Estimados lectores, la actividad agrícola siempre ha sido un área fundamental para cualquier nación, ya que, además de generar recursos económicos, es significativa en el área social porque garantiza la seguridad alimentaria de manera planificada. Hace unos años se instauró un modelo productivo agresivo basado únicamente en el uso de productos químicos, pero hoy en día, debido a los desequilibrios ambientales, se ha hecho evidente que el modelo convencional debe sufrir una transformación más respetuosa con el medio ambiente, con el uso de recursos locales. que garanticen la economía y la biodiversidad del ecosistema.
En este sentido, para conseguir que la agricultura sea una actividad que no tenga un impacto negativo sobre el medio ambiente y sea productiva a largo plazo, debe basarse en principios ecológicos, es decir, el modelo productivo debe adaptarse a las condiciones del entorno. ecosistema productivo. Los siguientes son algunos de los principios que se deben considerar en el sector agrícola para tener agroecosistemas más sostenibles:
- En primer lugar se debe reducir el uso de recursos externos, como se mencionó en los capítulos anteriores, se debe manejar el sistema de acuerdo a las condiciones que presenten, por ejemplo, el uso excesivo de productos sintéticos, ya que se puede utilizar estiércol bovino. para fertilización o también plantas naturalizadas de la zona como leguminosas que potencian procesos naturales como el ciclo del nitrógeno a través de una simbiosis que realizan con la microbiota del suelo.
- Gestionar las unidades de producción agrícola como un sistema donde cada componente se tiene en cuenta para lograr un equilibrio, de modo que puedan complementarse, generando una especie de sinergia, donde cada componente (suelo, animal, planta, hombre) aporta algo al otro.
- Tener siempre presente que las unidades de producción agrícola provienen de ecosistemas naturales, por lo tanto, se debe garantizar la biodiversidad de los sistemas, con presencia de áreas arbóreas o arbustivas que contribuyan a la preservación de la biodiversidad.
- Otro elemento fundamental es la educación de los productores; Los gobiernos deberían implementar mecanismos de educación informal para dar a conocer todas las alternativas ecológicas que han surgido en la actualidad para potenciar los recursos naturales y el equilibrio ecológico, combinando conocimientos empíricos y científicos.
Estos son algunos de los principios que se deben seguir para poder establecer una agricultura ambientalmente responsable, a continuación se presentan algunas estrategias para mantener la biodiversidad de los ecosistemas agrícolas:
- Asociación de cultivos que permita crear una diversificación para mantener y atraer diferentes organismos beneficiosos para el ecosistema, por ejemplo, en los sistemas ganaderos, la implementación de sistemas silvopastoriles, que sean multifuncionales y generen una gran cantidad de beneficios al sistema.
- Disminuir el uso excesivo de productos sintéticos, utilizarlos sólo cuando sea necesario, pero no aplicarlos de forma rutinaria; Los fertilizantes se pueden elaborar con materia orgánica presente en las fincas, como estiércol de algunos animales o ciertos desechos vegetales.
Estos son solo algunos de los muchos argumentos que existen para encaminar la agricultura hacia el respeto a la naturaleza, en los últimos años algunos productores han adaptado algunas de estas estrategias por diversos motivos, algunos por el alto costo de los productos sintéticos, otros porque han observado los efectos del cambio climático y otros porque han sido educados y conocen los efectos negativos que trae la explotación excesiva de los recursos naturales y saben que los réditos económicos que tienen en sus fincas no son sostenibles en el tiempo porque están degradando la vida del suelo.
| Consideraciones finales |
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Estimados lectores, en conclusión, los sistemas agrícolas deben buscar la sostenibilidad, la cual se puede lograr cuando se potencia la biodiversidad del ecosistema, haciendo un manejo eficiente de sus componentes. En definitiva, debe haber un enfoque que permita la integración de los componentes que componen el sistema, donde se incremente el uso de recursos locales, y donde se inicie el reciclaje de nutrientes y la diversificación vegetal para mantener activa la biodiversidad funcional.
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