Sssssssssaludos, mis estimados y desprevenidos cómplices de lo desconocido... Aquí, en este rincón olvidado del cosmos, regresamos con la segunda entrega de la siniestra crónica del Doctor NATHAN NORK. ¿Lo recuerdan? ¿Aquel ser de cabellos eléctricos y mente fracturada que se atrevió a jugar con fuerzas que ningún mortal debería perturbar? Sus experimentos, realizados en las alturas de un rascacielos maldito en LOBO CITY, resonaron en los abismos de lo prohibido. Si aún no han sido contaminados por su historia, aquí yace el enlace que los conducirá al umbral de su locura:
https://blurt.blog/blurt-1831602/@mostrorobot/6jyzp-el-doctor-nathan-nork-parte-2-historias-de-lobo-city
Y ahora, sin más preámbulos, sumerjámonos en el abismo...
El Doctor NATHAN NORK (parte 2)
Un relámpago grotesco, como una serpiente de luz retorcida, se abalanzó sobre el pararrayos de la torre. En ese instante, las luces del laboratorio estallaron en un destello cegador, una luz blanca que devoró todo a su paso, envolviendo la estancia en una ceguera absoluta. El trueno que siguió no fue un sonido, sino un grito primigenio, un rugido que parecía provenir de las entrañas de un dios olvidado. Y entonces...
Silencio.
Oscuridad.
Una oscuridad tan densa que parecía tener peso, como si el vacío mismo se hubiera materializado para ahogar toda existencia. En ese abismo, formas comenzaron a emerger, lentamente, como si fueran criaturas nacidas de la nada. Pequeñas luces titilaron en la distancia, estrellas falsas en un cielo que no era cielo, una galaxia distorsionada que se extendía sobre NATHAN como una burla cósmica. Allí, en la inmensidad de ese falso universo, el doctor se encontraba diminuto, insignificante, un mero insecto bajo la mirada de algo que no podía comprender.
NATHAN, con sus trenzas eléctricas y cables que serpenteaban como extensiones de su propia locura, observó sus manos. Cicatrices y marcas de una vida dedicada a lo prohibido. Sus pies descalzos descansaban sobre un suelo grisáceo, frío y desigual, como si estuviera hecho de cenizas compactadas. Se dio cuenta de que estaba desnudo, excepto por los cables que brotaban de su cráneo y sus lentes de pasta negra, que inexplicablemente seguían allí, como un recordatorio de su humanidad perdida.
El horizonte era una línea infinita de ese suelo gris, un paisaje que se extendía hasta donde su vista podía alcanzar, y más allá. Sobre él, el cielo negro, un lienzo de oscuridad absoluta salpicado por esos falsos astros que parecían observarlo, burlarse de él. NATHAN decidió moverse, caminar en una dirección cualquiera, pues todas eran iguales. Avanzó arrastrando los pies, buscando una constelación, una señal, algo que le indicara un rumbo. Pero no había nada, solo el vacío y esas luces que no pertenecían a ningún mapa celeste conocido.
El tiempo perdió todo significado. Horas, días, quizás siglos. NATHAN caminaba sin cansancio físico, pero su mente comenzaba a resquebrajarse. Un dolor de cabeza sordo, como si algo se moviera dentro de su cráneo, crecía lentamente. Intentó mantener la cordura recitando su nombre, su edad, su profesión. "Soy NATHAN NORK, tengo cuarenta años, soy un científico...". Repetía fórmulas, versículos bíblicos, cualquier cosa que lo anclara a la realidad. Pero incluso las palabras comenzaron a perder sentido.
En un momento de desesperación, comenzó a cantar. Canciones de Guns N' Roses, Iron Maiden, KoRn. Su voz resonaba en la nada, un eco solitario en un universo que lo ignoraba. Bailó, giró, se dejó llevar por la locura momentánea hasta caer al suelo, jadeante. Cuando abrió los ojos, la oscuridad lo devoraba de nuevo. Se incorporó bruscamente, dándose cuenta de que había perdido el rumbo. Un grito desgarrador escapó de su garganta, un sonido que ni siquiera parecía humano.
