Algunas consideraciones sobre la conservación de suelos destinados a la producción agrícola

Estimados lectores, el suelo es uno de los componentes más importantes de los ecosistemas agrícolas, ya que, brinda soporte y contiene los elementos nutricionales necesarios para el crecimiento y desarrollo de las plantas; para que un suelo sea fértil debe mantener características físicas, químicas y biológicas adecuadas, para ello, el productor debe implementar prácticas agronómicas que no interfieran negativamente con las características antes mencionadas. Cuando los suelos son utilizados para la siembra intensiva de cultivos, se puede crear una deficiencia de algunos elementos nutricionales presentes en él, por ello, es importante implementar prácticas agroecológicas como la rotación de cultivos, aplicación de fertilizantes orgánicos entre otras alternativas como el reciclaje de nutrientes con asociación de cultivos.

En este mismo orden de ideas, también existen factores como el viento y el agua que pueden provocar la desintegración de la superficie terrestre, por ejemplo, en el caso de superficies inclinadas que tienen suelos muy pesados ​​(arcillosos), cuando las precipitaciones son abundantes los suelos se saturan y el agua comienza a moverse sobre la superficie provocando un arrastre de las partículas superficiales, técnicamente conocido como erosión laminar.

Por lo anterior, se debe considerar la topografía del terreno en los ecosistemas agrícolas, ya que, entre mayor sea su inclinación, mayor será el escurrimiento del agua de lluvias sobre la superficie del suelo, también determina el tipo de suelo presente en la unidad de producción, los suelos arcillosos se saturan rápidamente y por ello es importante elaborar drenes para evitar inundaciones y disminuir la actividad biológica del suelo (micro y meso organismos), por otro lado, se debe evitar el uso excesivo de implementos agrícolas para la labranza como arado y rastra, para evitar pulverizar el suelo y hacerlo más vulnerable a los factores de erosión antes mencionados.

En primer lugar se recomienda realizar una labranza mínima del suelo, para evitar que este sea pulverizado por el uso continuo de grada y arado, para ello se han diseñado implementos que realizan labores combinadas con una sola pasada, es como una especie de cultivador combinado, también se puede implementar la labranza cero, que consiste en dejar los residuos de la cosecha anterior para que se descomponga y se siembre el nuevo cultivo en el suelo lleno de residuos orgánicos. Desde nuestro punto de vista la labranza mínima y cero es importante porque hemos observado como en algunas unidades de producción realizan varias pasadas de estos implementos sin ningún control, entre las ventajas que tiene la labranza mínima y cero es que no altera la estructura del suelo, facilita la siembra y reduce los costos de operación de la maquinaria.

De la misma manera, otra práctica que nos puede ayudar a conservar el suelo es la rotación de cultivos, esta práctica también se utiliza para la protección de los cultivos por plagas, pero en cuanto al beneficio del suelo, evita que las plantas de una misma familia agoten elementos nutricionales específicos, ya que se alternan cultivos de diferentes familias teniendo necesidades nutricionales diferentes. En ese sentido, algunos investigadores como Duran (2009), recomiendan que al final de cada rotación se siembren cultivos de leguminosas, lo que permite el reciclaje de ciertos nutrientes como el nitrógeno, que ya sabemos que es importante para el crecimiento de las plantas.

Finalmente otra práctica que se puede implementar son los cultivos de cobertura, los cuales ayudan a reducir la erosión del suelo y aportan nutrientes dependiendo del tipo de plantas utilizadas, los cultivos de cobertura pueden ser plantas rastreras que cubren el suelo protegiéndolos de la acción del agua y del viento, además ayuda a mantener la humedad y contribuye al control de malezas, ya que no hay entrada directa de luz solar sobre la superficie del suelo.

Estimados lectores, estos son solo algunos de los factores y prácticas que se deben considerar en los agroecosistemas para la conservación del suelo, para nosotros la esencia de la agricultura está en el suelo, donde la biota genera una serie de procesos para mantener la estructura y fertilidad del suelo. Por lo tanto, cuando se aplican actividades convencionales para el cultivo de estas de manera indiscriminada, estamos degradando la estructura y biología de este importante componente agrícola.