Tiempo de calidad

Pienso mucho en la situación que se pasó, y es que no es tan habitual (por lo menos no en mi entorno), a pesar de que muchas páginas que prestan servicios de citas por internet estén a la orden del día. Creo que en algunos casos sí ha dado resultado el encontrar a la pareja porque ha existido la sinceridad de ambas partes desde el inicio, pero en otros casos como en el que ocurrió no siempre es como se espera.

Deséame suerte, Ari.

Fueron las palabras de mi compañera al despedirnos por un par de horas, pues tenía un encuentro con aquella persona con la que estuvo compartiendo su vida por un chat durante varios meses y bueno, ambos decidieron dar el siguiente paso: verse cara a cara.

Ella estaba muy ilusionada, yo fui testigo de sus emociones porque cuando hablaba por celular su rostro brillaba, se la veía feliz, pero esa felicidad solo fue momentánea, solo fue una antesala a una profunda decepción, a una ruptura de tipo amoroso por lo que vio cuando se encontró en quien se suponía era el sujeto con el que mantenía una relación de pareja a distancia.

Para no dar tanto detalle de la situación en mi consultorio mientras escribo esta publicación y espero algunos resultados de laboratorio e imagen que pedí que me entregaran sobre un caso de emergencias, mi compañera regresó hasta enojada porque la engañaron de una manera muy estudiada para no solo sacarle dinero, un dinero que con esfuerzo ella obtiene a través de su profesión.

Cuando me contó entre lágrimas los pormenores guardé silencio por un momento y al pedirme una opinión solo respondí que ella fue otra víctima del catfishing, lastimosamente es así.

Para quienes no sepan sobre esta práctica, se trata de un grupo de trucos deshonestos informáticos, una maña de crear identidades falsas en línea con el propósito de engañar, ya sea en redes sociales, aplicaciones de citas u otros espacios virtuales que actualmente maneja el mundo.

Este fenómeno plantea una serie de cuestionamientos que van más allá de la manipulación dentro de lo digital, pues toca aspectos más profundos de nuestra sociedad actual al ser presa de la globalización y el consumismo exagerado, inescrupuloso y puedo también llamar delictivo, de un bien empresarial que se formó para supuesto entretenimiento, soluciones flash, parejas, consejos, etc.

En el catfishing, cuando las personas se encuentran con la dura y triste sorpresa de que han sido engañadas por perfiles falsos que presentan identidades inventadas, la confianza en sí mismas y en la integridad/autenticidad de los demás se ve comprometida, es decir: también pagan justos por pecadores.

El catfishing es considerado un sinónimo de acoso, abuso y explotación porque quien lo practica puede llegar a obtener información personal de sus víctimas para manipularlas, extorsionarlas o chantajearlas en el presente o futuro inmediato.

A medida que nuestras vidas se vuelven cada vez más entrelazadas con la tecnología, la línea entre la realidad y la ficción puede volverse borrosa, esa es una verdad, mi verdad por supuesto para nada impuesta.

Creo que el catfishing también es un recordatorio poderoso de la necesidad de ser duros jueces con nosotros mismos, críticos y cautelosos en nuestras interacciones, si bien en la actualidad todo está más sintetizado, "más fácil" por Internet, si bien nos brinda oportunidades increíbles para conectarnos con otros y expandir nuestros horizontes, de paso nos expone a riesgos por no tener un espíritu que se dedica a discernir cada aspecto que se presenta en su vida, que se dedica a filtrar entre lo que como cerebros individuales considera bueno o malo, que no vive, que no se regala a sí mismo un tiempo de calidad.

Mientras escribo en mi portátil sé que me encuentro frente a una ventana abierta al mundo, una ventana que a menudo olvida observar para concientizar aspectos acerca del frenesí de la vida. Es curioso ver cómo un artefacto electrónico, una maravillosa herramienta que nos conecta con cada rincón del planeta, también puede alejarnos de lo más beneficioso: el tiempo de calidad con nosotros mismos y con quienes nos rodean.

Sin un tiempo de calidad personal es fácil perder de vista la belleza de las cosas simples porque la tentación de sumergirse en la pantalla de un dispositivo electrónico es constante y puede hacernos caer en una trampa eterna que desequilibra los sentidos biopsicosociales sin darnos cuenta.

En un momento de pausa y reflexión del día, en ese tiempo de calidad que hará que no cometamos imprudencias o seamos víctimas de estafas, es cuando más debemos tener en claro la importancia de desconectar, de apagar el teléfono con los datos, de cerrar la computadora y la fibra óptica, y simplemente estar presentes para nosotros mismos.

El tiempo de calidad alejado de la superficialidad que nos brindan los sistemas de redes es un regalo precioso que a menudo ignoramos, o queremos ignorar.

Siento que es en esos momentos de desconexión es cuando realmente me conecto para hallar dentro de mí pensamientos más profundos, emociones más sinceras y posturas cuidadosas, así como auténticas.

Todos los días es un compromiso a guardar ese tiempo de calidad personal para hallar experiencias que el planeta en su parte real nos puede ofrecer incluso en una ya casi extinta y valorada conversación mientras paseamos al aire libre sin distractores en las manos ni en las orejas.

El tiempo de calidad, al finalizar mi día, me hará entender el verdadero significado de las cosas, de las situaciones, del quién soy y por qué estoy aquí, ya que ese espacio (que debe ser intocable e innegociable) nos recuerda que somos humanos, que estamos en este mundo para vivir, amar, aprender de los errores, enseñar con sapiencia, escuchar y compartir experiencias con quienes nos rodean.

Como le dije a mi compañera de trabajo para que se tome unos días de asueto, ya que así, con ese estado anímico que está no podrá laborar como tiene que hacerlo y es mejor prevenir que lamentar:

Necesitas siempre de la concentración y la precisión en tus labores diarias como obstetra, sin embargo, como estás ahora no las tienes debido a la presión que se ejerce en tu corazón por la vivencia con el catfishing... es comprensible.

Ella necesita pensar las cosas, eliminar la mala experiencia, discernir y digerir, curarse antes de que la herida se haga más grande, así que estos días que no nos veremos le propuse que destine un tiempo de calidad para ella, un tiempo que puede convertirse en un estilo de vida continuo, en un viaje más consciente y equilibrado que nos hace atesorar y proteger lo verdaderamente necesario e importante.

A quienes leyeron y también a quienes no, les deseo un buen inicio de semana, que sus tiempos de calidad les generen tranquilidad, sabiduría, paz, progreso y mucha precaución porque bien dice un sabio: "engañoso es el corazón".

Un abrazo virtual.

—Ezequiel ©