Juguetería
Todas mis canicas se habían perdido, no porque las hubiera jugado con otros niños, si no porque había olvidado donde las había dejado, siempre he odiado buscar cosas, pero en aquello años no había mucho con que jugar, así es que me puse a buscarlas por toda la casa hasta que me di por vencido. Salí a la calle y vi a mis amigos jugar en el suelo con sus canicas. En eso llegó papá y vio que yo no jugaba.
-Urbano, ¿Porque no juegas con los demás niños? Tal vez papá pensó que tenía dificultad para relacionarme con los demás niños, después después de todo tenía relativamente poco de conocerme.
-Perdí mis canicas- Le dije sin dar mucho detalle.
Esa tarde papá me llevó a la juguetería a comprarme algunas canicas y un camión pequeño de madera. Nunca había ido a una juguetería, ni sabía que existían, mamá de cuando en cuando llegaba con unas pocas canicas que yo fui juntando, pero no tenía ni idea de donde las sacaba, hasta ese día.
Al día siguiente cuando papá llegó de trabajar yo estaba jugando en el suelo con los demás niños a las canicas. Al verlo sentí mucho gusto de que ya hubiera llegado y corrí a abrazarlo.
-Mauro- le dije. El vio que mi camisa estaba ya muy desgastada y me prometió que el fin de semana me compraría unas nuevas.
Cuando entró a la casa me asome por la ventana y oí que le decía a mi mamá.
-Amor, incúlcale a los niños que me digan papá-
La siguiente vez que lo vi le dije: -papá! y alcancé a ver una lágrima bajando por sus mejillas. Yo acababa de cumplir los seis años y era la primera vez que pude ver lo que era un padre verdadero. No aquél que me hizo con mamá, si no aquél que se gana su lugar cada día trabajando por mí para que nada me faltara.
Toy Store
All my marbles had been lost, not because I had played them with other children, but because I had forgotten where I had left them, I have always hated looking for things, but in those years there was not much to play with, so I started looking for them all over the house until I gave up I went outside and saw my friends playing on the ground with their marbles. At that point dad arrived and he saw that I wasn't playing.
-Urbano, why don't you play with the other children? Maybe Dad thought he had a hard time relating to other children, after all he had relatively little to know about me.
-I lost my marbles- I said without giving much detail.
That afternoon Dad took me to the toy store to buy me some marbles and a small wooden truck. I had never been to a toy store, nor did I know they existed. Mom would occasionally come with a few marbles that I was collecting, but I had no idea where she got them, until that day.
The next day when Dad came home from work, I was playing marbles on the floor with the other children. When I saw him, I was very glad that he had already arrived and I ran to hug him.
-Mauro- I told him. He saw that my shirt was already very worn and he promised me that he would buy me new ones over the weekend.
When he entered the house I looked out the window and heard him say to my mother.
-Love, instill in the children to call me dad-
The next time I saw him I said: -Dad! and I caught a glimpse of a tear running down his cheeks. I had just turned six years old and it was the first time I got to see what a real father was. Not the one who made me with Mom, if not the one who earns his place every day working for me so that I would lack nothing.
True story
@urbanog
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