Versión en Español:
El viejo granero
Sam había abandonado la universidad cuando cumplió 20 años, dándoles el mayor dolor de cabezas a sus padres al dejar sus estudios por la aventura, desde entonces Sam recorría el país cargando una mochila en su espalda, ese verano había cumplido 30 años, era un hombre inteligente, sano y que hacia lo que hacia por determinación propia, pese a las quejas de sus padres que 10 años después seguían pidiéndole que sentara cabeza y se estableciera en algún lugar desempeñando algún oficio, pero esa vida aburrida detrás de un escritorio, cumpliendo un horario de 8 a 4, no era para Sam, disfrutaba de recorrer los caminos sin un destino predeterminado, caminaba buena parte del trayecto, si se cansaba solo sacaba su dedo y pedía un aventón hasta el próximo pueblo.
Sam no era ningún inútil como le hacían saber sus padres cada diciembre cuando los llamaba por las fiestas para decirles que estaba bien y sobre todo feliz!!!, habia aprendido en la universidad de la vida varios oficios intranscendentes que le permitían ganar algo de dinero cuando este se le agotaba, solo en esas circunstancias Sam consideraba tomar un descanso de su vida en al carretera, parando en algún pueblo, estación de servicio o hasta una granja, para trabajar por un par de semanas, juntar algo de dinero y continuar su eterno viaje por aquellos caminos perdidos de Dios.
Otra vez estaba varado en medio de la nada, ya no tenía dinero y solo le restaba una lata de frijoles en su mochila, una camioneta paso, Sam saco su dedo y fue transportado hasta un pequeño pueblo tan chico que no encontró en los pocos locales abiertos una oportunidad de trabajo temporal, en la última puerta que toco, una vieja ferretería, el dueño se apiado de Sam y aunque no le ofreció un trabajo directamente le indico donde podía hallar uno, a las afueras del pueblo, en una granja al lado de la carretera la viuda Mckenzie siempre contrataba vagabundos para trabajos temporales, la paga no seria muy buena, pero tendría un techo y un buen plato de comida por unos días, Sam agradeció la información, tomando rumbo hacia la granja de la viuda Mckenzie.
Tal como le habia indicado el viejo de la ferretería dio con la granja a tan solo unos cuantos kilómetros del pueblo, una distancia fácil para un experto mochilero como Sam, si le quedaba duda que allí le darían un trabajo, al lado de la entrada junto a un camino de tierra un enorme cartel las despejaba todas «SE BUSCA EMPLEADO», Sam abrió la reja de la entrada que estaba sujeta sin un candado, echando a andar por el camino de tierra, la granja no era muy grande, unos maizales, un viejo establo, un granero destartalado mas allá, cerca de una vieja casa que necesitaba bastante trabajo, sin duda alguno lo contratarían, cuando llego a la puerta no tuvo que tocar, la viuda Mckenzie lo habia visto hace rato desde que entro en su propiedad, se adelanto y salió a recibirlo.
-Buenas tardes joven, ¿ que se le ofrece ?.
-Buenas tardes mi señora, empleo!!!, dijo Sam volteándose y señalando el cartel de la entrada.
La viuda Mckenzie abrió la puerta de par en par invitándolo a pasar, lo hizo pasar a la cocina, y sin preguntarle si tenía hambre comenzó a preparar unos huevos con tocino que despertaron el hambre atrasada de Sam, su estomago gruño pero el lo disimulo con un bostezo para no pasar la vergüenza, mientras la anciana amable anciana que bien podría ser su abuela cocinaba aprovechaba de pactar con Sam sobre las condiciones de su empleo, por una paga semanal, se tendría que encargar de los animales en el establo, ayudarla con la siembra de maíz y realizar algunas reparaciones menores a la casa, le pregunto a Sam si estaba capacitado, este le indico que si mientras se le hacia agua la boca cuando la viuda Mckenzie coloco el plato de comida a su alcance, sellaron el trato con un apretón de manos, la viuda aprovecho para hacerle una última indicación -no te acerques al viejo granero, esta prohibido!!!-, Sam asintió con la cabeza empezando a devorar su sencillo pero abundante banquete.
