Es bueno distraerse mientras se lee, viajar, soñar, pensar y creer, sin embargo, no tiene por qué dejar huellas en la mente y el corazón al punto de dañar la percepción hacia lo que no está mal para llevarlo a la normalización y traspasarlo a la realidad, sobre todo en jóvenes que creen que leer no se necesita hacerlo con responsabilidad y entendimiento, poniendo los cinco sentidos en el libro que se adquiere.
Mi lobo precioso: