Acá
FIRULAÍS
El detective privado Corcho Marcano seguía manteniendo cierta distancia con la camioneta de Don Rigoberto, alias «el Santo», su amante la preciosa morena Raiza iba a su lado, Corcho no quería perderlos de vista, pero ya se había dado cuenta que Raiza ademas de estar mas buena que el pan, era una mujer muy pilas, mucho mas atenta y observadora de lo pudiera haberse imaginado, el trafico de ciudad Caótica ayuda al detective a esconder su Rojo y Negro evitando ser visto, la persecusión duro unos 30 minutos, habían salido del centro de la ciudad y se habían adentrado en una bonito barrio de clase media alta, con algunos centros comerciales y buenas tiendas, quizás Rigoberto le habia comprado un local a Raiza en uno de dichos centros, uno mas grande y mucho mejor ubicado que su pequeña peluquería en aquel mini mall del centro de la ciudad, a Corcho le pareció raro todo el asunto, por lo general los viejos verdes, no ponen a trabajar a sus amantes, les montan un apartamento con piscina, eso era lo habitual, pero Rigoberto Calderón parecía no ser precisamente un hombre que actuara con la norma, luego de recorrer un buen tramo, Corcho vio a la camioneta negra Toyota detenerse frente a un restaurante «El Mesillos», el detective estaciona su auto al otra lado de la calle a cierta distancia pero asegurándose tener una buena visual, Rigoberto y Raiza bajan de su auto unos minutos después, parecía que entrarían al restaurante, pero sorpresa adentro del local estaban los tres mosqueteros!!!.
Los tres amigos afrodescendientes de Don Rigoberto que tan mal le caian a su cliente la señora Arismendi, estaban esperándolos, apenas Raiza y Rigoberto se aproximaron a la puerta del restaurante, Corcho como no habia hasta ese momento descubierto sus nombres, les habia colocado unos ficticios para identificarlos, Athos, era el mas bajito, tenía unos frondosos rulos pero mas cortos que Raiza, Porthos, era el mas alto de los tres, y el que sin duda era el líder porque las veces que lo habia visto actuar era el que tomaba la iniciativa delante de los otros dos, y por último Aramis, se estaba quedando calvo y estaba algo pasado de peso, oh sorpresa!!!, el detective observa algo que no se esperaba los tres mosqueteros antes de saludar a su amigo Rigoberto, saludan y abrazan a Raiza con mucha confianza, fue obvio para Corcho que esos tres conocían a la exuberante peluquera desde antes. Los 4 hombres y la morena estuvieron unos pocos minutos afuera del restaurante conversando entre risas, parecía una reunión de amigos, pero cuando entraron finalmente a «El Mesillos», desde donde estaba estacionado el Rojo y Negro ya Corcho no podía ver mayor cosa, no iba a mover el vehículo de posición allí no lo volvería a notar la morena, se bajo del auto y avanzo a pie caminando por la acera, necesita ver lo que pasaba adentro, en ese momento Corcho se dio cuenta que necesitaba un tercer disfraz, ya la morena lo habia conocido como el Águila, y con el pelo rubio sin duda lo reconocería, por suerte justo en la acera del frente del restaurante estaban colocados varios contenedores de basura, el escondite ideal que estaba necesitando, atrás de ellos agazapado tendría una perfecta vista del ventanal frontal del restaurante, pudo ver como Rigoberto, Raiza y los tres mosqueteros sentados en una gran mesa ahora conversaban con otro hombre, de ascendencia española, -¿quien diablos sera ese sujeto?-, se preguntaba el detective cuando es interrumpido su labor de vigilancia...
-Mira señor esos pipotes son míos ¿oyó?.
-¿Pero que Carajos?, no moleste!!!-, respondió Corcho Marcano indignado, cuando un indigente le reclamaba la propiedad de los pipotes y le impedía continuar en lo suyo.
-No se haga el loco, esos pipotes son míos, déjelos quietos o vamos a tener un serio problema!!!.
-Señor cálmese, solo me detuve a tomar algo de aire, yo no me voy a llevar sus pipotes para ningún lado-, Corcho Marcano buscaba entre sus bolsillos algún billete pequeño para deshacerse del pordiosero, pero como siempre no tenía, solo le quedaba un Jackson en su cartera y ese indigente seguro no le daría vuelto.
-Mire señor me esta poniendo nervioso, aléjese de mis pipotes o tendremos un problema-, Corcho verifico que llevaba al querubín en su porta armas en la cintura, no pensaba dispararle al pobre viejo indigente pero sabia por experiencia que correría despavorido con solo ver el arma.
-Mire mi viejo tranquilo, yo me voy en 5 minutos, así que mejor se queda quieto usted o el que se va enojar so yo!!!-, acto seguido Corcho abrió su chaqueta de cuero de aviador para que el indigente pudiera ver claramente a su viejo revolver 38 cañón recortado herencia de su padre que llevaba en la cintura, el pordiosero arrugo la cara y se marcho, entonces el detective se volteo y miro de nuevo en dirección del restaurante.
Por culpa del pordiosero Corcho se perdió de lo que paso adentro del local, ya en esos momentos salían los tres mosqueteros, acompañados por Rigoberto y Raiza, la morena salía enganchada del brazo de su amante, el hombre mayor de aspecto español también salió afuera con ellos, todos iban muy sonreídos, se estrecharon las manos, sin duda algo se había concretado mientras estuvieron sentados en esa mesa, pero gracias a la necedad del indigente Corcho no pudo percatarse de mayor cosa, una vez el español regreso adentro del local, Raiza aprovecho de abrazar y apapachar mas de la cuenta a Rigoberto que no podía ocultar la cara de felicidad que tenía con una sonrisa de oreja oreja!!!, -AJA bandido!!! ya te tengo-, dijo el detective, usando su desarrollado poder de deducción, dedujo que el nuevo local de Raiza le anuncio que iba a ver era sin duda el restaurante «El Mesillos», y seguramente los tres mosqueteros, de la misma raza de la sexy peluquera conformaban parte de la banda, trabajando con ella para esquilmar la fortuna del pobre Rigoberto Calderón, Corcho Marcano rebusco en su chaqueta, iba a sacar su libreta para anotar sus últimos descubrimientos, ya tenía el caso policialmente resuelto, solo hacia falta la foto del millón!!!, pero no tuvo tiempo de anotar ni el nombre del restaurante!!!, en ese momento escucha al pordiosero a sus espaldas dando un grito.
-ATACA !!!
-Woof, woof!!!.
Apenas escucho los ladridos del animal Corcho Marcano echo a correr como alma que lleva el diablo por la acera, el perro iba detrás ladrando y mostrando sus dientes!!!, en su huida rodaron un par de pipotes de basura, el ruido de los mismo mas los ladridos del perro llamaron la atención de sus sospechosos en la acera del frente, Raiza lo ve, lo reconoce y lo saluda!!!, Corcho no tiene tiempo para responderle, tiene que seguir corriendo escapando de las fauces del perro, llega hasta la esquina y dobla cambiando de dirección, el condenado perro lo sigue muy de cerca, Corcho volvió a verificar que el querubín estuviera en su sitio, por un momento pensó en sacarlo, pero el perro no se asustaría si lo amenazaba con el, y tampoco le iba a pegar un pepazo a un pobre perro, primero muerto que sencillo, jamas en la vida le haría daño a un noble animal, así que la única opción viable del detective para escapar de su perseguidor canino fue seguir corriendo!!!, un par de cuadras mas adelante, ya los 39 años del detective le pasaban factura, perdía fuelle y velocidad, cuando vio entonces al frente como a media cuadra a sus amigos, el Sargento Hernández y a la preciosa y diminuta rubia la Teniente Judy Hoops, ambos comían hamburguesas en un puesto de la calle acompañados por un par de niños pequeños, una idea cruzo en ese instante por la veloz mente del detective, cambio de dirección y corrió hacia ellos!!!.
Llego muriéndose hasta donde estaba parado el policía, de un manotón le arranco de las manos la enorme y jugosa hamburguesa que el Sargento Hernández estaba por echarle diente!!!, en el mismo movimiento se volteo y se la arrojo al perro, gracias a Dios el can prefirió la jugosa hamburguesa que su pierna, se echo al piso y empezó a devorarla, los policías se sorprenden, los niños se emocionan, Corcho saca la lengua y aprovecha para tomar algo de aire!!!.
-Carajos detective Marcano!!!, ¿en que berenjenal anda metido?-, pregunta la pequeña Teniente.
-¿Como están oficiales?, Ufff, denme 1 minuto, estaba trabajando en uno de mis casos!!!.
-¿Y el perro?-, pregunto el Sargento Hernández.
