[Eng/Esp] Short story: The Comic Adventure at the Free Software Convention

in blurthispano •  4 hours ago 

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It was a sunny spring day when Carlos, a young university student passionate about technology, decided to attend a free software convention with his friends, Ana and Tomás. His goal was to learn more about Linux and, of course, have some fun. Upon arriving at the event venue, a Moderna convention center in the heart of the city, they felt excited and anxious about what was waiting for them.

Carlos, with his tousled brown hair and black-rimmed glasses, was always ready to learn something new. Ana, with her long dark hair pulled back in a ponytail, was the most organized of the group and always carried a notebook and a pen to take notes. Tomás, the joker of the group, had blond hair cut in the military style and a smile that could light up any room.

Upon entering the main room, decorated with open source flags and screens displaying Linux distribution logos, Carlos exclaimed, "This is like a nerd fest! I love it!". Anna smiled and replied, "Yes, but we will learn a lot here. Also, I've heard that there will be a session on computer security that we can't miss." Tomas, who was always joking, added: "And maybe we will find the girl of our dreams... or at least someone to explain to us what a kernel is without us falling asleep."
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The talks started with "El Linuxero Loco", a Linux expert who showed up with a top hat and an exaggerated mustache. He was a tall, thin man, wearing a three-piece suit that looked like it had been made in the Victorian era. "Welcome, friends! Today we are going to talk about the history of Linux. Get ready for an epic adventure!", he said with a smile that lit up the room. Carlos laughed and whispered to Ana: "This guy is great. I love his style." Anna nodded her head, diligently taking notes in her notebook.

After the talk, it was time for the debates. The attendees gathered in groups to discuss topics such as computer security and privacy. Tomás, always the joker, asked: "How can we protect our systems from hackers if we can't even protect our passwords from our little brothers?". The room erupted in laughter. Ana intervened seriously: "Seriously, security is crucial. I think education is key. If more people understood how free software works, we could have more secure systems."

Sofia, the organizer of the event, chimed in with a smile. She was a young woman with reddish hair cut at shoulder height and a T-shirt that said "GNU/Linux Forever". "Good point, Tom. But seriously, security is crucial. Does anyone have any ideas on how to improve it?", he asked as he looked around the room. Ana raised her hand and said, "I think education is key. In addition, we should encourage community collaboration to develop more robust solutions." The group applauded his response.

Later, during the practical Linux installation sessions, Carlos encountered difficulties in configuring his system. "The Crazy Linuxero" came up to him and said, "Don't worry, friend. Installing Linux is like making a pizza. You can customize it to your liking, but if you make a mistake, you will be left with a disaster." Carlos laughed and replied, "Well, I hope my pizza doesn't burn." "The Crazy Linuxero" smiled and added: "Don't worry, I'll teach you how to make a perfect pizza... or at least, a functional operating system."

At the end of the day, the friends gathered to reflect on what they had learned. Tomás said: "I really liked it, but I think I need more practice not to burn my pizza... I mean, my operating system." Ana smiled and added: "We will definitely come back next year. And who knows, maybe we'll find that girl who can explain the kernel to us." Carlos laughed and concluded: "And maybe 'El Linuxero Loco' will teach us how to make perfect pizzas! In addition, I have learned a lot about the importance of the community in the development of free software."
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The convention ended with laughter and applause, and the friends went home promising to continue exploring the fascinating world of free software. And, of course, hoping that next time, the pizzas would turn out perfect. As they were walking towards the subway, Tomás said, "You know what would be great? Create a free software project together. We could do something innovative." Ana and Carlos looked at each other and nodded. "Let's do it!", they exclaimed in unison. And so, his adventure in the world of free software had just begun.

Source of the images
Image created with Starryai.


Versión en Español

Microrelato: La Aventura Cómica en la Convención de Software Libre

Era un día soleado de primavera cuando Carlos, un joven universitario apasionado por la tecnología, decidió asistir a una convención de software libre junto a sus amigos, Ana y Tomás. Su objetivo era aprender más sobre Linux y, por supuesto, divertirse un poco. Al llegar al lugar del evento, un moderno centro de convenciones en el corazón de la ciudad, se sintieron emocionados y ansiosos por lo que les esperaba.

