Nuestras complejidades como humanos

in blurt-188398 •  12 days ago 

Los humanos somos fascinantes, tan simples y complicados al mismo tiempo. Pensamos, sentimos, planeamos y, a veces, nos enredamos en nuestras propias creaciones. Me he dado cuenta de que mucho de lo que nos genera tensión proviene de nuestras estructuras mentales. Piensa en esto: hemos creado sistemas para medir el tiempo, para darle forma y sentido, pero ¿qué tanto nos ayudan realmente? Por ejemplo, el hecho de que un día termine y otro comience es algo natural, sin embargo, nosotros decidimos marcarlo con fechas, con calendarios, con "fines de año" que nos presionan a evaluar nuestra vida como si todo tuviera que encajar en un esquema perfectamente definido.


Imagen de Pixabay

Esto no significa que esté mal reflexionar, al contrario, es necesario mirar hacia adentro y analizar cómo vamos avanzando. Pero a veces siento que nuestras propias expectativas, esas que fabricamos a partir de la idea de “cerrar ciclos” o “aprovechar el nuevo comienzo”, terminan por ser un peso que cargamos innecesariamente. Nos exigimos tanto que olvidamos disfrutar el proceso. Es como si todo lo que hiciéramos tuviera que tener un final perfecto, un desenlace claro antes de permitirnos pasar a lo siguiente.

Hace poco pensaba en cómo esta necesidad de definirlo todo afecta incluso nuestras decisiones más pequeñas. A veces, queremos abarcar tanto, aprenderlo todo, hacer todo al mismo tiempo, que terminamos sin hacer nada realmente bien. Me pasó con un proyecto personal: aprender un nuevo idioma. Quería estudiar alemán mientras perfeccionaba mi inglés, pero el tiempo no me daba. Me frustraba la idea de no poder avanzar con ambos a la vez, hasta que entendí que, para lograr algo, a veces es necesario soltar otras cosas, dar un paso a la vez.


Imagen de Pixabay

Y no solo ocurre con lo académico o profesional; también pasa en nuestras emociones. Cuántas veces no cargamos con recuerdos, relaciones o sentimientos sin resolver, como si aferrarnos a ellos nos diera alguna ventaja. Pero la verdad es que esas cosas no cerradas nos consumen, como si nos ataran de alguna forma invisible pero poderosa. Cerrarlas requiere valentía, requiere enfrentarnos a lo que somos y aceptar que no siempre podemos con todo al mismo tiempo.

Es curioso cómo, a pesar de que nuestras mentes sean tan complejas, a menudo la solución está en lo simple. En el foco, en la claridad, en aprender a elegir en qué poner nuestra energía y dejar ir lo que no podemos abarcar ahora. No es fácil, claro, pero tampoco imposible. Es cuestión de práctica, como casi todo en la vida.


Imagen de Pixabay

Este año, decidí organizarme mejor. No quiero llenarme de metas inalcanzables ni de expectativas que solo me desgasten. En cambio, quiero hacer las paces con el tiempo y con mis propias limitaciones, tomarme las cosas con calma, disfrutar cada avance y aceptar cada tropiezo como parte del camino. Porque, al final, creo que eso es lo que realmente importa: no cuánto logramos, sino cuánto somos capaces de vivir plenamente, sin perdernos en las ideas de lo que "deberíamos ser."

Así que, si hay algo que te gustaría resolver, tal vez sea momento de hacerlo. Y si sientes que necesitas seguir adelante, suelta lo que te frena. Somos humanos, y nuestras complejidades también son nuestra fortaleza.


Authors get paid when people like you upvote their post.
If you enjoyed what you read here, create your account today and start earning FREE BLURT!