Imagen de Mehmet A. en Pixabay
Y hemos llegado a la publicación número 76 del reto de los 100 días, y aprovecho para exponer mi participación del concurso sin fin de @storychain (Sé que hay una historia pendiente, sin embargo, la terminaré mañana).
Editado: confundí el topico y el contexto de esta semana :/
El calor abrumante de desierto dificultaba la respiración, la sequedad del ambiente esfumaba la poca humedad que sus cuerpos podían retener. Montañas doradas pintaban los alrededores. La luz de los soles gemelos reflejada en la arena creaba un kaleidoscopio de espejismos cegadores.
Lenguas de arena habían engullido los restos de la cápsula de escape que los habían traído a ese planeta moribundo y desolado. Abandonada muchos días atrás; tras el resto de la tripulación.
Afortunadamente los escáneres habían detectado rastros de una civilización no muy lejos de donde habían aterrizado.
Beth seguía en su continuo análisis de las ruinas de la única estructura que mostraba una cultura inteligente quizás avanzada, pero extinguida hacía miles de años atrás.
El alférez Jim descansaba bajo las mantas de una seudo tienda improvisada. Su garganta reseca pedía a gritos un poco de agua pero sus raciones ya eran críticas. Un pensamiento seguía rondando su mente, como la hélices de un molino de viento.
“Valía la pena seguir racionalizando el agua”, estaba seguro de que morirían al igual que lo hizo el resto de la tripulación.
Beth anotaba cada descubrimiento en su consola pegada a su antebrazo, se movía de un lado al otro, tratando de descifrar la extraña escritura tallada en las ruinas de piedra. De vez en cuando se tambaleaba y caía al suelo; pero nuevamente se levantaba y seguía con su investigación.
“Quizás perdió la cabeza. ¿Habría enloquecido a causa del calor abrasivo?”, pensó Jim
El alférez seguía tirado bajo la carpa, sin quitar su mirada de la teniente.
“Quizás esté sufriendo insolación. Tiene mucho tiempo bajo estos gemelos inclementes.”
Desató sus zapatos y sacudió la arena que tenía dentro de ellos.
-- ¡Maldita arena, se mete en todas partes!
Secó el sudor de su frente y cerró sus ojos.
“Posiblemente no soportó la pérdida de sus compañeros; ella era la segunda al mando de esta expedición. Estoy seguro de que se culpa de lo sucedido. Sin embargo, no había forma de predecir el efecto del extraño fenómeno que dañó el motor FTL. Trás la muerte del ingeniero en jefe, todo se vino abajo; ninguno de nosotros sabía reparar ni siquiera un conductor de plasma.”
Jim se echó hacia atrás y se quedó mirando cómo diminutos rayos de luz se colaban por los agujeros de la manta que servía de techo. De vez en cuando, una pequeña rafaga de viento, agitaba la tela y hacía que los haces de luz bailaran.
De pronto, una nueva idea iluminó su mente al ver que Beth danzaba entre las ruinas de la civilización desaparecida. Literalmente bailaba.
“¡Con un demonio!. ¡Claro que sí! No pueden suceder tantos eventos desafortunados al azar juntos. Esto es una prueba. De seguro estoy en una holocubierta y nos están examinando en la Academia Espacial.”
El alférez se levantó tan rápido como un rayo y comenzó a gritar.
--¡Fin de la simulación! ¡Fin de la simulación!
Al ver que aún seguía sintiendo el calor abrasivo de los soles gemelos, gritó nuevamente
--¡Computadora! Finaliza la simulación. Código alfa, romeo, theta, cuatro, nueve, zeta, equis, sigma, epsilon.
Repetía una y otra vez, gritando hacia el cielo.
Beth corrió hacia Jim y le dio una bofetada.
-- ¡Alférez!
Jim rompió a llorar arrodillado frente a Beth.