Luego de comer la anciana le dio una habitación en la casa, en el 2do piso, algo vieja y descuidada como toda la casa, el trabajo comenzaba todos los días antes del amanecer cuando los gallos cacareaban, la primera semana paso rápido, mucho trabajo, pero buena comida y un buen descanso, la viuda Mckenzie se acostaba con las gallinas a las 9 de la noche apagaba las luces, a Sam no le quedaba otra que echarse en su cama y esperar el canto de los gallos para la siguiente jornada, pero esa noche fue distinto escucho ruidos afuera se asomo por la ventana y pudo ver a la viuda Mckenzie salir de la casa alumbrando con una linterna, dirigiéndose al viejo granero, llevaba algunas herramientas y unas tablas de madera, cada noche, una hora después de apagar las luces, la viuda repetía la visita al viejo granero.
La curiosidad empezó a hacer mella en Sam, la anciana entraba cada noche al granero, escuchaba unos martillazos, como si trabajara en algo, por una hora o dos, salía luego de regreso a la casa asegurando la puerta con un inmenso candado, pasaron un par de semanas, con el último pago Sam tendría lo suficiente para continuar con su viaje, así que esa tarde cuando termino su labor, le aviso a su patrona que al día siguiente se marcharía, la viuda Mckenzie le agradeció la ayuda, lamentando su partida, no solo le pago lo acordado por semana si no que ademas añadió un pequeño bono para que lo ayudara en su andadura por aquellos caminos, Sam luego de agradecerle el gesto subió a ducharse mientras la anciana le preparaba la cena, cuando bajo se encontro con su plato, la viuda Mckenzie estaba arreglada con ropa de calle, le anuncio que una vez al mes salía de la rutina, iba al pueblo en su camioneta para cenar con alguno de los pocos amigos que le quedaban con vida.
Sam devoro su rica cena mientras la viuda se despedía, cuando termino de comer, mientras lavaba el plato en el fregadero observaba por la venta al viejo granero destartalado, se pregunto ¿ que Carajos hacia la anciana todas las noches allí dentro ?, Sam en vez de subir a su cuarto a preparar su mochila antes de acostarse para volver al camino, salió de la casa, mas pudo la curiosidad que la advertencia de la anciana!!!. Camino hasta la puerta del granero, saco su navaja y forzó el candado, un truco que habia aprendido en la universidad de la vida, quizás hubiera sido bueno que faltara a esa clase, una vez dentro aquello estaba totalmente a oscuras, busco un interruptor en la pared pero no habia luz eléctrica en aquel viejo edificio, regreso a la casa por una linterna.
Cuando estuvo de vuelta Sam abrió la puerta ya sin cerrojo, alumbrado en todas direcciones, hacia el centro del granero se encontro con unas estanterías alineadas una al lado de la otra de lado y lado formando una especie de improvisado pasillo Sam camino por el medio alumbrando, los estantes estaban colmados de objetos personales, colocados como si de una exhibición se tratase, prendas de ropa, viejos zapatos, algunos estantes tenían fotos, otros un instrumento musical, vio una armónica, un viejo violín, cada estante estaba coronado por un nombre pintado en la madera, Sam no entendía lo que pasaba, mientras leía los nombres, Charles, Steve, Phil, hasta que alumbro el último estante que estaba vacio, arriba estaba pintado su nombre!!!, Sam sintió como sus ojos le pesaban, camino hacia la puerta buscando escapar, pero las piernas ya no le respondían, trastabillo, cayendo al suelo inconsciente. La siguiente navidad los padres de Sam no recibieron su llamada.
Fin.
In English:
The old barn
Sam had dropped out of college when he turned 20, giving his parents the biggest headache by dropping out for adventure, since then Sam traveled the country carrying a backpack on his back, that summer he had turned 30, he was a man intelligent, healthy and who did what he did by his own determination, despite the complaints of his parents who 10 years later were still asking him to settle down and settle down somewhere doing some job, but that boring life behind a desk, fulfilling a job hours from 8 to 4, it was not for Sam, he enjoyed traveling the roads without a predetermined destination, he walked a good part of the journey, if he got tired he just stuck out his finger and asked for a ride to the next town.
Sam was not useless as his parents let him know every December when he called them around the holidays to tell them that he was well and above all happy! He had learned several inconsequential trades at the university of life that allowed him to earn some money when it ran out, only under those circumstances did Sam consider taking a break from his life on the road, stopping at some town, gas station, or even a farm, to work for a couple of weeks, save some money, and continue his business. eternal journey through those lost paths of God.
Once again he was stranded in the middle of nowhere, he no longer had money and he only had a can of beans left in his backpack, a truck passed by, Sam pulled out his finger and was transported to a small town so small that he could not find it in the few places open a temporary job opportunity, in the last door I knock, an old hardware store, the owner took pity on Sam and although he did not offer him a job directly, he indicated where he could find one, on the outskirts of town, on a farm next door from the road the widow Mckenzie always hired bums for temporary jobs, the pay would not be very good, but she would have a roof and a good plate of food for a few days, Sam thanked the information, heading towards the widow Mckenzie's farm.
