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En el post anterior hemos hablado del multifacético Hermes, el heraldo de los dioses y una divinidad venerada por los comerciantes, los atletas y los ladrones por igual debido a sus múltiples atributos. Hemos abordado los distintos mitos que dieron origen a los atributos de psychopompos (guía de almas) y de Logios (dios de la elocuencia) y hemos notado cómo en Roma ha llegado a ser comparado con el germano Wotan.
Se ha mencionado vagamente los distintos elementos con los que fácilmente se le pueden identificar, pero hay uno en particular que merecía una nota mitológica especial, debido a que su símbolo fácilmente presta a confusiones dentro del gremio de los profesionales de la salud: El kerykéion, o caudceo.
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Hermann Steuding (1961) señala que el caduceo era el cayado con el que se identificada a un heraldo o mensajero de un gobernante. En su calidad de heraldo de las divinidades, Hermes llevaba un caduceo conformado por dos serpientes enroscadas alrededor de la vara; en la punta de desplegaban unas alas. Aquél objeto le daba la facultad de guiar a las almas al inframundo, de transmitir los designios de los dioses, y de presidir acuerdos comerciales y políticos.
Para Francisco Diez de Velasco (1988), el kerykéion otorga a Hermes un status único dentro de la organización del espacio cosmogónico grecolatino, pues simboliza el poder sobre los mundos ambiguos, entendiéndolos como los límites entre la vida y la muerte, transformándolo en una de las dos divinidades que puede entrar y salir del Inframundo sin daño alguno.
¿Símbolo de la medicina o del comercio?
Desde el Renacimiento hasta nuestros días ha sido notable la confusión entre el Caduceo de Hermes y la Vara de Asclepios; el primer hito de esta confusión lo podemos hallar en los libros impresos por Johannes Froben en el período del Renacimiento, quien utilizó erróneamente el Caduceo como sello para distinguir los libros de medicina (Pino Andrade, 2014: 80). Otro caso de confusión se generó más o menos en ese mismo período histórico cuando William Butts, médico de cabecera del rey Enrique VIII de Inglaterra, lo añadió a su escudo de armas (Murillo Godínez, 2010: 612).
¿A qué se debe aquella confusión, siendo ambos símbolos muy distintos en aspecto? Es posible que la respuesta se encuentre en uno de los atributos de Hermes: el Psychopompos. La guía de las almas, el estar en medio de los límites entre la vida y la muerte. Después de todo, Hermes es una divinidad multifacética y liminar; es capaz de presidir los tratados políticos y comerciales gracias a su elocuencia, y es el más competente para recoger a las almas al Inframundo o guiar a las que no les ha llegado aún su hora.
Fuentes consultadas
- Diez de Velasco, Francisco. 1988. "Un aspecto del simbolismo del Kerykeion de Hermes", en: Gerión, núm. 6. Editorial de la Universidad Complutense de Madrid. Pp. 39 - 45. Obtenido de: https://revistas.ucm.es/index.php/GERI/issue/view/GERI888812
- Murillo Godínez, Guillermo. 2010. "El símbolo de la medicina: la Vara de Esculapio o el Caduceo de Hermes", en: Medicina Interna de México. Vol. 26, núm. 6. Noviembre - diciembre. Pp. 608 - 615. Obtenido de: https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=28441#:~:text=La%20Vara%20de%20Esculapio%20
- Pino Andrade, Raúl. 2014. "Mitología griega y medicina: Asclepio, su bastón y una confusión de larga data", en: Revista de la Facultad de Ciencias Médicas. Vol. 32, núm. 2. Septiembre. Universidad de Cuenca. Pp. 77 - 81. Obtenido de: https://publicaciones.ucuenca.edu.ec/ojs/index.php/medicina/article/view/890
- Steuding, Herman. 1961. Mitología griega y romana. España. Editorial Labor.
Muy buen post, detallado en verdad, se aclara aún más el verdadero símbolo y propósito del famoso caduceo.
Y lo más curioso es que aún en las recetas de medicina veamos ese símbolo. Quizás siempre supieron su verdadero origen y solo lo usan por cuestiones estéticas o, como dijo hace unos días una amiga, es para señalar que comercian con la salud. Nunca lo sabremos.
¡Un saludo, mi estimado, y gracias por leer!