Todo en la vida es un equilibrio perfecto, pero depende de nosotros llevarlo a ese nivel porque, aunque de mentes y creencias diversas, la historia de la humanidad nos cuenta que cuando nos unimos dejando de lado cualquier dogma que se contrapone, podemos llegar a consensos y también al equilibrio y la armonía.
En la universidad tenía que ser intelectual la mayor parte del tiempo porque mi vista estaba centrada en el estudio, en los libros, en alcanzar una meta que me llevara a ver mi sueño hecho realidad. En mi trabajo tenía y tengo que ser intelectual porque no puedo basarme en la experiencia nada más, sino seguir las órdenes que los médicos nos dejan. En casa dejo el intelectualismo de lado, pero tampoco es que me meto de lleno en el antiintelectualismo porque sí lo considero tóxico si no se mezcla con otros compuestos.
El antiintelectualismo contemporáneo lo veo pernicioso porque intenta destacar cómo las opiniones basadas en preferencias personales prevalecen sobre el conocimiento hasta científicamente fundamentado, ejemplo de esto es lo que pasa con los terraplanistas. Considero que esta postura es peligrosa cuando ya forma bulos incluso en cuanto a la religión, haciendo que la gente se enferme hasta psicológicamente.
Ahora, un problema del intelectualismo es que muchas veces quien más sabe, más orgulloso se vuelve, esto también ocasiona el desprecio y, aunque no se dan cuenta, también llega a producirse cierto tipo de elitismo y clasismo que intenta disgregar a los grupos que no están interesados en la lectura, en el arte, en la música, etc.
Estoy de acuerdo contigo en que necesitamos en esta ocasión también del equilibrio para que las fuerzas sean una y nuestras emociones y comportamientos no se desbalanceen porque a la larga también nuestra conducta se ve afectada.
Muy completo el tema que nos planteas en esta ocasión, mi Rebe querida porque hasta hablaste como introducción sobre un tema que no tenía mucho conocimiento acerca del arte y ese banano pegado en la pared con cinta que, en lo personal, aunque no entienda mucho de trazos, pinturas y arte, hay que reconocer que eso no me transmite nada, ni mofa por la ridiculez que ese artista plástico presentó y que por cosas de la vida el creador de Tron lo compró en 6 millones de dólares para comérselo en un instante. Hay veces que como seres humanos queremos vivir ciertas experiencias hasta culinarias, pero esto no tiene nada de especial, sino que raya en lo ridículo.
Saludos y un abrazote para ti, para el doctor Benjamín y para toda la familia que los acompaña. Que tengas un lindo fin de semana y que Dios los bendiga grandemente 🤗🤗