To live slowly is to live longer.│Vivir lento es vivir más.

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Nowadays with globalization, it seems that the order of the day is to live as fast as possible, to perform as many activities during the day to meet certain objectives and once you finish that day, comes the planning of what you will do the next day, trying to optimize every second to meet that imposed dynamic.

Now, being efficient with time is the only way to live to the fullest, I say this because time is a non-renewable resource and is what allows us to be immersed in these biomechanical suits (Bodies) living the circumstantial reality that we are creating day by day, all life through the way we know it is possible to perceive while there is life within our bodies, while the grace of the unknown continues to manifest itself in such a wonderful way as it does.

However, being efficient with time has nothing to do with living fast, on the contrary, I believe it is more oriented towards the harmonic passivity of living the fullness from stillness. How would this be? Well, we are in a constant energetic confluence, living processes, storing experiences, all this from our limited consciousness and psychological state (That is why it is so important to always maintain an openness to new experiences). When you live from stillness you enjoy every movement made, every action performed, you do not focus on the next one, your attention is in the here and now, surrendering yourself to the only moment where you are absolute. The eternal now.

Therefore, while we live from the full harmony of stillness is where our consciousness will rise to unsuspected levels and we will have a better vision of the context we are living and generating. We will have the opportunity to live each breath as if it were our last, protected by a magnificent devotion and an admirable state of grace.

En la actualidad con la globalización mundial, pareciera que el orden del día es vivir tan rápido como sea posible, realizar la mayor cantidad de actividades durante el día para poder cumplir ciertos objetivos y una vez que terminas dicho día, viene la planificación de lo que harás al día siguiente, tratando la manera de optimizar cada segundo para cumplir con esa dinámica impuesta.

Ahora bien, ser eficiente con el tiempo es la única forma de vivir a plenitud, digo esto debido a que el tiempo es un recurso no renovable y es lo que nos permite estar inmerso en estos trajes biomecánicos (Cuerpos) viviendo la realidad circunstancial que estamos creando día a día, toda la vida a través de la forma como la conocemos se nos hace posible percibir mientras haya vida dentro de nuestros cuerpos, mientras que la gracia de lo desconocido se siga manifestando en esa forma tan maravillosa como lo hace.

No obstante, ser eficiente con el tiempo no tiene nada que ver con vivir rápido, al contrario, considero que se orienta más hacia la pasividad armónica de vivir la plenitud desde la quietud. ¿Cómo sería esto? Pues, nosotros nos encontramos en una confluencia energética constante, viviendo procesos, almacenando experiencias, todo esto desde nuestra consciencia y estado psicológico limitados (Por eso es que es tan importante siempre mantener una apertura a las nuevas experiencias). Cuando vives desde la quietud disfrutas cada movimiento realizado, cada acción ejecutada, no te enfocas en la siguiente, tú atención está en el aquí y ahora, entregándote al único momento donde eres absoluto. El eterno ahora.

Por ello, mientras vivamos desde la armonía plena de la quietud es donde nuestra consciencia se elevará a niveles insospechados y tendremos mejor visión del contexto que estamos viviendo y generando. Tendremos la oportunidad de vivir cada respiro como si fuese el último, amparado por una devoción magnífica y un estado de gracia admirable.