Es necesario evitar saturarnos de actividades innecesarias

in blurt-188398 •  18 hours ago 

Estos días me puse a pensar en la cantidad de cosas que hacemos, muchas veces sin cuestionarnos si realmente son necesarias. Nos llenamos de actividades, de compromisos que parecen importantes en el momento, pero que al final, cuando los vemos con más calma, tal vez no lo eran tanto. Es como si la rutina nos empujara a hacer, hacer, hacer, sin detenernos a reflexionar si eso nos suma o simplemente nos agota.


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Me ha pasado, y estoy seguro que a ustedes también: decir que sí a algo solo porque parecía que no quedaba de otra, o porque no queríamos decepcionar a alguien. Pero al final, terminamos con esa sensación de estar saturados, como si no hubiera suficiente tiempo para todo. Y lo más curioso es que, muchas veces, esas cosas que nos llenan la agenda no son realmente importantes, o al menos no tanto como para robarnos nuestra paz.

El otro día me encontré haciendo una lista mental de todo lo que tenía que hacer, y de pronto me di cuenta de que muchas de esas cosas no eran esenciales. ¿Por qué estaba dedicándoles tanto tiempo y energía? Fue un momento de claridad, uno de esos en los que piensas: “¿De verdad necesito hacer esto?”. Y ahí es donde me detuve. A veces, necesitamos darnos permiso para decir que no, para soltar lo que no es prioritario.

Creo que vivimos en un mundo donde se valora más estar ocupados que estar en paz. Como si el tiempo libre fuera un lujo o algo de lo que sentirnos culpables. Pero no debería ser así. La tranquilidad, la calma, esos momentos en los que simplemente existimos sin estar corriendo de un lado a otro, son igual de importantes, si no más.


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Y no me refiero a dejar de hacer cosas por completo, porque claro, hay responsabilidades que no podemos ignorar. Pero sí creo que podemos ser más selectivos. Preguntarnos: ¿esto realmente aporta algo a mi vida? ¿O simplemente lo hago por inercia? Es una pregunta simple, pero que puede cambiar muchísimo la forma en la que vivimos nuestro día a día.

La próxima vez que sientas que no llegas a todo, detente un momento. Respira. Haz una pausa y revisa si realmente todo lo que tienes en tu lista merece tu tiempo y energía. Porque, al final, nuestro tiempo es limitado, y cada minuto que pasamos haciendo algo innecesario es un minuto que no estamos dedicando a lo que realmente importa: nuestra familia, nuestros amigos, nuestra salud, o incluso a nosotros mismos.


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No es fácil, lo sé. A veces parece que el mundo nos exige estar siempre ocupados, siempre disponibles. Pero creo que vale la pena intentarlo. Aprender a decir que no cuando es necesario, soltar esa idea de que necesitamos hacerlo todo. Porque no necesitamos. No somos máquinas, y no está mal admitirlo.

Hoy, si sientes que tienes demasiadas cosas en la cabeza, te invito a hacer un pequeño ejercicio: elige una cosa, solo una, que puedas dejar de lado. Aunque sea algo pequeño, aunque parezca insignificante. Y verás cómo, poco a poco, empiezas a recuperar ese espacio mental y emocional que tanto necesitas.

Que no nos gane la saturación. Que podamos disfrutar más, con menos. Porque la vida, cuando está menos llena de cosas innecesarias, se siente más ligera y, sobre todo, más nuestra.


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