Había una vez...

¿No les parece curioso que la mayoría de los cuentos comience con la misma expresión?

Comencemos de nuevo.

En un pueblo pequeño, al borde de un maravilloso y frondoso bosque, vivía una niña conocida por todos por usar constantemente una capa color rojo intenso. Todos la llamaban Caperucita Roja, por su radiante atuendo.

Un día (jamás podría ser de noche), su madre le pidió que llevara una cesta de alimentos a su abuela, que vivía al otro lado del bosque, porque pensaba que era una manera de honrar a su madre, y quería tener muchos días de vida sobre la tierra. Caperucita, emocionada por la aventura a la que se iba a enfrentar, se puso su capa roja, tomó la cesta y salió.

Mientras caminaba por el bosque, la niña se encontró con un lobo grande y fuerte, pero su aspecto no generaba miedo; Este lobo, llamado Lobo Gris, era conocido en el bosque como un guardián amable, que ayudaba a los animales y protegía a los viajeros.

Al ver a Caperucita, Lobo Gris se acercó y le preguntó:

— ¡Hola niña! ¡ ¿Para dónde vas?

—Voy a casa de mi abuela a llevarle esta cesta de alimentos que le envía mi mamá, —respondió Caperucita.

Lobo Gris, siempre dispuesto a ayudar, le sugirió un camino más corto y seguro, ya que había oído rumores de cazadores en el bosque.

—Gracias, Lobo Gris. Eres muy amable, dijo Caperucita, siguiendo el consejo del lobo.

Mientras Caperucita tomaba el camino seguro, Lobo Gris decidió adelantarse para asegurarse de que la abuela de Caperucita estaba bien.

Al llegar a la casa, explicó rápidamente la situación a la abuela y se escondió cerca para vigilar.

Poco después, Caperucita llegó a la casa de su abuela y llamó a la puerta.

—¡Abuela! Soy yo, La Caperuza.

¡Vaya nombre se autoimpuso, jaja!

La abuela, que ya sabía lo que ocurría, invitó a Caperucita a entrar. De repente, un cazador apareció en la puerta, pensando que podría cazar al lobo.

Lobo Gris salió de su escondite y, en lugar de atacar, habló con el cazador.

—No soy un lobo malvado, mi querido amigo. Solo protejo a los habitantes del bosque y a los viajeros. No tengo y nunca he tenido la intención de hacer daño a nadie.

El cazador, sorprendido por las palabras del lobo, bajó su arma y se disculpó.

Caperucita, su abuela y el cazador, comprendieron que no siempre las apariencias son lo que parecen y que es importante escuchar y comprender antes de emitir un juicio sobre otras personas.

Desde ese día, Lobo Gris, Caperucita Roja, su abuela y el cazador, se hicieron amigos y trabajaron juntos para mantener el bosque seguro, en armonía, y en paz.

Once upon a time...

Don't you think it's funny that most stories start with the same expression?

Let's start again.

In a small town, on the edge of a wonderful, lush forest, there lived a little girl known by everyone for constantly wearing a bright red cape. Everyone called her Little Red Riding Hood, because of her radiant outfit.

One day (it could never be nighttime), her mother asked her to take a basket of food to her grandmother, who lived on the other side of the forest, because she thought it was a way to honor her mother, and she wanted to have many days of life on earth. Little Red Riding Hood, excited about the adventure she was about to face, put on her red cape, took the basket and went out.

While walking through the forest, the girl met a big, strong wolf, but his appearance did not inspire fear; This wolf, called Gray Wolf, was known in the forest as a kind guardian, who helped animals and protected travelers.

Seeing Little Red Riding Hood, Gray Wolf approached her and asked:

—Hello, girl! Where are you going?

—I'm going to my grandmother's house to take her this basket of food that my mother sent her, —answered Little Red Riding Hood.

Gray Wolf, always willing to help, suggested a shorter and safer route, since he had heard rumors of hunters in the forest.

—Thank you, Gray Wolf. You are very kind, said Little Red Riding Hood, following the wolf's advice.

While Little Red Riding Hood took the safe path, Gray Wolf decided to go ahead to make sure Little Red Riding Hood's grandmother was okay.

When he arrived at the house, he quickly explained the situation to the grandmother and hid nearby to keep watch.

Soon after, Little Red Riding Hood arrived at her grandmother's house and knocked on the door.

—Grandma! It's me, Little Red Riding Hood.

What a name she gave herself, haha!

The grandmother, who already knew what was happening, invited Little Red Riding Hood to come in. Suddenly, a hunter appeared at the door, thinking that he could hunt the wolf.

Gray Wolf came out of his hiding place and, instead of attacking, spoke to the hunter.

"I am not an evil wolf, my dear friend. I only protect the inhabitants of the forest and the travelers. I do not have and have never had the intention of harming anyone."

The hunter, surprised by the wolf's words, lowered his weapon and apologized.

Little Red Riding Hood, her grandmother and the hunter understood that appearances are not always what they seem and that it is important to listen and understand before passing judgment on other people.

From that day on, Gray Wolf, Little Red Riding Hood, her grandmother and the hunter became friends and worked together to keep the forest safe, in harmony, and at peace.

_{Cuando el malo, no era tan malo}
Imagen creada en Ideogram

Una moraleja para todos nosotros:

Es necesario escuchar las dos versiones del mismo cuento. Porque, en la versión de Caperucita, el lobo siempre será el malo, y ella, una niña inocente.

Esta historia, que acabo de escribir, nos enseña que no debemos apresurarnos a juzgar a los demás basándonos en apariencias o prejuicios, cosa muy frecuente desde que el ser humano está pisando la faz de la tierra.

Todos tienen una historia y una razón detrás de sus acciones. Si tan solo logramos escuchar ambas versiones, o al menos, dos de versiones del mismo cuento, vamos a poder ver la verdad que subyace en todo.

Una historia no solo tiene dos versiones, y entre más pasa el tiempo, la fragilidad de la mente, va torciendo la historia a nuestro favor, y con el tiempo, nuestra historia es una mentira construida con medias verdades, donde el protagonista, siempre es el inocente.

A moral for all of us:

It is necessary to listen to both versions of the same story. Because, in Little Red Riding Hood's version, the wolf will always be the bad guy, and she, an innocent girl.

This story, which I just wrote, teaches us that we should not be quick to judge others based on appearances or prejudices, something that has been very common since human beings have been walking on the face of the earth.

Everyone has a story and a reason behind their actions. If we can just listen to both versions, or at least two versions of the same story, we will be able to see the truth that underlies everything.

A story does not only have two versions, and the more time passes, the fragility of the mind twists the story in our favor, and over time, our story is a lie built with half-truths, where the protagonist is always the innocent one.