En el post anterior habíamos hablado de Tifón , monstruo fantástico recordado por su legendaria lucha contra Zeus, rey de los dioses, a quien derrotó en un principio, solo para ser enterrado en el monte Etna. También explicamos cómo sus características son en cierto modo una alegoría de las actividades volcánicas, sirviendo su mito como un escaparate para explicar la presencia de la lava y el humo piroclástico. Como consorte de Equidna, fue padre de singulares seres fantásticos, destacándose entre ellos el perro bicéfalo Ortro, el tricéfalo Cerbero, la Hidra de Lerna y nuestro personaje de hoy, la Quimera.
¿Quién era la Quimera en la mitología grecolatina?
Algunas versiones recopiladas por Covington Scott Littleton (2004) y Pierre Grimal (1981) señalan que la Quimera era hija de Tifón y Equidna, quienes la habían entregado a Amisodaro o Amisodares, rey de Caria, para que la criara. Por su parte, Hesíodo (2000) la señala como la única hija de la Hidra de Lerna, aunque no determina si había nacido por partenogénesis o si era descendiente de Tifón.
Respecto a su aspecto físico, Hesíodo (2000) la describe como un ser de gran tamaño; tenía tres cabezas de animales, con la parte delantera de un león, la parte media de una cabra y la parte trasera de una serpiente. De sus fauces vomitaba fuego, y corría tan rápido que podía alcanzar a su presa con facilidad. Es pertinente señalar que la descripción ofrecida por el autor ha ido evolucionando con el paso de los siglos, llegando a nuestros tiempos la imagen de un ser fantástico con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente (Pérez-Rioja, 1962: 305; Lurker, 1999: 244).
Quimera de Arezzo. Escultura etrusca. Fuente: Wikipedia
Algunos autores, como Homero (como se citó en Lurker, 1999) y Grimal (1989), señalan las costas de Licia (actualmente la provincia turca de Antalya) como su lugar de residencia. Otros, como Virgilio (como se citó en Lurker, 1999), mencionan que vivía cerca de la entrada al Inframundo, es decir, en una cueva. En cuanto a su descendencia, Hesiodo (2000) menciona que tuvo por hijos a la Esfinge y el León de Nemea, ambos nacidos de la unión con su hermano Ortro.
El enfrentamiento con Belerofonte
Belerofonte, hijo del rey Glauco de Corinto y de la esposa de éste, Eurínome, se encuentra en la corte del rey Yóbates, rey de Licia; éste lo envía a las costas para que matara al monstruo, con la promesa de que se casaría con su hija menor, Filonoe. La intención de Yóbates al enviarlo no era otra que deshacerse de él a petición de Preto, rey de Tirinto y yerno suyo; el soberano acusaba a Belerofonte de haber intentado violar a Antaia, su consorte e hija de Yóbates.
Belerofonte matando a la Quimera. Museo Arqueológico de Rodas. Fuente: Wikipedia
Tras domar al Pegaso con ayuda de Atenea, Belerofonte marcha en busca de la bestia, a la cual logra matar al clavarle la espada o una lanza con punta de hierro en la garganta, provocando que el metal se derritiera de forma instantánea y abrasara sus entrañas (Falcón Martínez, Fernández Galiano, y López Melero, 1989: 547). No obstante, algunas versiones señalan que Belerofonte no se enfrentó a la Quimera; de último minuto, el joven se asustó tanto que por accidente había pateado una de las esferas de plomo que Atenea le había regalado para evitar que Pegaso se elevara hacia el sol. La esfera cae en el hocico de la Quimera, la cual lanzaba en ese momento una llamarada; el metal se derrite, esparciéndose entre los intestinos y provocándole la muerte (Köhlmeier, 2007: 83).
Un símbolo de múltiples interpretaciones
Nadia Julien (1997) señala que la Quimera es un símbolo de lo imposible y de lo irreal; un símbolo de las ilusiones. Opinión parecida comparten Jean Chevalier y Alain Gheerbrant (1993), quienes la señalan como un símbolo complejo y heterogéneo que se puede prestar a muchas interpretaciones, desde el lado oscuro de la Naturaleza (desastres naturales) hasta la falsedad de las ideas y los obstáculos de la vida.
En el mito de Belerofonte, Yóbates sabía que Belerofonte podría morir al enfrentarla; la Quimera era una criatura invencible de grandes proporciones. A ella muchos se enfrentaron, con la muerte como su triste final. Sin embargo, el joven héroe salió ileso al darle muerte al monstruo, lo que podría interpretarse como la alegoría de que todo problema tiene solución, por más imposible que aparente ser.
Bibliografía citada
- Chevalier, Jean, y Gheerbrant, Alain. 1993. Diccionario de los símbolos. Barcelona. Herder.
- Falcón Martínez, Constantino; Fernández Galiano, Emilio, y Raquel López Melero. 1989. Diccionario de la Mitología Clásica. Vol. 2. México. Alianza Editorial.
- Grimal, Pierre. 1981. Diccionario de mitología griega y romana. España. Paidós.
- Hesíodo. 2000. Teogonía. Trabajos y días. Escudo. Certamen. México. Alianza Editorial.
- Julien, Nadia. 1997. Enciclopedia de los Mitos. México. Robin Book / Océano.
- Köhlmeier, Michael. 2007. Breviario de mitología clásica. Vol. II. España. Edhasa – Los libros de Sísifo.
- Lurker, Manfred. 1999. Diccionario de dioses y diosas, diablos y demonios. España. Paidós.
- Pérez-Rioja, J.A. 1962. Diccionario de símbolos y mitos. España. Editorial Tecnos.
- Scott Littleton, Covington. 2004. Mitología. Antología Ilustrada de mitos y leyendas del mundo. Singapur. Brune.
Muchas gracias por compartir tu investigación de la Quimera, siempre asocié la palabra a la combinación de varias partes de animales en uno sólo. Estamos ansiosos de tu siguiente entrega @victoria!
¡Muchas gracias, mi estimado @cosmicboy123! Y espero traer pronto a la Esfinge junto con Poseidón, el dios de los mares. ¡Saludos y que tengas un bonito fin de semana!
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Hola amiga, impresionante relato, todo un misterio, me encanto leer.
¡Muchas gracias, @napito! Me alegra mucho de que te haya gustado mi escrito. ¡Un fuerte abrazo y que pases un bonito fin de semana!