A veces me invade la “ñoñez” y pienso que sí existe el destino, las sincronicidades, historias de superación que pueden superar a la ficción... Vuestro amor es ese caso, un gran ejemplo a seguir donde las dificultades más que amedrentar sellan aún más ese vínculo tan íntimo e imperecedero como es el amor, el auténtico AMOR con mayúsculas y no esa palabra maltrecha y tergiversada que se suele decir a la ligera sin pensar en todas las consecuencias y compromisos que implica.
A pesar de hacerme la dura un par de lágrimas resbalaron por mis mejillas durante la lectura, me emocionó mucho la carta y me dieron ganas de abrazarlos a ambos, y felicitarlos por formar una familia sana y equilibrada a pesar de todo. Siempre es un placer leerlos, y una dosis de calma y paz asegurada.