Estiércol bovino para fertilización de pasturas

Estimados lectores, en el ámbito de la agricultura se han generado una serie de problemas debido al mal uso de las prácticas agrícolas, especialmente por la aplicación de químicos sintéticos que van en detrimento de los procesos naturales, lo que nos hace reflexionar sobre las interacciones que se generan en los agrosistemas. Es por ello que nace el interés de implementar estrategias que permitan el aprovechamiento de residuos provenientes de las explotaciones ganaderas, como el estiércol bovino bajo la técnica de fermentación anaeróbica que da como resultado biol, y aeróbica como té de estiércol para ser utilizado como abono orgánico.

En este sentido, el estiércol y los desechos generados en las instalaciones de producción pecuaria constituyen un recurso de gran valor nutricional y biológico que puede mejorar la fertilidad del suelo, el rendimiento y la calidad de los cultivos forrajeros, a partir de la fermentación aeróbica y anaeróbica. En la producción de cultivos forrajeros, especialmente en gramíneas de pastoreo, se ha estudiado el efecto de la aplicación de estiércol y té de biol elaborado a partir de excrementos bovinos en el Estado Zulia, específicamente en el Municipio Colón, en especies como estrella (Cynodon nlemfuensis) y guinea (Megathyrsus maximus) en investigaciones realizadas por Pineda, Amaris, Rangel y Amesty, (2013) y Amesty, Canovas y Pineda (2014).

Uno de los ensayos mencionados en el apartado anterior se desarrolló en la unidad de producción el Retiro ubicada en Santa Cruz, estado Zulia, con el objetivo de evaluar el efecto del té de estiércol bovino sobre el comportamiento agronómico y el valor nutricional del pasto estrella (Cynodon. nlemfuensis en el cual se aplicaron concentraciones de 0, 15, 25 y 40% de té de estiércol respectivamente, en los resultados relacionados con la altura se encontró que existió una diferencia estadísticamente significativa (P≤ 0,05) entre las pasturas que no fueron fertilizadas respecto a lo que fue fertilizado con té de estiércol, demostrando una respuesta positiva a la fertilización orgánica con este tipo de producto. La especie alcanzó una altura de 56,81 y 57,14 cm con la concentración de 15 y 25% respectivamente.

En el mismo ensayo también se evaluó la producción de biomasa verde (BV) y seca (BS) expresada en Kg/ha, los resultados mostraron mayores rendimientos con el nivel de fertilización del 25% con el cual se obtuvieron 11.520,8 Kg/ha de BV y 2.472,2 Kg/ha de BS mientras que para el nivel de fertilización del 40% se obtuvieron 11.395,8 y 2.457,2 Kg/ha de BV y BS respectivamente, lo que pudiera atribuirse a la capacidad del estiércol de aportar nitrógeno, además de calcio, magnesio y micronutrientes.

Por otra parte, se realizó otro ensayo donde se aplicó biol en una pastura establecida con pasto Megathyrsus maximus (Guinea) y se obtuvo un comportamiento similar al experimento anterior, en el cual la altura tuvo una respuesta positiva a la fertilización con el producto orgánico líquido, obteniendo valores de 97.20; 82.23; 85.50 y 88.33 cm correspondientes a la altura y valores de 1.96; 1.37; 1.52 y 1.59 cm/día para las dosis 0, 180, 200 y 220 l/ha pertenecientes a la tasa de crecimiento respectivamente, indicando que la altura de la planta se incrementa cuando se aplican fertilizantes cuya base es estiércol bovino luego de un proceso de fermentación anaeróbica, ya que, este tipo de fertilizantes son promotores del crecimiento de las plantas, raíces e incluso de los mismos frutos, ya que en ese proceso se producen hormonas vegetales a partir de los desechos del metabolismo de las bacterias típicas que actúan en el proceso de fermentación anaeróbica.

Como se ha podido observar durante el desarrollo de la investigación antes mencionada, la fertilización de las praderas es una práctica fundamental para obtener un adecuado rendimiento y calidad de las especies forrajeras, las cuales forman parte de los componentes del agroecosistema e intervienen directamente en la nutrición de animales herbívoros como el ganado vacuno, que representan la mayor demanda alimentaria para el ser humano. En la ganadería bovina, la producción de leche y/o carne depende en gran medida de la alimentación del rebaño y actividad altamente relacionada con la calidad y rendimiento del forraje obtenido por unidad de superficie.

También se puede evidenciar con los datos socializados de las investigaciones realizadas en el sur del Lago de Maracaibo, la capacidad que presentan los abonos orgánicos líquidos provenientes de las vacunas de excretas, para incrementar la disponibilidad de nutrientes a las plantas, lo que se traduce en un incremento paulatino de los rendimientos y del valor nutricional de los forrajes. Al comparar estos productos con un fertilizante nitrogenado de origen sintético, permite analizar que ambas alternativas son viables con la diferencia de que la fertilización orgánica no desequilibra los ecosistemas agrícolas.