Una pérdida no quiere decir que todo se acabó

in blurt-188398 •  22 hours ago 

Hace algún tiempo, escuché una frase que me marcó profundamente: "Una pérdida no es el fin; es una pausa en el camino". No recuerdo quién lo dijo, pero desde entonces ha estado presente en mi vida, especialmente en esos momentos donde todo parece derrumbarse. La pérdida, de cualquier tipo, tiene una forma peculiar de hacernos sentir que el mundo se detiene, como si el aire se volviera más pesado y los días más largos. Pero, con el tiempo, he llegado a entender que esas pausas no significan que todo terminó; más bien, son una invitación a mirar las cosas desde otra perspectiva.


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Es curioso cómo una pérdida puede descolocar tanto. Puede ser la pérdida de un ser querido, un trabajo, una relación, o incluso de una idea que teníamos sobre nosotros mismos. Todas duelen, y cada una lo hace de manera distinta. En el momento, la sensación de vacío puede ser tan intensa que pareciera imposible llenarla con algo más. Pero el detalle está en entender que ese vacío no está ahí para quedarse, sino para recordarnos que hay algo nuevo por construir.

Muchas veces, lo que nos paraliza no es la pérdida en sí, sino el miedo a no saber cómo seguir adelante. Es fácil caer en la trampa de pensar que no hay más opciones, que ya no podemos intentar algo nuevo o recuperar lo perdido. Pero, ¿qué pasaría si viéramos la pérdida como una lección, como una oportunidad de replantearnos nuestras prioridades? No digo que sea sencillo, porque no lo es. Duele, y a veces duele mucho. Pero al igual que un músculo que se rompe para hacerse más fuerte, las pérdidas también tienen el potencial de transformarnos.


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Una vez escuché a alguien decir que "lo que queda después de una pérdida es lo que realmente importa". Al principio no lo entendí. ¿Qué podría quedar después de perder algo tan importante? Pero con el tiempo, me di cuenta de que lo que queda es nuestra esencia, nuestra capacidad de seguir adelante y de reinventarnos. Lo que queda son las personas que nos aman, los momentos que hemos vivido y la fuerza que encontramos en nosotros mismos, incluso cuando parece que no la tenemos.

La clave está en no negarnos la posibilidad de sentir. Porque, aunque no lo parezca, el dolor también es una forma de sanación. Nos recuerda que somos humanos, que nos importa, y que tenemos la capacidad de superar. Lo importante es no quedarnos atrapados en ese dolor, sino usarlo como una herramienta para construir algo nuevo, algo que tal vez no habríamos imaginado si no hubiéramos pasado por ese momento difícil.


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No existen recetas mágicas para superar una pérdida. Cada persona tiene su propio proceso, y no hay un camino correcto o incorrecto. Lo que sí creo es que necesitamos darnos permiso para buscar ayuda cuando lo necesitemos, para apoyarnos en quienes nos rodean y para encontrar en nosotros mismos la valentía de intentarlo una vez más.

Porque una pérdida, por más dolorosa que sea, nunca significa que todo se acabó. Es un recordatorio de que la vida sigue, y con ella, nuestras posibilidades de crecer, de aprender y de ser un poco mejores cada día.


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