As the old man from the hardware store had indicated, he found the farm just a few kilometers from town, an easy distance for an expert backpacker like Sam, if he had any doubt that they would give him a job there, next to the entrance next to to a dirt road a huge sign cleared them all "WANTED EMPLOYEE", Sam opened the gate of the entrance that was fastened without a padlock, starting to walk down the dirt road, the farm was not very big, some cornfields, an old stable, a dilapidated barn over there, near an old house that needed a lot of work, no doubt they would hire him, when he got to the door he didn't have to knock, the widow Mckenzie had seen him a while ago since he came onto her property He went ahead and went out to meet him.
-Good afternoon young man, what is offered to you?
-Good afternoon my lady, job!, said Sam turning around and pointing to the sign at the entrance.
The widow Mckenzie opened the door wide, inviting him in, she made him go into the kitchen, and without asking him if he was hungry, she began to prepare some eggs and bacon that woke up Sam's late hunger, his stomach growled but he hid it with a yawn so as not to be embarrassed, while the kind old woman who could very well be her grandmother cooked, took advantage of agreeing with Sam on the conditions of her employment, for a weekly salary, she would have to take care of the animals in the stable, help her with planting corn and making some minor repairs to the house, he asked Sam if he was qualified, he indicated that yes while his mouth watered when the widow Mckenzie placed the plate of food within his reach, they sealed the deal with a handshake, the widow took the opportunity to give her one last indication -do not go near the old barn, it is forbidden!!!-, Sam nodded, beginning to devour his simple but abundant banquet.
After eating, the old woman gave him a room in the house, on the 2nd floor, something old and neglected like the whole house, the work began every day before dawn when the roosters crowed, the first week passed quickly, a lot of work, but good food and a good rest, the widow Mckenzie went to bed with the chickens at 9 at night, she turned off the lights, Sam had no choice but to lie on her bed and wait for the roosters to crow for the next day, but That night was different. He heard noises outside. He looked out the window and could see the widow Mckenzie coming out of the house, shining a flashlight, going to the old barn. She had some tools and some wooden boards, every night, an hour after turning off the lights, the widow repeated the visit to the old barn.
Curiosity began to take its toll on Sam, the old woman went into the barn every night, heard some hammering, as if she were working on something, for an hour or two, then went back to the house securing the door with a huge padlock, they passed a a couple of weeks, with the last payment Sam would have enough to continue his trip, so that afternoon when he finished his work, he told his employer that he would leave the next day, the widow Mckenzie thanked him for his help, regretting his departure Not only did he pay what was agreed per week, but he also added a small bonus to help him on his journey through those roads, Sam, after thanking him for the gesture, went up to shower while the old woman prepared dinner for him, when he went downstairs he met his plate, the widow Mckenzie was dressed up in street clothes, he announced that once a month he got out of the routine, he went to town in his truck to have dinner with one of the few friends he had left alive.
Sam devoured his delicious dinner while the widow said goodbye, when he finished eating, while he washed the plate in the sink he looked through the window at the old dilapidated barn, he wondered what the hell did the old woman do every night in there?, Sam instead After going up to his room to prepare his backpack before going to bed to return to the road, he left the house, curiosity was stronger than the old woman's warning! He walked to the barn door, took out his knife and forced the padlock, a trick he had learned in the university of life, perhaps it would have been good if he had missed that class, once inside it was totally dark, he looked for a switch in the wall but there was no electric light in that old building, I went back to the house for a flashlight.
When he was back Sam opened the door without a lock, lighting in all directions, towards the center of the barn he found some shelves lined up side by side forming a kind of improvised corridor Sam walked through the middle lighting , the shelves were full of personal objects, arranged as if it were an exhibition, clothes, old shoes, some shelves had photos, others a musical instrument, he saw a harmonica, an old violin, each shelf was crowned with a name painted on the wood, Sam did not understand what was happening, while he read the names, Charles, Steve, Phil, until he illuminated the last shelf that was empty, his name was painted on top!!!, Sam felt how his eyes were heavy, He walked towards the door looking to escape, but his legs no longer responded to him, he stumbled, falling to the ground unconscious. The following Christmas, Sam's parents did not receive their call.
End.
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Muy buen relato friend. el banner también está fino. Yeah!!