Blackway, also known in some Latin American countries as Blackway (Go with Me), is a little gem of a modern western set in the Pacific Northwest of the USA, reminiscent at times of the style that has characterised the best of Quentin Tarantino's films for decades.
It is a film that concentrates only on the three main characters and the mission that each of them has to accomplish, stripping away any other secondary elements.
In a community between indifferent and hostile to any kind of investigation that could alter the routine of their lives, in which nobody seems to care about anyone else, with few words and a methodical plot that is woven with the human nature of each character, the film gradually focuses on its objective: to show that violence is always present in the nature of human beings. And that in this case it finds a natural environment such as autumn in the forests of the North American northwest to explode in all its violence.
The plot is set in a wooded town in the Pacific Northwest of the USA where the "most feared man in the whole area - an ex-sheriff named Blackway - seems to be the lord and master of the land and the people. No one dares to confront it. No one dares to even talk about him. Let alone criticise him. Nor even indicate where he lives.
And it is in this caustic and sober atmosphere that a trio of people decide to take revenge: a young woman who arrives in the village, an old man who has every reason to do so and the village idiot.
For this reason, when they start asking questions about the crominal, an omertá silence seems to surround all the inhabitants like a halo.
Not even the "village council of wise men" gathered in a sawmill helps them by giving them the address of where it is located. Yet they know it by heart.
Even the Indian community on the US-Canadian border has its reasons to be suspicious of the investigations and does not help them.
The idea of the trio is to find the mobster, maniac and murderer and bring him to his senses. Or, failing that, to eliminate him.
Its director Daniel Alfredson, who had already pleasantly surprised us with Skumtimmen a couple of years earlier, more precisely in 2013, proves that with few elements you can make a good film. Especially if you have an actor of the stature of Anthony Hopkins, still at the end of his career.
The Protector, or Blackway Go With Me as we want to call it, is above all a contemporary revenge story based on a very simple, almost Spartan adaptation of Castle Freeman Jr.'s book, where at times the real protagonist seems to be the landscape, the wooded trails of British Columbia and a climate of oppressive human relationships.
The film is part of the new wave of so-called "contemporary American realism", set in a rural, wild, mountainous, wooded USA, where human relationships, often distorted by drug and alcohol abuse, produce a mind-boggling mental and cultural obtuseness in its inhabitants.
Anthony Hopkin as Lester
Julia Stiles as Lillian
Alexander Ludwig as Nate
Ray Liotta as Blackway
Hal Holbrook as Whizzer
Lochlyn Munro as Murdoch
What Daniel Alfredson achieves with his first American film after finishing the (Swedish) Millennium trilogy at the cinema and then on TV, is in all respects a subdued western, a film set today that fully takes up the ethics and dry morality of Budd Boetticher's works. Two men and a woman whose fundamental characteristic is moral rectitude who decide to maintain a principle and to put themselves on the right side (some for the first time in their lives), faced with a mission and a threat that no one else wants to know about. There is essentially that combination of collective indifference and the awareness of a handful of individuals that forms the basis for this fast and dry film, which has no preliminaries or conclusions but is concentrated on the mission of the three.
As in the best non-intellectual westerns there are few words and many facts and it is the movement in a no man's land that does not seem to belong to men and to be indifferent to them that provides the right amount of autumnal epic. Furthermore, it is precisely the presence of a woman who does not have masculine traits but a feminine determination combined with the moral fiber necessary to not lower her head and it is precisely the feeling that violence is necessary because it belongs more to the places than to the men who inhabit them, to characterize Go with me as a little jewel. In the understatement with which Alfredson directs this film, capable of infecting even a big shot like Anthony Hopkins, there is the measure of the greatness of this little story of human resistance to the pettiness of a world photographed only with tones of blue, gray and overflowing with rain, snow and mud.
El Protector conocida también en algunos países de Hispanoamérica con el título de** Blackway (Go with Me)** es una pequeña joya de western moderno ambientada en el Pacífico noroeste de los EE. UU. que nos hace recordar por momentos ese estilo que caracterizó por décadas lo mejor del cine de Quentin Tarantino.
Es una película concentrada solo en los tres personajes principales y en la misión que cada uno de ellos debe cumplir, despojándose de cualquier otro elemento secundario.
En una comunidad entre indiferente y hostil a cualquier tipo de investigación que pueda alterar la rutina de sus vidas, en la que a nadie parece importarle nada de los demás, con pocas palabras y un argumento metódico que se va hilvanando con la naturaleza humana de cada personaje la película va centrando de a poco su objetivo: demostrar que la violencia está siempre presente en la naturaleza del ser humano. Y que en este caso encuentra un entorno natural como es el otoño en los bosques del noroeste norteamericano para explotar en toda su violencia.
