No sé por qué ese gif me recuerda a la canción de Roberto Carlos, esa del gato triste y azul.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribió, doctor Ezequiel, pero ha sido como si nos escribiera todos los días porque a través de esta publicación que incluyó hasta una pequeña poesía de lo que implica para usted la paz mental, nos abrió la puerta de su corazón para contarnos una anécdota como las que suele escribir.
Ahora hay hasta gente en internet que promociona el cómo obtener la paz mental a través incluso de ese proceso que anda de moda que se llama inteligencia emocional, pero con lo que acabo de leer, para mí, está claro, más que claro lo que quiere transmitirnos. Creo que como seres humanos todos buscamos esa paz mental, y menos la podemos atrapar, aunque está en nuestro interior, cuando estamos atravesando alguna dificultad de la que parece no vamos a salir.
Su madre volvió a recordarle algo que usted ya sabía de antemano con todo lo que ha tenido que vivir, doctor, pero existen ocasiones que necesitamos ese empujoncito para volver al cauce, para volver al camino, para seguir adelante y convertirnos en campeones y en estrellas de nuestras propias competencias y programas de televisión personal. Los hijos pequeños, aunque no los tengo todavía, sé que son ese canal emocional para encontrar mucho más fácil el camino que tal vez estaba perdido para nosotros como adultos, lo he podido comprobar cuando he trabajado con niños en el servicio de Pediatría.
Me encantó la canción, me hizo mover los pies y ya imagino en parte lo que pudieron pasar usted y el doctor Benjamín en ese karaoke. Muchas gracias por su anécdota, doctor Ezequiel, siempre es un gusto leerlo, espero que su próxima publicación sea pronto.
Saludos y muchas bendiciones, un gran abrazo para Konstanze, para usted y toda la familia que los acompaña.
Que tengan un excelente inicio de semana y que Dios los bendiga grandemente.