Ambos se arrastraron debajo de la tienda y se tendieron sobre la arena
Beth se enjugó la cara con su manos. Su piel quemada ardió ante su toque. Sabía que las ruinas que había encontrado indicaban la presencia de una civilización avanzada y posiblemente podrían encontrar un modo de comunicarse con la flota estelar. Estaba cerca de encontrar una solución, sabía que la tenía enfrente, pero por más que intentaba, sus esfuerzos fueron en vano.
Quizás había perdido la razón como el alférez Jim. Al igual que el alférez, decidió sacar la arena de su zapatos. Sus pies llenos de vejigas lo agradecieron.
-- Vamos a morir, ¿no es cierto? Pronunció Jim
Beth tomó un sorbo de su ración de agua y se la ofreció a Jim. Éste agradeció el gesto.
Beth le echó una mirada a Jim. Escondido en los ojos del alférez aún quedaba un vestigio de esperanza.
-- Posiblemente. Respondió Beth con amargura.
Lamentó pisotear el pequeño destello de esperanza del alférez. Mentir era irrelevante.
-- Después de un rápido escaneo, este era el único planeta del sistema solar que podía soportar levemente la vida humana. Para cuando pude comprobar los datos, su fuerza de gravedad ya nos había jalado hacia él. Aún así, antes de caer, los sensores indicaron que había superado el límite de Roche.
-- ¡Maldita sea! Escupió el alférez
-- Puede que solo contemos tan solo con pocos días antes de que se desintegre el planeta.
Ambos quedaron sumidos en sus pensamientos. De pronto, el alférez rompió a reír.
Por un momento Beth pensó que la deshidratación finalmente había acabado por enloquecer a Jim.
Beth lo observó con desconcierto.
-- Perdone, comandante. Hace unos momentos, pensé que usted estaba danzando. Me causó mucha gracia. Supongo que la deshidratación está afectando mi cordura.
-- ¡Eso es! Gritó Beth
-- Venga conmigo alférez, haga un esfuerzo. Quizás haya salvado nuestras vidas.
Jim estaba a punto de protestar pero el entusiasmo repentino de la comandante era contagioso.
Beth se posó sobre uno de los bordes de la superficie rocosa que emergía sobre la arena y señaló a Jim que se colocara al otro lado de la estructura.
-- Cuando yo de un paso a la derecha, usted haga lo mismo, hacia su derecha.. Me captas Jim.
Jim afirmó y se puso sobre el otro extremo. Cada una de las rocas frente a él convergían hacia el centro de la estructura en forma de espiral.
-- Debemos hacerlo al mismo tiempo. Como si bailaramos.
-- ¿Ha bailado alguna vez alférez?
-- Afirmativo, madam.
Comenzaron a realizar los movimientos, pero el cansancio y la sed dificultaba la ejecución simultánea.
Después de 10 minutos, Jim cayó sobre sus rodillas desanimado.
-- ¿Qué demonios estamos haciendo Beth?
-- Mantenga su mente ocupada, alférez Jim. Sobre sus pies. ¡Es una orden!. Ordenó Beth
Jim recordó su entrenamiento en la Academia y su cuerpo reaccionó ante la orden emitida.
-- ¡Vamos! Desde el principio. Uno, dos, tres … Izquierda, derecha, izquierda, giro.
Continuó Beth contando al ritmo de una tonada militar que solían usar para el entrenamiento de los cadetes en la Academia.
Con cada paso se acercaban cada vez más, hasta que quedaron uno frente al otro.
Por un momento nada ocurrió. Jim cerró sus ojos al darse cuenta una vez más, su esperanza de sobrevivir, se disolvía como la humedad de su cuerpo. Sus labios resecos y partidos no podían emitir más palabras.
Beth no entendía lo que habían hecho mal. Estaba demasiado agotada para pensar. Todas sus fuerzas se habían esfumado con el último movimiento. Su cuerpo cayó sobre los brazos del alférez y perdió el conocimiento. En ese momento las rocas sobre las que habían estado danzando se encendieron y una luz cegadora los envolvió. Jim aferró fuertemente el cuerpo de la comandante y cerró sus ojos antes de fijarse que la estructura debajo de sus pies se desintegraba.
