Crónica de la formación de una tormenta. [ESP-ENG]

Normalmente vemos una tormenta (o nos acordamos de ella) cuando la tenemos encima de nuestras cabezas si estamos al aire libre o cuando sentimos el ruido incesante de la lluvia sobre el techo de nuestras casas, los vidrios de nuestras ventanas, el rumor del viento con la lluvia que golpea o el amenazador ruido de los truenos.

Sin embargo las tormentas no se forman de la nada. Hay todo un proceso del inicio al final que cambian todo el aspecto del cielo. Lo curioso es que pocas veces nos detenemos a observarlo con detenimiento para comprender su verdadera belleza. Como un proceso tan complejo puede formarse (y desaparecer) por completo, en pocas horas.

Me he tomado el trabajo de documentar una tormenta, desde los instantes en los cuales el cielo absolutamente azul no parece presagiar ningún cambio, hasta el preciso momento en que se desencadena la lluvia, a veces tranquila, otras veces torrencial.

Con todo el significado que ellas tienen: anheladas al principio, temidas durante su desarrollo. Se desea la lluvia, pero en la cantidad justa y con el ritmo justo, olvidándonos que en la naturaleza esos patrones de regularidad no existen.

Vivo en un país en el cual, tradicionalmente, la lluvia es bienvenida por el aspecto positivo que tiene en la economía del país especialmente en el sector agropecuario. Desde pequeño crecí viendo las nubes como presagios de tormenta y el efecto beneficio del agua de lluvia.

A veces ese anhelo se transforma en fuente de daños cuando el agua cae no solo copiosamente sino también con mucha violencia. Sin contar que a veces viene acompañada por las piedras (granizo) que destruyen cualquier tipo de cultivo provocando serias dificultades económicas y financieras en los pequeños productores agrícolas.

Sin embargo las distintas etapas en la formación de una tormenta son un verdadero espectáculo. Que comienza con un cielo absolutamente azul (especialmente en verano) cuando las corrientes de aire hacen que las nubes se desplacen rápidamente y, por lo tanto, el día se puede presentar con un cielo diáfano a primeras horas de la mañana, nublado a media mañana, con lluvias al mediodía y de nuevo un cielo absolutamente azul por la tarde.

Las nubes que van cubriendo el sol le van dando un aspecto en cierta manera surrealista, con un color que va del naranja al rojo atravesado por el gris de las nubes que se van oscureciendo poco a poco, y que de ahí en más serán el aspecto más sobresaliente de todo el firmamento. Son ellas las que anuncian y traerán la lluvia definitivamente.

Los colores van variando desde el celeste absoluto del cielo donde no se ve ninguna nube, hasta el gris plomizo oscuro final antes de que se desencadene la lluvia, pasando por toda una gama de colores intermedios.

La lluvia final es solo el corolario que no podido documentar como hubiera querido, pero de igual manera los prolegómenos de su formación están en todas las imágenes.

La naturaleza es sabia, amigos #blurtians y nos sorprende en cada momento de nuestras vidas.

¡Hasta la próxima!

Normally we see a storm (or we remember it) when we have it above our heads if we are outdoors or when we feel the incessant noise of the rain on the roof of our houses, the glass of our windows, the sound of the wind with the pounding rain or the menacing sound of thunder.

However, storms do not form out of nowhere. There is a whole process from the beginning to the end that changes the whole aspect of the sky.

The curious thing is that we rarely stop to observe it carefully to understand its true beauty. Because such a complex process can form (and disappear) completely, in a few hours.

I have taken the trouble to document a storm, from the moments in which the absolutely blue sky does not seem to herald any change, until the precise moment when the rain unleashes, sometimes calm, other times torrential.

With all the meaning that they have: longed for at the beginning, feared during their development. Rain is desired, but in the right amount and with the right rhythm, forgetting that in nature these regular patterns do not exist.

I live in a country where rain is traditionally welcomed because of the positive aspect it has on the country's economy, especially in the agricultural sector. Since I was little I grew up seeing clouds as omens of storms and the beneficial effect of rainwater.

Sometimes that longing becomes a source of damage when the water falls not only copiously but also with great violence. Not to mention that sometimes it is accompanied by stones (hail) that destroy any type of crop, causing serious economic and financial difficulties for small agricultural producers.

However, the different stages in the formation of a storm are a true spectacle. Which starts with an absolutely blue sky (especially in summer) when air currents cause the clouds to move quickly and therefore the day can present itself with a clear sky early in the morning, cloudy by mid-morning , with rain at noon and again an absolutely blue sky in the afternoon.

The clouds that are covering the sun are giving it a somewhat surreal aspect, with a color that goes from orange to red crossed by the gray of the clouds that are gradually darkening, and that from then on will be the appearance most outstanding of all the firmament. They are the ones who announce and will definitely bring the rain.

The colors vary from the absolute light blue of the sky where no clouds are visible, to the final dark leaden gray before the rain starts, passing through a whole range of intermediate colors.

The final rain is only the corollary that I could not document as I would have liked, but in the same way the prolegomena of its formation are in all the images.

Nature is wise, friends #blurtians and it surprises us at every moment of our lives.

Until next time!

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