Algunas consideraciones sobre la planificación de las empresas agropecuarias

Estimados lectores, la planeación es fundamental para el buen funcionamiento de cualquier organización, pues con esta actividad se establecen los objetivos, estrategias, guías de cómo se pueden organizar, ejecutar, dirigir y controlar las actividades a realizar dentro de la empresa o finca. Aunado a ello, deben existir métodos y procedimientos en las relaciones que se establecen entre los individuos y grupos de personas, adecuando su trabajo en los diferentes campos y procurando participar teniendo un comportamiento con autoridad y disciplina, sin embargo, teniendo como estrategia la motivación de los individuos que realizan las tareas evitando pérdidas en el capital humano laboral por inadecuadas estrategias de gestión.

En ese sentido, Armijo, en 2009, se refiere al proceso de planeación como la función de definir metas, fijar estrategias para alcanzarlas y trazar planes para integrar y coordinar actividades. Por tanto, la planeación puede definirse como el proceso que implica la selección de objetivos, planes, programas y estrategias para alcanzarlos y seleccionar entre varias alternativas de acción. Planificar es decidir de antemano qué hacer, cómo hacerlo, cuándo y quién será la persona indicada para hacerlo. Si no existe una planificación en las unidades de producción agropecuaria, los productores tendrán que dejar todas sus actividades al azar, lo que puede derivar en algunos problemas en el manejo de las fincas que son difíciles de solucionar en el corto plazo.

La relevancia de la planeación radica en que es la actividad inicial dentro del proceso administrativo, es decir, se analiza el presente para saber dónde estamos, se proyecta hacia el futuro para saber el rumbo hacia donde queremos ir, y se establece qué se debe hacer para lograrlo además de cómo lo vamos a hacer. Por lo tanto, se proponen objetivos y se orienta lo que se debe hacer para lograrlos, es la guía para organizar la empresa o finca en cuanto a áreas y recursos, ayuda a coordinar actividades, también contribuye al control y evaluación de resultados.

Bajo el enfoque agrícola, la planificación puede consistir en evaluar cuáles son los recursos naturales existentes, qué tan fácil será manejarlos adecuadamente y cómo esos recursos ambientales afectan las actividades agrícolas, con esto se sabrá si se necesita adquirir algún equipo o herramientas para preparar ese terreno o comprar más materiales o semillas. Esto demuestra que los negocios agrícolas son complejos, hay muchos componentes diferentes que necesitan ser manejados en conjunto para que la finca funcione de manera rentable.

La planificación de un negocio agrícola se centra en la necesidad de identificar y definir claramente los objetivos que guiarán los esfuerzos y resultados de la organización en el futuro. Cada empresa debe desarrollar su propio procedimiento de planificación de acuerdo a sus características particulares. Un plan de agronegocios debe contemplar tres aspectos: el estado actual y futuro del negocio, las fortalezas, debilidades y oportunidades aplicando lo que se conoce como análisis FODA para identificar fortalezas, debilidades y amenazas del negocio.

Estimados lectores, como todos ustedes saben, las empresas agrícolas y ganaderas juegan un papel importante en la economía a nivel nacional e internacional, ya que son fuente principal de empleo, ingresos y garantizan la seguridad alimentaria de las naciones. Para lograr la rentabilidad y sostenibilidad de estos agroecosistemas, es fundamental que se mantenga una producción de cultivos que sea demandada por los consumidores.

Para cumplir eficientemente con toda la gestión agronómica y administrativa de estas empresas agrícolas, es fundamental planificar porque al ser planificado se proporciona a los productores de la región un soporte más objetivo para la toma de decisiones.