Recuerdo cuando mi abuela, que en paz descanse, dependiendo de cómo amanecía el día, ella sabía que sería un día bueno o malo. Bueno era cuando amanecía despejado y mal si amanecía nublado, pero un día despejado y de calor era un día aburrido y fastidioso, pero nublado y sin llover en todo el día podría significar lo mismo, todo era la manera en la que ella veía las cosas. Y en eso caemos nuevamente, en la forma en la que uno mira y le da el sentido al día a día. Para mí no es de importancia si llueve o no llueve, si hace calor o no, lo importante es que amanecí, estoy vivo, estoy bien y por lo tanto me siento bien, tengo a mi familia viva y sana gracias a Dios, y el clima no es algo que pueda controlar, así que solo es de esperar a que pase lo primero, llueva o se despeje, mientras tanto esa no es una preocupación, fluir y dejar fluir las cosas es lo mejor para evitar estrés.

La mente se cansa de pensar y pensar las cosas, de adelantarnos a algo que no ha sucedido, eso nos genera estrés, es algo natural en el humano, pero solo tú sabes cómo controlarlo, no pienses mucho las cosas, espera pacientemente a que sucedan las cosas, si no tienes paciencia y todo te desespera, te digo que vas mal, primero aprende a entender las situaciones de la vida y después te digo que necesitas controlar las emociones, controla y mantén la calma, no es sencillo, pero si yo pude hacerlo cualquiera puede hacerlo. Yo solía perder la paciencia muy rápido, era algo que no controlaba y todo me estresaba, ahora, casi nada me estresa y he cultivado mucho la paciencia, y aquí estoy, más paciente que nunca, y controlando lo que está a mi alcance.

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