-Uno de esos pequeños gajes del oficio mi estimado Sargento, bueno me disculpo por la hamburguesa, en otro momento con mas calma tengan por seguro que les brindo unas cuantas!!!.
-No se preocupe por eso detective, era la 4ta hamburguesa que el glotón de mi compañero estaba por despacharse, así me hizo un favor debemos volver a nuestras labores.
-Yo también debo regresar a mi caso!!!.
El detective se despedía del par de policías, el perro que lo perseguía seguía echado sobre el asfalto terminando de devorarse la hamburguesa desparramada en la calle, mientras el par de niños jugueteaban un poco con el. Corcho Marcano ahora camina regresando sobre sus pasos, dobla en la esquina, al ver hacia el restaurante se fija que ya al frente no estaba estacionada la camioneta negra, mira en todas direcciones pero no hay el menor rastro de Rigoberto, Raiza o los tres mosqueteros, ni del simpático pordiosero de los pipotes, -JUSTA MADRE!!!-, exclama algo molesto el detective, los había perdido en muy mala hora, seguro Rigoberto aprovecharía para ir a celebrar con Raiza el regalo del local, llevando a su amante a un lujoso hotel, allí estaba la foto del millón que estaba necesitando para cerrar el caso y cobrar una jugosa bonificación!!!, pero ahora no tenía la menor idea de en donde diablos podrían estar el Santo y la Morena!!!, Corcho tuvo que resignarse, dando por perdida la ocasión camina hasta su carro, ya solo podía regresar a su oficina y esperar hasta mañana para pillar a Rigoberto con las manos en la Morena!!!, abre la puerta del auto para subirse, pero primero que el entra el perro que lo había perseguido minutos antes, sin darse cuenta el animal luego de terminarse la hamburguesa se levanto y lo siguió sin hacer ruido, el perro se corre hasta el asiento del copiloto, sacan su lengua, babea un poco -woof, woof!!!-, le ladra pero ya no en tono amenazante si no muy agradecido por la hamburguesa que el detective le habia proporcionado.
Corcho paso unos 30 minutos tratando que el perro bajase del Rojo y Negro pero por mas morisquetas y engaños que trato el inteligente peludo no se bajo del auto por nada del mundo, todo fue en vano, pensó en caminar de regreso hasta el puesto de hamburguesas y comprarle otra para sacarlo del auto arrojándola lejos, pero solo le quedaban 20$!!!, y con toda la persecución de Rigoberto y la morena no habia ni almorzado, así que se lo llevo con el de vuelta para su oficina, allá vería si se le ocurría otra cosa.
Corcho al principio iba algo mal humorado por el canino, pero luego disfruto el resto del camino hasta la oficina en la compañía del perro, el can ladró no solo sus canciones favoritas si no que se apuraba en sacar la cabeza por la ventana y amedrentar con sus ladridos a cualquier auto que osara pasarle por el lado o cortarles el paso!!!, Corcho no pudo negar que el perro le caía bien, un buen rato después se estacionaba frente a la tienda del turco Rahib y se bajaba del auto, esta vez no tuvo que inventarse ningún truco, el perro se bajo tras el y lo acompaño, subieron las escaleras y entraron juntos a la oficina, el peludo paso como si fuera su casa, dio un paseo olfateando todo el lugar y termino por echarse al lado del escritorio de Adamaris que no escatimo en hacerles unas cuantas caricias jugueteando un poco el, a Adamaris no le cae bien todo el mundo, pero el perro se la metió en un bolsillo.
-Jefe, ¿ de donde saco este perrote ?.
-Estaba detrás de la pista de Rigoberto y la morena, luego de seguirlos por toda la ciudad, cuando casi los pillo para tomar la foto del millón!!!, aquí el peludo me correteo por dos cuadras, como pude le arroje una hamburguesa y regrese por Rigoberto, el perro me siguió hasta el auto y no halle la forma de bajarlo Adamaris.
-Mmmm, inteligente y buen mozo!!!, jejeje ¿ y de quien es el perro jefe?.
-Creo que ahora es mio Adamaris.
-¿Y ya le puso un nombre a este precioso FIRULAÍS?.
Corcho Marcano se tomo un par de minutos, meditando sobre que nombre ponerle a su perro, debía ser uno bueno, entonces recordó a su detective favorita de la tv, la detective adolescente Verónica Mars y a su perro!!!.
-Se llama, Backup!!!.
Continuara...