Carlos, con su cabello castaño despeinado y sus gafas de montura negra, siempre estaba listo para aprender algo nuevo. Ana, con su cabello largo y oscuro recogido en una cola de caballo, era la más organizada del grupo y siempre llevaba una libreta y un bolígrafo para tomar notas. Tomás, el bromista del grupo, tenía el cabello rubio cortado al estilo militar y una sonrisa que podía iluminar cualquier habitación.

Al entrar en la sala principal, decorada con banderas de código abierto y pantallas que mostraban logos de distribuciones de Linux, Carlos exclamó: "¡Esto es como un festival de nerds! ¡Me encanta!". Ana sonrió y respondió: "Sí, pero aquí aprenderemos mucho. Además, he oído que habrá una sesión sobre seguridad informática que no podemos perdernos". Tomás, que siempre estaba bromeando, agregó: "Y tal vez encontraremos a la chica de nuestros sueños... o al menos a alguien que nos explique qué es un kernel sin que nos duermos".

Las charlas comenzaron con "El Linuxero Loco", un experto en Linux que se presentó con un sombrero de copa y un bigote exagerado. Era un hombre alto y delgado, con un traje de tres piezas que parecía haber sido confeccionado en la época victoriana. "¡Bienvenidos, amigos! Hoy vamos a hablar sobre la historia de Linux. ¡Prepárense para una aventura épica!", dijo con una sonrisa que iluminó la sala. Carlos se rió y le susurró a Ana: "Este tipo es genial. Me encanta su estilo". Ana asintió con la cabeza, tomando notas diligentemente en su libreta.

Después de la charla, llegó el momento de los debates. Los asistentes se reunieron en grupos para discutir sobre temas como la seguridad informática y la privacidad. Tomás, siempre el bromista, preguntó: "¿Cómo podemos proteger nuestros sistemas de hackers si no podemos ni proteger nuestras contraseñas de nuestros hermanos pequeños?". La sala estalló en risas. Ana intervino con seriedad: "En serio, la seguridad es crucial. Creo que la educación es clave. Si más personas entendieran cómo funciona el software libre, podríamos tener sistemas más seguros".

Sofía, la organizadora del evento, intervino con una sonrisa. Era una mujer joven con el cabello rojizo cortado a la altura de los hombros y una camiseta que decía "GNU/Linux para siempre". "Buen punto, Tomás. Pero en serio, la seguridad es crucial. ¿Alguien tiene ideas sobre cómo mejorarla?", preguntó mientras miraba alrededor de la sala. Ana levantó la mano y dijo: "Creo que la educación es clave. Además, deberíamos fomentar la colaboración comunitaria para desarrollar soluciones más robustas". El grupo aplaudió su respuesta.

Más tarde, durante las sesiones prácticas de instalación de Linux, Carlos se encontró con dificultades para configurar su sistema. "El Linuxero Loco" se acercó y le dijo: "No te preocupes, amigo. La instalación de Linux es como hacer una pizza. Puedes personalizarla al gusto, pero si te equivocas, te quedarás con un desastre". Carlos se rió y respondió: "Bueno, espero que mi pizza no se queme". "El Linuxero Loco" sonrió y agregó: "No te preocupes, te enseñaré a hacer una pizza perfecta... o al menos, un sistema operativo funcional".

Al final del día, los amigos se reunieron para reflexionar sobre lo que habían aprendido. Tomás dijo: "Me gustó mucho, pero creo que necesito más práctica para no quemar mi pizza... digo, mi sistema operativo". Ana sonrió y agregó: "Definitivamente regresaremos el próximo año. Y quién sabe, tal vez encontraremos a esa chica que nos explique el kernel". Carlos se rió y concluyó: "¡Y tal vez 'El Linuxero Loco' nos enseñe a hacer pizzas perfectas! Además, he aprendido mucho sobre la importancia de la comunidad en el desarrollo de software libre".

La convención terminó con risas y aplausos, y los amigos se fueron a casa con la promesa de seguir explorando el fascinante mundo del software libre. Y, por supuesto, con la esperanza de que la próxima vez, las pizzas salieran perfectas. Mientras caminaban hacia el metro, Tomás dijo: "Sabéis qué sería genial? Crear un proyecto de software libre juntos. Podríamos hacer algo innovador". Ana y Carlos se miraron entre sí y asintieron. "¡Vamos a hacerlo!", exclamaron al unísono. Y así, su aventura en el mundo del software libre apenas había comenzado.

Fuente de las imágenes
Imagen creada con Starryai.

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