“Ser vegano no es natural.” Esta afirmación, cargada de juicios, se escucha con frecuencia en debates sobre alimentación. Pero, ¿qué significa realmente “natural”? ¿Es sinónimo de saludable, ético o necesario? Analicemos esta pregunta incómoda desde la ciencia, la historia y la lógica.
El dilema de lo ‘natural’.
La naturaleza es un concepto ambiguo. Muchos argumentan que consumir productos animales es parte de nuestra evolución, pero olvidan que nuestra dieta actual incluye alimentos procesados, modificados y cultivados, alejados de lo que se considera “natural”. Si comparamos, el veganismo, basado en alimentos integrales como frutas, verduras, legumbres y granos, podría considerarse más cercano a una alimentación natural.
La biología del ser humano.
Aunque los humanos pueden comer productos animales, nuestro sistema digestivo y dentadura son más similares a los de los herbívoros. Esto sugiere que podemos prosperar con una dieta basada en plantas, siempre que sea equilibrada y planificada correctamente.
Ética y sostenibilidad: un giro a lo ‘natural’
Además de la salud, el veganismo aborda la relación con el planeta y los animales. Lo que realmente distingue al veganismo no es si es “natural”, sino si es ético y sostenible. En un mundo donde la producción de carne contribuye significativamente al cambio climático, optar por plantas no solo es viable, sino necesario.
Conclusión
El veganismo no tiene que justificarse como natural para ser una elección válida. Es ético, sostenible y puede ser perfectamente saludable con una correcta planificación. Si estás pensando en adoptar este estilo de vida, acude a un nutricionista especializado para asegurar que tu transición sea balanceada.
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