Beth sintió como corria el agua dulce sobre su garganta. Sus labios partidos agradecieron el frío refrescante.
Abrió sus ojos y vio a Jim con una gran sonrisa.
-- Tranquila. Sea lo que sea que hicimos, funcionó, comandante. Estamos a muchos años luz de donde estábamos.
Beth echó un vistazo al lugar donde se encontraban. La vegetación tropical inundaba la escena y el sonido de un riachuelo lo explicaba todo.
-- Puede descansar comandante. He detectado una nave de la flota estelar cercana y han contestado a nuestra señal de auxilio. Pronto estarán aquí.
Gracias por leer y hasta la próxima, vaquero del espacio.
Si deseas conocer más sobre el concurso sin fin de @storychain, visita el siguiente link:
https://blurt.world/theneverendingcontest/@storychain/theneverendingcontest-n-109-s4-p2-i3-contest
And we have reached publication number 76 of the 100 days challenge, and I take this opportunity to expose my participation in the never-ending contest of @storychain (I know there is a story pending, however, I will finish it tomorrow).
Edited: I confused the topic and the context of this week :/
The overwhelming heat of the desert made it difficult to breathe, and the dryness of the environment made the little humidity that their bodies could retain disappear. Golden mountains painted the surroundings. The light of the twin suns reflected on the sand created a kaleidoscope of blinding mirages.
Sand tongues had swallowed up the remains of the escape capsule that had brought them to this dying and desolate planet. Abandoned many days ago; along with the rest of the crew.
Fortunately, the scanners had detected traces of civilization not far from where they had landed.
Beth continued to analyze the ruins of the only structure that showed an intelligent culture, perhaps advanced, but extinct thousands of years ago.
Ensign Jim was resting under the covers of a makeshift pseudo tent. His dry throat was crying out for water, but the rations were already critical. A thought kept going through his mind, like the propellers of a windmill.
"It was worth continuing to ration the water," he was sure they would die just like the rest of the crew.
Beth wrote down each discovery on her console attached to her forearm, moving from side to side, trying to decipher the strange writing carved in the stone ruins. From time to time she would stumble and fall to the ground, but again she would get up and continue her research.
"Maybe she lost her mind. Would she have gone crazy from the abrasive heat," Jim thought
The ensign was still lying under the tent, not taking his eyes off the lieutenant.
"Maybe she' s suffering from sunstroke. She has a lot of time under these inclement twins."
He untied his shoes and shook the sand inside them.
-- Damn sand, it gets everywhere!
He wiped the sweat from his forehead and closed his eyes.
"Possibly she could not bear the loss of her companions; she was the second in command of this expedition. I am sure she blames herself for what happened. However, there was no way to predict the effect of the strange phenomenon that damaged the FTL engine. After the death of the chief engineer, everything fell apart; none of us knew how to repair even a plasma conductor.
Jim backed up and watched as tiny beams of light poured through the holes in the blanket that served as his roof. Occasionally, a small gust of wind would shake the canvas and make the light beams dance.
Suddenly, a new idea illuminated his mind as he saw Beth dancing among the ruins of the vanished civilization. She literally danced.
"God damn it! So many unfortunate events cannot happen randomly together. This is a test. I'm sure I'm on a holodeck and we're being tested at the Space Academy."
The ensign got up as fast as lightning and started screaming.
-- End of simulation! End of simulation!
Seeing that he was still feeling the abrasive heat of the twin suns, he shouted again
-- Computer! Finish the simulation. Code Alpha, Romeo, theta, four, nine, zeta, sigma, epsilon.
He repeated over and over again, shouting to the sky.
Beth ran to Jim and slapped him.
-- Ensign!
Jim broke into tears on his knees in front of Beth.
They both crawled under the tent and lay on the sand
Beth wiped her face with her hands. Her burnt skin burned at her touch. She knew that the ruins she had found indicated the presence of an advanced civilization and could possibly find a way to communicate with Starfleet. She was close to finding a solution, she knew that it was in front of her, but no matter how hard she tried, her efforts were in vain.