Corrió. Corrió sin dirección, en zigzag, en círculos, hasta que el agotamiento lo derribó. En cuclillas, con las manos cubriendo su rostro sudoroso, intentó recuperar el control. El dolor de cabeza persistía, un recordatorio constante de que algo estaba mal, muy mal. Cuando finalmente levantó la vista, algo cambió. En el horizonte, una silueta borrosa se recortaba contra la negrura. Frotó sus ojos, se colocó los lentes de pasta negra y...
Entonces lo vio.
CONTINUARÁ
by mostrorobot
250303
ENGLISH VERSION
Sssssssalutations, my unsuspecting accomplices of the unknown... Here, in this forgotten corner of the cosmos, we return with the second installment of the sinister chronicle of Doctor NATHAN NORK. Do you remember him? That being with electric hair and a fractured mind who dared to meddle with forces no mortal should disturb? His experiments, conducted in the heights of a cursed skyscraper in LOBO CITY, echoed in the abyss of the forbidden. If you have not yet been tainted by his story, here lies the link that will lead you to the threshold of his madness:
https://peakd.com/hive-179291/@mostrorobot/el-doctor-nathan-nork-espeng
And now, without further ado, let us plunge into the abyss...
Doctor NATHAN NORK (Part 2)
A grotesque lightning bolt, like a twisted serpent of light, struck the tower's lightning rod. In that instant, the laboratory lights exploded in a blinding flash, a white light that devoured everything in its path, engulfing the room in absolute blindness. The thunder that followed was not a sound but a primordial scream, a roar that seemed to come from the bowels of a forgotten god. And then...
Silence.
Darkness.
A darkness so dense it seemed to have weight, as if the void itself had materialized to suffocate all existence. In that abyss, shapes began to emerge, slowly, as if they were creatures born of nothingness. Small lights flickered in the distance, false stars in a sky that was not a sky, a distorted galaxy stretching over NATHAN like a cosmic mockery. There, in the immensity of that false universe, the doctor stood tiny, insignificant, a mere insect under the gaze of something he could not comprehend.
NATHAN, with his electric braids and cables snaking like extensions of his own madness, looked at his hands. Scars and marks from a life devoted to the forbidden. His bare feet rested on a grayish, cold, and uneven floor, as if made of compacted ashes. He realized he was naked, except for the cables sprouting from his skull and his thick black-framed glasses, which inexplicably remained, like a reminder of his lost humanity.
The horizon was an infinite line of that gray ground, a landscape stretching as far as his eyes could see, and beyond. Above him, the black sky, a canvas of absolute darkness dotted with those false stars that seemed to watch him, mocking him. NATHAN decided to move, to walk in any direction, as all were the same. He dragged his feet, searching for a constellation, a sign, something to guide him. But there was nothing, only the void and those lights that belonged to no known celestial map.
Time lost all meaning. Hours, days, perhaps centuries. NATHAN walked without physical fatigue, but his mind began to crack. A dull headache, as if something were moving inside his skull, grew slowly. He tried to maintain his sanity by reciting his name, his age, his profession. "I am NATHAN NORK, I am forty years old, I am a scientist..." He repeated formulas, biblical verses, anything to anchor him to reality. But even words began to lose meaning.
In a moment of desperation, he began to sing. Songs by Guns N' Roses, Iron Maiden, KoRn. His voice echoed in the void, a lonely echo in a universe that ignored him. He danced, spun, let himself be carried away by momentary madness until he fell to the ground, gasping. When he opened his eyes, the darkness devoured him again. He sat up abruptly, realizing he had lost his way. A wrenching scream escaped his throat, a sound that didn't even seem human.
He ran. He ran without direction, in zigzags, in circles, until exhaustion brought him down. Crouched, his hands covering his sweaty face, he tried to regain control. The headache persisted, a constant reminder that something was wrong, very wrong. When he finally looked up, something changed. On the horizon, a blurry silhouette stood out against the blackness. He rubbed his eyes, put on his thick black-framed glasses, and...
Then he saw it.
TO BE CONTINUED
by mostrorobot
250303
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