Do you like video games? Do you like having a brain that can do things?
Then this infographic is for you!
It turns out that video games do have an effect on your brain, and they don't just "turn it into mush."
As I'm sure many of you know firsthand, video games generate happiness in the genius lobe and then carry it over to the soul, or at least that's what it feels like.
This infographic from Online Universities goes a little deeper into the topic and addresses some of the other things involved besides the synthesis of pure happiness.
Either way, addiction can create problems.
People with gaming disorder often experience tolerance and withdrawal symptoms similar to those of substance dependence. Individuals build tolerance to gambling by betting more and more money to maintain a level of excitement, just as individuals build tolerance to alcohol and drugs by administering increasing doses of the substance to maintain a certain effect, whether a “high” or sedation. Individuals with gambling disorder also often experience irritability and anger when trying to cut down or quit gambling, and may experience a loss of control with a strong urge to gamble, regardless of the consequences.
A 2001 study concluded that the parts of the brain that respond to the anticipation and experience of winning and losing while gambling are similar to the response to the administration of euphoria-inducing drugs such as cocaine and morphine.1 In 2002, researchers studying the medial frontal cortex—the part of the brain that processes reward and punishment—determined that decisions made after a gambler lost were much riskier and more irrational than those made after winning. This behavior often results in further losses2, such as chasing (or trying to win back) a lost bet.
Although drugs, alcohol, tobacco, gambling, and many other objects can create addiction, contrary to traditional thinking, many in the medical and treatment community believe that the objects themselves are not the cause of addiction. Instead, the development of addiction to drugs, alcohol, tobacco, or gambling comes from one's mind, body, and experiences.3
This new way of looking at gambling addiction illustrates some compelling points:
Someone does not have to use a substance to become addicted.
Not everyone who uses an addictive substance or engages in addictive behavior develops disordered behavior (for example, not everyone who gambles becomes addicted to gambling).
Two people can engage in the same activity (underage gambling, for example), but the results are different: one may have a gambling problem and the other may not, because everyone's mind, body, and experiences are unique.
Many people believe that problem gambling is a moral weakness. In other words, people struggle with problem gambling because they lack the willpower or personal control to stop. In contrast, for many, gambling disorder requires treatment and is just as serious as a drug or alcohol addiction.
¿Te gustan los videojuegos ? ¿Te gusta tener un cerebro que pueda hacer cosas?
¡Entonces esta infografía es para ti!
Resulta que los videojuegos tienen un efecto en tu cerebro, y no lo “convierten en papilla”.
Como estoy seguro de que muchos de ustedes saben de primera mano, los videojuegos generan felicidad en el lóbulo de la genialidad y luego la trasladan al alma, o al menos eso es lo que se siente.
Esta infografía de Online Universities profundiza un poco más en el tema y aborda algunas de las otras cosas involucradas además de la síntesis de la felicidad pura.
De cualquier manera la adicción puede crear problemas.
Las personas con trastorno de juego suelen experimentar una tolerancia y un síndrome de abstinencia similares a los de la dependencia de sustancias. Los individuos crean tolerancia al juego apostando cada vez más dinero para mantener un nivel de emoción, al igual que los individuos crean tolerancia al alcohol y a las drogas administrando dosis crecientes de la sustancia para mantener un determinado efecto, ya sea un «subidón» o una sedación. Las personas con trastorno de juego también suelen experimentar irritabilidad y enfado cuando intentan reducir o abandonar el juego, y pueden experimentar una pérdida de control con un fuerte impulso de jugar, sin importar las consecuencias.
Un estudio de 2001 concluyó que las partes del cerebro que responden a la anticipación y a la experiencia de ganar y perder mientras se juega son similares a la respuesta de la administración de drogas que inducen la euforia, como la cocaína y la morfina.1 En 2002, unos investigadores que estudiaban el córtex frontal medial -la parte del cerebro que procesa la recompensa y el castigo- determinaron que las decisiones tomadas después de que un jugador perdiera eran mucho más arriesgadas e irracionales que las tomadas después de ganar. Este comportamiento a menudo se traduce en máspérdidas2 , como perseguir (o intentar recuperar) una apuesta perdida.
Aunque las drogas, el alcohol, el tabaco, el juego y muchos otros objetos pueden crear adicción, en contra del pensamiento tradicional, muchos miembros de la comunidad médica y de tratamiento creen que los objetos en sí no son la causa de la adicción. En cambio, el desarrollo de la adicción a las drogas, el alcohol, el tabaco o el juego proviene de la mente, el cuerpo y las experiencias de cada uno.3
Esta nueva forma de ver la adicción al juego ilustra algunos puntos concluyentes:
No es necesario que alguien consuma una sustancia para convertirse en adicto.
No todas las personas que consumen una sustancia adictiva o participan en una conducta adictiva desarrollan una conducta desordenada (por ejemplo, no todas las personas que juegan se vuelven adictas al juego).
Dos personas pueden participar en la misma actividad (juego de menores, por ejemplo), pero los resultados son diferentes: una puede tener un problema de juego y la otra no, porque la mente, el cuerpo y las experiencias de cada uno son únicas.
Muchas personas creen que la ludopatía es una debilidad moral. En otras palabras, las personas luchan contra el juego problemático porque carecen de fuerza de voluntad o de control personal para dejarlo. Por el contrario, para muchos, el trastorno del juego requiere tratamiento y es tan grave como una adicción a las drogas o al alcohol.