Conversando con un amigo virtual, acerca de las cosas que ocurrían en tiempos inmemoriales, la moda de los 80, el tipo de música que enamoraba en tiempos de otrora, comenzamos a reflexionar acerca de las cosas que hacíamos y aquellas que podían permanecer en el tiempo, aun después que nuestro tiempo en esta tierra haya pasado.

¿Usamos bien el tiempo? ¿Aprovechamos los recursos que nos otorgó o simplemente, lo dejamos pasar?

Aunque nuestra conversación fue larga, solo extraje algunos fragmentos de ella para compartirlos con todos ustedes, mis querido lectores invisibles, a manera de preguntas y respuestas, donde doy mi opinión acerca de este recurso tan valioso y no renovable.

Fuente: Pixabay

¿Percibes al tiempo como un aliado o como un enemigo?

Creo que el tiempo es ambas cosas, dependiendo del ángulo desde donde se esté mirando. Es totalmente cruel y despiadado cuando se trata de retener a alguien que ya tiene que irse al más allá, cuando recordamos esos momentos que nos causan felicidad y aunque queramos repetirlos, no siempre es con las mismas personas.

También es el que siempre tiene la razón. Entonces será un enemigo cuando lo que quiero conseguir no lo tengo en el tiempo planificado y estoy apurado, pero es un gran amigo cuando de curar heridas se trata.

Entre estas dos aseveraciones: "somos esclavos del tiempo" y "el tiempo de Dios es perfecto", ¿con cuál te quedas?

No sé por qué esta pregunta me hizo recordar ese tema musical titulado "Esclavo y amo", pero aquí voy con lo que pienso.

¿El tiempo de Dios es perfecto? Obviamente que sí, pero también solemos decirnos esta expresión cuando no le damos mucha importancia a aquello que deseamos alcanzar y que no utilizamos los recursos correctos para que ocurra. Procrastinar, es algo que viene dentro de cada ser humano bien dormido, pero que lo despertamos como un mal hábito que deteriora nuestro bienestar.

Por otra parte, cuando desesperadamente queremos obtener la recompensa de algo y cuyo momento no es el indicado, podemos llegar a convertirnos en su esclavo, puesto que, dedicamos más tiempo del adecuado sin lograr ese resultado.

Recuerdo a un hombre de negocios que no usaba reloj porque aseguraba que era una forma de ser esclavo del tiempo.

¿Crees que el tiempo es un círculo que gira eternamente, repitiendo una y otra vez los ciclos, o se trata de una línea recta que avanza hacia el infinito en la que ningún día es igual a otro?

Definitivamente, son ciclos que una y otra vez se repiten, con diferentes protagonistas.

A la final, lo único que cambia es la gente, la tecnología, los momentos, pero sin duda, todo es cíclico, y eso es demostrable de forma empírica. En el universo, todo gira en torno a algo: La Luna alrededor de la Tierra, la Tierra alrededor del Sol, El sistema solar alrededor de otra cosa y la galaxia sobre otra cosa más grande, pero que, al ser tan vasto, aún no se sabe.

¿En algún momento de tu vida has sentido que “perdiste el tiempo”?

Uff. De eso no me cabe duda. No pierdo tiempo en el lamento, sin embargo, si hay algo en lo que creo que he perdido mucho tiempo, es en no haber invertido en mí mismo para aprender las leyes del éxito, la creación y conservación de la riqueza, en no aprovechar aquellos momentos que no regresaron nunca, como abrazar, besar, acariciar a esas personas que no están con nosotros y pensamos que nunca se irían.

Cuando tuve la oportunidad de lograr un objetivo y por miedo dejé pasar la oportunidad; No siempre lo veo como una pérdida de tiempo, porque para ser exitoso, hay que fracasar innumerables veces, y aunque esto nos da experiencias, al final es una pérdida de tiempo por no dedicar algo de este a buscar lecciones de vida en las experiencias de otros seres humanos que pasaron por lo mismo y después de algunos intentos, encontraron cómo lograr su propósito. No aprender de los errores de los demás... también es una forma de perder el tiempo.

Sea como sea, es tiempo, es un recurso de la vida no renovable, pero que, sabiendo utilizarlo de la forma correcta, podemos ser más virtuosos cuando nos dedicamos a serlo, y hacer que las cosas si no se dan de forma natural... ocurran.