Recuerdo que hace un tiempo fui a buscar a Benjamín al hospital para invitarlo a comer, entonces, de su consultorio salió su última paciente en una condición bastante deplorable, hasta encorvada y temblando, la ayudaban sus dos hermanos porque casi ni podía caminar. Me sorprendió saber por mi esposo que ella estaba así por la muerte de su hija en un accidente de tránsito en el que ella iba de regreso a su casa para celebrar el cumpleaños de su padre, toda esta tragedia por exceso de velocidad porque a la chica le gustaba mucho pisar el acelerador. Ella estaba en un tratamiento psiquiátrico y de fisiatría porque el estrés y la depresión la dejaron así debido a la externalización del dolor interno por el duelo.

Mi padre se fue y me dejó sola, me dejó en media orfandad, aunque tenga a mi madre conmigo todavía, y como le decía: "los padres deben ser eternos", siempre tuve miedo de enfrentar ese momento en el que me tendría que separar de él... y pasó. Lo más duro de esto es que yo lo ví irse, Luz, lo vi expirar y esas imágenes no se van.

Al inicio casi no podía ni dormir, ni dar de lactar, estaba muy afectada psicológicamente, pero también tenía que pensar en mi hogar, incluso en mi mamá, por eso, una vez, mi suegro, me dijo que el duelo dura toda la vida y solo debemos adaptarnos y seguir porque ese vacío por la ausencia de un ser amado permanece para siempre...

No es fácil y más cuando algo que me recuerda a mi papá me hace llorar porque lo extraño mucho, sin embargo, cada día voy caminando tomada de su mano al infinito y más allá.

El tiempo pasa y los recuerdos se hacen más intensos, Luz, sé que mientras vivas no podrás olvidar a tus seres queridos que ya no están, tú mismo no lo permites porque de una u otra manera al tenerlos cerca de ti de esa manera te hace pensar que siguen contigo.

Gracias por esta reflexión, es hermosa, mi querida Luz.
Un abrazote para ti y el resto de tu familia 😊🤗