Estimados lectores, en diferentes publicaciones hemos hablado sobre el uso de fertilizantes orgánicos para la fertilización del suelo para mejorar sus características y que esto influye significativamente en el crecimiento y producción de los cultivos para mantener la seguridad alimentaria de esta manera, en esta ocasión compartiremos algunos aspectos que son de interés para mejorar algunas propiedades del suelo cuando se incorporan a ellos, fertilizantes orgánicos.
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En este sentido, se puede decir que los fertilizantes orgánicos tienden a influir favorablemente en las propiedades físicas del suelo, como la estructura, aireación, porosidad, infiltración y capacidad de retención de agua. De acuerdo con ello, Murray, Bojórquez, Hernández, Orozco, García, Gómez, Ontiveros, y Aguirre. (2011), plantearon que los valores de materia orgánica del suelo mejoraron la estructura del suelo en los primeros 20 cm, de igual manera aseguran que los aportes de cobertura vegetal anual pueden propiciar cambios en la estructura del suelo al incrementar la tasa de infiltración, la porosidad total y la capacidad de retención de humedad.
En este mismo orden de ideas, respecto a los beneficios de los fertilizantes orgánicos sobre las propiedades químicas del suelo Cajamarca (2012), detalla lo siguiente, estos contribuyen a aumentar la fertilidad del suelo al liberar varios nutrientes esenciales para las plantas entre los que se destacan: nitrógeno (N), fósforo (P), azufre (S) y algunos elementos menores, como el cobre (Cu) y el boro (B). Por otro lado, algunos investigadores señalan que influye en un aumento de la capacidad de intercambio catiónico del suelo (CIC), lo que se manifiesta en una mayor retención y aporte de elementos minerales a las plantas.
También influye en las propiedades biológicas del suelo mejoradas por los abonos orgánicos, ya que se considera que los microorganismos tienen una gran influencia en las propiedades del suelo, además de ejercer cierta influencia en el crecimiento de las plantas. Los abonos orgánicos favorecen la aireación y oxigenación del suelo, por la descomposición que se ejerce sobre las partículas de la materia orgánica aportada, por efecto de la generación y reacciones bioquímicas que allí ocurren, por lo que hay mayor actividad de los microorganismos aeróbicos. Asimismo, según Mosquera (2010), producen sustancias inhibidoras y activadoras del crecimiento, aumentan considerablemente el desarrollo de microorganismos benéficos, tanto para degradar la materia orgánica del suelo como para favorecer el desarrollo del cultivo.
Para lograr lo mencionado anteriormente se deben aportar fertilizantes orgánicos de calidad, por ello, Ansorena, Batalla y Merino (2014), indican que la calidad de los diferentes fertilizantes suele estar determinada, de diferentes formas:
En primer lugar, a través de experimentos de campo, en los cuales se mide la respuesta de las plantas en condiciones reales de cultivo a diferentes dosis o concentraciones, evaluando diferentes variables como producción de biomasa, crecimiento de raíces, número de hojas entre otras. Por otro lado, midiendo un conjunto de propiedades, como las organolépticas, entre ellas el olor, el color, el tamaño de partícula y la presencia de elementos extraños como plásticos, vidrios, entre otros, mientras que para las propiedades físicas, químicas y biológicas se puede determinar el pH, nutrientes, metales pesados, microbiología, temperatura, humedad, entre otras.
Estimados lectores, en la agricultura orgánica, las necesidades del suelo se cubren mediante el uso de fertilizantes orgánicos con opciones de origen natural, como roca fosfórica, compost, té de estiércol, biol, lixiviado de lombriz, mulch entre otras alternativas que aportan grandes beneficios como los mencionados en esta publicación. Por lo tanto, los fertilizantes sintéticos pueden ser reemplazados progresivamente por productos de origen orgánico que garantizan un beneficio múltiple en los ecosistemas.
Referencias bibliográficas |
Murray, R., Bojorquez, J., Hernández, A., Orozco, M., García, J., Gómez, R., Ontiveros, H. y J. Aguirre. (2011). Efecto de la materia orgánica sobre las propiedades físicas del suelo en un sistema agroforestal de la Llanura Costera Norte de Nayarit, México. Revista de Biociencias, 1(3), 27-35.
Cajamarca, D. (2012). Procedimientos para la preparación de abonos orgánicos. (Trabajo de grado). Universidad de Cuenca. Facultad de Ciencias Agrarias Cuenca, Ecuador.
Mosquera, B. (2010). Abonos orgánicos. Protegen el suelo y garantizan alimentos sanos. Manual para la preparación y aplicación de abonos orgánicos y plaguicidas. Recuperado de Fondo para la Protección del Agua (FONAG). Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Anson, J.. Batalla, E.. E. P. Merino. (2014). Como sustratos de Evaluación de la calidad y del componente uses compost, rich in orgánicos y enmienda season. Laboratory Of Insurgency And Agriculture. Laboratorio Agroambiental.
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