La trama se desarrolla en un pueblo boscoso del Pacífico noroeste de los EE. UU. donde el "hombre más temido de toda la zona, un tal Blackway ex-sheriff- parece ser el dueño y señor del territorio y las personas. Nadie se atreve a enfrentarla. Nadie se atreve ni siquiera a hablar de él. Y mucho menos criticarlo. Ni siquiera indicar donde vive.
Y en ese ambiente cáustico y sobrio que un trio de personas decide vengarse: una joven que llega al pueblo, un anciano que tiene sobrados motivos para hacerlo y el tonto del pueblo.
Por ese motivo cuando comienzan a hacer preguntas sobre el crominal un silencio de omertá parece rodear como un halo a todos los habitantes.
Ni siquiera el "consejo de sabios del pueblo" reunido en un aserradero los ayuda suministrándoles la dirección de donde se encuentra. No obstante la conozcan de memoria.
Incluso la comunidad india situada en la frontera entre EE. UU. y Canadá tiene sus motivos para desconfiar de las investigaciones y no los ayuda.
La idea que se propone el trio es encontrar al mafioso, maniaco y asesino y hacerlo entrar en razón. O, caso contrario, eliminarlo.
Su director Daniel Alfredson que ya nos había soprendido gratamente con Skumtimmen un par de años antes, más precisamente en 2013, demuestra que con pocos elementos se puede hacer hacer un buen film. Especialmente si se cuenta con un actor de la talla de Anthony Hopkins, aún en la parte final de su carrera.
El Protector o Blackway Go With Me como quiéramos llamarla es, sobretodo, una historia de venganza contemporánea basada en una daptación muy simple, casi espartana, del libro de Castle Freeman Jr. donde, a veces, el verdadero protagonista parece ser el paisaje, los senderos boscosos de la Columbia Británica y un clima oprimente en las relaciones humanas.
La película hace parte de la nueva ola llamada "realismo contemporáneo norteamericano" caracterizado ambientado en un EE. UU. rural, selvaje, montañoso, boscoso, donde muchas veces las relaciones humanas desvtadas por el consumo de la droga y del alcohol producen en sus habitantes una alucinante obtusidad mental y cultural.
Anthony Hopkins como Lester
Julia Stiles como Lillian
Alexander Ludwig como Nate
Ray Liotta como Blackway
Hal Holbrook como Whizzer
Lochlyn Munro como Murdoch
Lo que Daniel Alfredson crea con su primera película americana después de terminar la trilogía (sueca) Millennium en el cine y luego en la televisión es, a todos los efectos, un western moderado, una película ambientada en la actualidad que refleja plenamente la ética y la moral seca de Budd Boetticher. obras. Dos hombres y una mujer cuya característica fundamental es la rectitud moral que deciden mantener un principio y ponerse del lado correcto (algunos por primera vez en sus vidas), ante una misión y una amenaza que nadie más quiere conocer. En esencia, existe esa combinación de indiferencia de la comunidad y conciencia de un puñado de individuos que forman la base de esta película rápida y seca, que no tiene preliminares ni colas sino que se concentra en la misión de los tres.
Como en los mejores westerns no intelectuales hay pocas palabras y muchos hechos y es moverse en una tierra de nadie que parece no pertenecer a los hombres y serles indiferente lo que proporciona la dosis justa de épica otoñal. Además, es precisamente la presencia de una mujer que no tiene rasgos masculinos sino una determinación femenina combinada con la fibra moral necesaria para no bajar la cabeza y es precisamente el sentimiento de que la violencia es necesaria porque pertenece más a los lugares que a los hombres que viven allí, para connotar Ve conmigo como una pequeña joya. En la moderación con la que Alfredson dirige esta película, capaz de contagiar incluso a un genio como Anthony Hopkins, está la medida de la grandeza de esta pequeña historia de resistencia humana a la mezquindad de un mundo fotografiado sólo con tonos azules, grises y desbordantes. de lluvia, nieve y barro
Sources consulted (my property) for the preparation of this article. Some paragraphs may be reproduced textually.
Fuentes consultadas (de mi propiedad) para la elaboración del presente artículo. Algunos párrafos pueden estar reproducidos textualmente.
Argentina Discovery. | |
---|---|
Galería Fotográfica de Argentina. | |
Viaggio in Argentina. | |
Patagonia Express. |