Me emocionó leer tu post y me dieron ganas de llorar, las muestras de bondad entre seres humanos siempre me ponen mojigata. La vida puede —y debería ser— más novelesca, con situaciones así que trasciendan todo egoísmo o barrera.

Respecto a la justicia: No creo que se deba actuar por mano propia, pero tampoco hay que obviar la realidad repleta de injusticias y opiniones parciales. Yo intento cultivar el perdón, no agraviar a nadie, y si lo hago minimizar el daño o revertirlo. La violencia engendra más violencia, y a veces una retirada a tiempo puede ser la única solución sin involucrarse en conflictos.

En esa situación planteada en el post probablemente habría hecho algo similar al policía, desconozco el cómo o por qué, pero es una máxima que siempre se cumple a rajatabla: Lo que das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas. Hay que pensar en el prójimo como extensiones de nosotros mismos y no como extraños con culturas y valores ajenos a nuestra vida.