguna evidencia del apartamento de Johnny Swift, y si tienes un poco de sentido común, será mejor que investigues. en la muerte del cristiano cristiano. Nada es aleatorio. Pregúntale a Kay Scarpetta, porque la mano de Dios destruirá a todos.

Todos, incluida tu sobrina lesbiana".

Kay no deja que se muestren sus sentimientos cuando responde:

"¿Dijo eso? ¿Está seguro?"

"¿Parece que soy alguien que inventa cosas?"

¿Cristiano cristiano?”

¡Qué sé yo, no le pedí explicaciones! Sólo habló en voz baja y en un tono tranquilo, sin traslucir ninguna emoción".

"¿Mencionó el nombre de Lucy o..."

"Acabo de leerte lo que me dijo", la interrumpe

"No tienes otras sobrinas, ¿verdad? Entonces, obviamente se refería a Lucy. Y no sé si te diste cuenta, pero Hog podría ser un acrónimo de "Mano de Dios", la mano de Dios de la que habló, para abreviar, me comuniqué con el. La policía de Hollywood, que me preguntó si usted y yo podríamos investigar el caso Swift lo antes posible. También parece haber algún problema con la evidencia.

Algunos sugirieron que el disparo se había realizado desde corta distancia, otros todo lo contrario. Pero es lo uno o lo otro, ¿no crees?" «Si hay un solo tiro, sí. Al parecer esto no es fácil de comprobar. ¿Qué significa "cristiano cristiano"? ¿Crees que es una persona?" "Intenté hacer una búsqueda en la computadora, pero no pude encontrar nada". «¿Por qué me cuentas esto recién ahora?

Estuve aquí todo el fin de semana”. "Estaba ocupado." “¿Recibes una llamada telefónica como esta y esperas tres días para decírmelo?” Kay intenta no perder los estribos. "¿De verdad me reprochas que no hable?" "Lo siento, ¿a qué te refieres?" ella responde, perpleja. "Deberías tener más cuidado. No te diré nada más." «Hablar en acertijos es inútil, Marino.» «Ah, casi lo olvido.

A la policía de Hollywood le gustaría conocer la opinión profesional de Benton", interviene Marino, como si se le hubiera ocurrido en ese momento y le dejara indiferente. Pero, como siempre, no logra disimular sus sentimientos hacia Benton Wesley. “Pregúntale”, responde Kay. "No puedo hacer ningún plan para él". “También quieren que evalúe si la llamada de Hog es confiable. Pero no sé si eso es posible, ya que no fue grabado y sólo tenemos lo que escribí en una hoja de papel".

Marino se levanta y se cierne sobre ella, haciéndola sentir más pequeña de lo habitual. Toma su casco perfectamente inútil y se pone las gafas de sol. No ha mirado su rostro ni un momento desde que entró, y ahora también se tapa los ojos, impidiéndole leer lo que hay detrás de él.

"Me encargaré de ello de inmediato", dice Kay, guiándolo hacia la puerta. "Si quieres, nos vemos más tarde y hablamos de ello". "Bueno."

“¿Quieres venir a mi casa?”

"Está bien", dice. "¿A qué hora?"

"A las siete."

Starting with this installment I am going to start sharing with all the literary #blurtians of this community the books of Patricia Cornwell, particularly those related to the series of Kay Scarpetta, the anatomopathologist who works as a consultant for the F.B.I.

Patricia Daniels Cornwell is an American writer, a descendant of Harriet Beecher Stowe, author of Uncle Tom's Cabin. Born Patricia Daniels, Cornwell was married to a university professor, Charles Cornwell, whose surname she kept to sign the novels she wrote. Cornwell, now an established writer and multimillionaire, who founded a special company, the Cornwell Enterprise, is also known for her charitable activities: among other things, the creation of a scholarship at the University of Tennessee and the donation of her collection of Walter Sickert. paintings to Harvard University.

Despite a difficult childhood and a stay in a psychiatric hospital, she had a long career in journalism and after working as a computer analyst at the Virginia Medical Examiner's office, she achieved success as a novelist, centering her own police stories around the figure of a medical examiner, Kay Scarpetta, who confronts and solves murder cases, sometimes with the help of her niece Lucy and policeman Pete Marino.

Forensic psychologist Benton Wesley is working on a program that studies the brains of criminals.

Kay Scarpetta and her team are investigating the death of Johnny Swift , a neurosurgeon from Broward, Florida, who apparently committed suicide: the cause could be depression created after an operation on his hands that compromised his ability to operate.

But is this really the case? Several clues seem to lead the investigation in another direction, that of murder.

At the same time, Benton Wesley is conducting a series of tests on serial offenders. The “guinea pig” at the moment is Basil Jenrette, a rapist-torturer-murderer.

Wesley's project is called “Predator,” i.e., Prefrontal Determinants of Aggressive Overt Responsibility and “studies the role of the prefrontal lobes in aggression” .

At the same time, Wesley also investigates the body of a woman found with strange red tattoos in the shape of hands in various places on her body.

The same tattoos appear on the body of one of Lucy's casual lovers, whom she met in a bar.

What connection do all these cases have in common, and is the breach of the institute's computer system created by Lucy related to all this?

Patricia Cornwell recovered all the main characters of this story: in addition to Kay Scarpetta , we find the brusque ex-cop Pete Marino, the strange Lucy Farinelli (computer genius, homosexual) and Benton Wesley , psychologist, former FBI agent, resurrected. in “Califora”.

On weekends there are usually drills where special operations department agents run around in black coveralls shooting left and right. No one hears them, except Kay, who pays no attention to them, however, and continues reading. She is reviewing the mental health certificate issued by a Louisiana coroner to a woman who later killed five people and claims she doesn't remember anything. It would be an interesting case for the Predator project, which stands for Prerfontal Determinants of Aggressive-Type Overt Responsivity and studies the role of the prefrontal lobes in aggression. We hear the roar of an approaching motorcycle. Kay emails Benton Wesley, a forensic psychologist.

