Gracias amigo, con la misericordia de Dios estoy tratando de vivir mi vida al máximo y doy gracias a Dios que a pesar de mi estado de salud no estoy deprimido sino molesto y frustrado por lo que le pasó a mi cuerpo.
Siento mucho lo de tu marido, que descanse en paz. Los que quedamos viviendo en este mundo debemos amarnos los unos a los otros porque efectivamente nuestras vidas son como el vapor, aparecerá en un momento y luego se irá después de algún tiempo. Que Dios te bendiga amiga mía.