New Day/New You|| Nuevo día / Nuevo tú [ENG-ESP]

in r2cornell •  2 years ago 

Greetings friends @blurt.

That we all make mistakes is a fact none of us can refuse. If we had to wear a label that listed all our sins, I know I would never leave my house. Thankfully, God doesn’t keep a running tally of our failures so He can pin them to our chests every morning.


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He operates in grace and mercy. He gives us new starts each and every time we turn to Him to be made clean. Grace is a beautiful thing none of us deserve but all of us desperately need. Without it, we would be bogged down and miserable as we struggled to carry to weight of every sin we ever committed.

Today’s reading (Leviticus 22:1-16) holds a special promise to us of a new start. After listing a few more ways the priests of Moses’ time could become defiled or unclean, God shares one of the most beautiful aspects of His plan for humanity.


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Verses 6-7 say, “The one who touches any such thing will be unclean till evening. He must not eat any of the sacred offerings unless he has bathed himself with water. When the sun goes down, he will be clean, and after that he may eat the sacred offerings, for they are his food.”

Sin contaminates us so that we are ‘unclean’. It separates us from God and from God’s plans for our lives. This is depicted in the defiled priest not being allowed to eat the sacred offerings. As Isaiah 59:2 says,

“Your iniquities have made a separation between you and your God., and your sins have hid His face from you so that He does not hear.”

So, what do we do when sin? Are we lost forever? No! Notice in our reading that God tells the priests they cannot eat the sacred offerings unless he has bathed himself. We must do our part in the cleansing process. We must repent. Once we have been made clean by God’s forgiveness (like the soap and water made the priest clean), we no longer carry the stain.

Leviticus says that when the sun goes down the priest will be clean. The Israelites’ start of a new day was sundown. Our spiritual new day is after forgiveness. In the same way that the priest could once again partake of God’s provision and plan, we are once again made righteous.

“You were washed, you were sanctified, you were justified in the name of the Lord Jesus Christ and by the Spirit of our God.” (1 Corinthians 6:11)

Today is a new day. Live like it!

Shalom.


[ESPAÑOL]

Saludos amigos @blurt.

Que todos cometemos errores es un hecho que ninguno de nosotros puede rechazar. Si tuviéramos que usar una etiqueta que enumerara todos nuestros pecados, sé que nunca saldría de mi casa. Afortunadamente, Dios no lleva una cuenta corriente de nuestros fracasos para poder clavarlos en nuestro pecho cada mañana.


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Él opera en gracia y misericordia. Él nos da nuevos comienzos cada vez que nos volvemos a Él para ser limpiados. La gracia es algo hermoso que ninguno de nosotros merece pero que todos necesitamos desesperadamente. Sin ella, estaríamos empantanados y miserables mientras luchábamos para llevar el peso de cada pecado que alguna vez cometimos.

La lectura de hoy (Levítico 22:1-16) tiene una promesa especial para nosotros de un nuevo comienzo. Después de enumerar algunas formas más en que los sacerdotes de la época de Moisés podían contaminarse o contaminarse, Dios comparte uno de los aspectos más hermosos de su plan para la humanidad.


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Los versículos 6-7 dicen: “El que toque tal cosa quedará impuro hasta la tarde. No debe comer ninguna de las ofrendas sagradas a menos que se haya bañado con agua. Cuando el sol se ponga, quedará limpio, y después podrá comer las ofrendas sagradas, porque son su alimento.

El pecado nos contamina para que seamos 'inmundos'. Nos separa de Dios y de los planes de Dios para nuestras vidas. Esto se representa en el sacerdote profanado que no puede comer las ofrendas sagradas. Como dice Isaías 59:2,

“Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.”

Entonces, ¿qué hacemos cuando pecamos? ¿Estamos perdidos para siempre? ¡No! Note en nuestra lectura que Dios les dice a los sacerdotes que no pueden comer las ofrendas sagradas a menos que él mismo se haya bañado. Debemos hacer nuestra parte en el proceso de limpieza. Debemos arrepentirnos. Una vez que hemos sido limpiados por el perdón de Dios (como el agua y el jabón limpiaron al sacerdote), ya no llevamos la mancha.

Levítico dice que cuando el sol se ponga, el sacerdote quedará limpio. El comienzo de un nuevo día para los israelitas era la puesta del sol. Nuestro nuevo día espiritual es después del perdón. De la misma manera que el sacerdote podía participar una vez más de la provisión y el plan de Dios, nuevamente somos hechos justos.

“Fuiste lavado, fuiste santificado, fuiste justificado en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios”. (1 Corintios 6:11)

Hoy es un nuevo día. ¡Vive así!

Shalom.


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