I have a subject you might be interested in, but it's a woman. I don't remember if Predator is limited to male subjects. The motorcycle pulled into the parking lot of the National Forensic Academy and stopped just below Kay's office window. Pete's back on the attack, Kay thinks irritably. Meanwhile, Benton answers her. Louisiana would hardly give us permission. They joke about the death penalty. But they have an excellent kitchen. Kay looks out the window and sees Marino turning off the engine and getting off the bike, looking around with a macho look, to see if anyone is watching him. Kay puts away the documents related to the predatory project in a desk drawer. Marino enters without knocking and sits in a chair. “What do you know about the Swift case?” he asks her. He is wearing a sleeveless denim jacket with the Harley-Davidson logo on the back, exposing his muscular, tattooed arms.

Marino is the head of the National Forensic Academy's investigations department and also works part-time for the Broward County Medical Examiner's Institute. Lately he looks like a caricature of an Easy Rider character. He places the black helmet, battered and covered in bullet-hole decals, on Kay's desk.

“I don't remember, refresh your memory,” he replies, then adds, “You should wear a full-face helmet. This is very stylish, but perfectly useless. If you have an accident, you end up right among the organ donors."

Marino drops a folder on the table. "Johnny Swift. San Francisco doctor with practice in Miami and home with his brother in Hollywood, by the sea, near the Renaissance. You know those two identical condos near John Lloyd State Park? Three months ago, the day before Thanksgiving, his brother found him lying on the couch, shot in the chest. He had just undergone carpal tunnel surgery that didn't go as expected, so he immediately thought about killing himself."

“I wasn't yet working for the Institute at that time,” Kay reminds him.

At the time, Scarpetta was already head of the science and forensic medicine department at the National Forensic Academy, but she had only become a consultant at the Broward County Medical Examiner's Institute in December, when the director, Dr. Bronson, had begun to wind down, expressing his desire to retire.

“I vaguely remember hearing about it,” Kay says. He feels uncomfortable in Marino's presence. Lately he doesn't like meeting him.

“Bronson did the autopsy,” Marino explains, poking around the desk and looking at everything but her.

“Did you participate in the investigations?”

“No, I wasn't in town, the case is still open, because the Hollywood Police Department fears it's more complicated than it appears at first glance, and suspects Laureil.”

“And who is Laurei?”

"The dead man's brother. They are monozygotic twins. Since there was no evidence, the investigation was suspended, but then I got this strange phone call at home. Friday, around three o'clock in the morning. From a pay phone in Boston, it seems."

“From Massachusetts?”

“I thought your number wasn't listed.”

“Indeed.”

Marino pulls a piece of wrapping paper from his back pocket and opens it.

"I'll read you what he told me, since I wrote it down word for word. He introduced himself as Hog." "Hog? In the pig sense?

Kay looks at him and wonders if he's making fun of her. He's been doing it a lot lately.

"He said to me, ”I'm Hog. You sent them a mocking punishment." I don't know what he meant by that. And then, “It's not like they stole any evidence from Johnny Swift's apartment, and if you have any sense, you'd better investigate. in the death of the Christian Christian. Nothing is random. Ask Kay Scarpetta, because the hand of God will destroy everyone.

Everyone, including your lesbian niece."

Kay doesn't let her feelings show when she replies:

“Did you say that, are you sure?”

“Do I look like I'm someone who makes things up?”

Christian Christian?"

What do I know, I didn't ask him to explain! He just spoke quietly and in a calm tone, without any emotion coming through."

“Did he mention Lucy's name or...”

“I just read you what he told me,” he interrupts her.

"You don't have any other nieces, do you? So, he was obviously referring to Lucy. And I don't know if you noticed, but Hog could be an acronym for “Hand of God,” the hand of God that he talked about, for short, I communicated with him. Hollywood police, who asked me if you and I could look into the Swift case as soon as possible. There also seems to be some problem with the evidence.

Some suggested that the shot had been fired from close range, others just the opposite. But it's one or the other, don't you think?” ”If there is a single shot, yes. Apparently this isn't easy to check. What does 'Christian Christian' mean? Do you think it's a person?” ‘I tried to do a computer search, but I couldn't find anything.’ "Why are you just telling me this now?

I was here all weekend." “I was busy.” “You get a phone call like this and wait three days to tell me?” Kay tries not to lose her temper.“Are you really reproaching me for not talking?” “I'm sorry, what do you mean?” she replies, perplexed."You should be more careful.I won't tell you any more."“Talking in riddles is useless, Marino.” "Ah, I almost forgot.

The Hollywood police would like to know Benton's professional opinion,” Marino interjects, as if it had occurred to him just then and left him indifferent. But, as usual, he fails to disguise his feelings for Benton Wesley.“Ask him,” Kay replies.“I can't make any plans for him.” "They also want me to evaluate whether Hog's call is reliable. But I don't know if that's possible, since it wasn't recorded and we only have what I wrote on a piece of paper."Marino stands up and hovers over her, making her feel smaller than usual. She grabs her perfectly useless helmet and puts on her sunglasses. He hasn't looked at her face for a moment since he came in, and now he covers his eyes as well, preventing her from reading what's behind him.

“I'll take care of it right away,” Kay says, guiding him toward the door.“If you want, I'll see you later and we'll talk about it.”“Okay.”

“Do you want to come to my place?”

“Okay,” he says. “What time?”

“Seven o'clock.”

Fuente imágenes: Source images: Patricia Cornwell Sitio Oficial / Patricia Cornwell Official website.