Perhaps she had lost her mind like Ensign Jim. And like the Ensign, she decided to get the sand out of her shoes. Her bladder-filled feet were grateful.
-- We are going to die, aren't we? Jim pronounced
Beth took a sip of her ration of water and offered it to Jim, who thanked her for the gesture.
Beth took a look at Jim. Hidden in the ensign's eyes was a glimmer of hope.
-- Possibly. Beth responded bitterly.
She lamented trampling on the ensign's small glimmer of hope. Lying was irrelevant.
-- After a quick scan, this was the only planet in the solar system that could slightly support human life. By the time I was able to check the data, its gravitational pull had already pulled us towards it. Even so, before we crashed, the sensors indicated that it had exceeded Roche's limit.
-- Damn it! The ensign spat out
-- We may only have a few days before the planet disintegrates.
Both of them were immersed in their thoughts. Suddenly, the ensign burst out laughing.
For a moment Beth thought that the dehydration had finally driven Jim crazy.
Beth watched in confusion.
-- Excuse me, Commander. A few moments ago, I thought you were dancing. It was very funny to me. I guess the dehydration is affecting my sanity.
-- That's right! Beth shouted
-- Come with me, Ensign, make an effort. You may have saved our lives.
Jim was about to protest but the commander's sudden enthusiasm was contagious.
Beth landed on one of the edges of the rocky surface emerging from the sand and motioned to Jim to stand on the other side of the structure.
-- When I step to the right, you do the same, to your right. You understand me, Jim?
Jim nodded and stood on the other end. Each of the rocks in front of him converged toward the center of the structure in a spiral shape.
-- We have to do it at the same time. Like we're dancing.
-- Have you ever danced, Ensign?
-- Affirmative, madam.
They began to perform the movements, but tiredness and thirst made it difficult to perform simultaneously.
After 10 minutes, Jim fell to his knees in discouragement.
-- What the hell are we doing, Beth?
-- Keep your mind busy, Ensign Jim. On your feet. That's an order. Beth ordered
Jim remembered his training at the Academy and his body reacted to the order issued.
-- Let's go! From the beginning. One, two, three... Left, right, left, turn.
Beth continued counting to the rhythm of a military tune they used to use for cadet training at the Academy.
With each step, they got closer and closer until they were facing each other.
For a moment nothing happened. Jim closed his eyes as he realized once again, his hope of survival was dissolving like the moisture in his body. His dry, chapped lips could not utter any more words.
Beth didn't understand what they had done wrong. She was too exhausted to think. All her strength was gone with the last movement. Her body fell into the ensign's arms and she lost consciousness. At that moment the rocks on which they had been dancing lit up and a blinding light enveloped them. Jim clutched the commander's body tightly and closed his eyes before noticing that the structure under his feet was disintegrating.
Beth felt the freshwater running down her throat. Her chapped lips were grateful for the refreshing cold.
She opened her eyes and saw Jim with a big smile.
-- Take it easy. Whatever we did, it worked, Commander. We are many light years away from where we were.
Beth took a look at the place where they were. Tropical vegetation flooded the scene and the sound of a stream explained everything.
-- You can rest, commander. I detected a Starfleet ship nearby and they responded to our distress signal. They will be here soon.
Thanks for reading and see you next time, space cowboy.
If you want to know more about @storychain's never-ending contest, please visit the following link:
https://blurt.world/theneverendingcontest/@storychain/theneverendingcontest-n-109-s4-p2-i3-contest
Ahi, que pena! Me gustò mucho esta historia, pero con el tema de la semana pasada. Lo siento! Lo que importa es que continuas a escribir por el contest y no lo dejas! Las semanas que vienen van a volver mejor!
Hola! No sabía que hablabas español. Gracias por pasarte por aquí.
Sí, que tonto de mi parte, confundí los posts ;P
Son excelentes noticias.
Ten un buen día ^_^