Artista de los Colores. (Historia Real)

Desde pequeña sintió atracción hacia los crayones y lápices de colores. Dejaba su "decoraciones" en paredes y todo cuanto quedara a su alcance.

Fue entonces que mamá y papá decidieron comprar un blog grande, con muchas hojas blancas en las que pudiera plasmar tantas creaciones fruto de su imaginación.

Allí pintaba sus animales favoritos y todo cuanto se le ocurría.

Poco a poco fue creciendo y llegaron muchos cambios físicos y emocionales, pero su pasión por la pintura no desapareció. Al contrario, gracias a la madurez de los siete años pudo lograr nuevos trazos.

Dibujaba todo cuanto se le cruzaba por la mente, pero lo que más le gustaba eran las flores.

Y las aves...

Pero su pasión llegó a ser más que un hobby, una terapia. Cuando el covid-19 cerró las puertas a la diversión fuera de casa, la pintura se volvió una manera de disfrutar, de experimentar nuevas emociones y expresar sus sentimientos.

Tal es el caso de este dibujo que les muestro, un ejemplo de lo que pensaba sobre la situación que la rodeaba en ese momento.

En la imagen no se alcanzan a leer todas sus palabras, pero escribió: "Mi familia es la mejor. Cuando se acabe el coronavirus podremos disfrutar. Pero ahora tenemos que quedarnos en casa."

Aún con sus errores ortográficos propios de la edad plasmaba su sentir y su pensar. ¡Grande, muy grande para ser tan pequeña!

Pero el arte de dibujar desarrolló en ella otras habilidades necesarias para la vida cotidiana: no rendirse nunca hasta lograr sus objetivos, o al menos intentarlo; no tener miedo a equivocarse y tratar de superarse.

Ella sabe que la clave no está en no cometer errores, sino en corregirlos.

Actualmente, esa pequeña tiene 10 años. Dada su inclinación a esta expresión artística y las habilidades que posee, sus padres le buscaron el apoyo y la guía de un profesor de Plástica.

Él la ayuda con distintas técnicas muy útiles que a futuro le permitirán desarrollarse en este ámbito.

Por ahora lo ve como una diversión, es algo que disfruta mucho. No piensa mucho en el porvenir pero quién sabe cuántas sorpresas pueden esperarle...

Hoy sigue dibujando flores, animales y aves; esas que tanto le gustan. Trabaja en recrear rostros, se esfuerza por perfeccionar los detalles mientras sonríe feliz de sus logros y avances, por pequeños que sean.

Ya de aquel cuaderno no quedan más que hojas repletas de trazos y colorines, en un rincón del librero.

Le han seguido libretas y muuuchasss hojas, las que ahora cuelga en la puerta del refrigerador con imanes, feliz de poder adornarlo. Y que mamá atesora orgullosa, sabiendo que todo esfuerzo por cultivar esa semillita valdrá la pena.

Historia real inspirada en mi hija, mi pequeña Bry, mi artista de los colores.

Imágenes propias tomadas a algunos de sus dibujos. Prohibida su distribución.