Hoy realicé el recorrido a mi jardín, como todos los días, solo que en compañía de mi nieto Rubén Rayniero Rahid, quien desde muy temprano estaba despierto. Él estaba pendiente de ver mariposas y de encontrar algún mango en el suelo. Logró su cometido, encontró el mango, lo lavamos y se dedicó a degustarlo. Aproveché para tomar fotografías a varias plantas y cuando estaba mirando cómo evolucionaban los frutos de mi planta de Cacao, pude observar que ya estaba maduro, listo para cosechar. Esa planta tiene una hermosa historia de amor conmigo. Me fue entregada en un vaso cuando sólo era un embrión en proceso de germinación. Desde que llegó a casa, estuvo primero en vigilancia absoluta para procurar agua y temperatura adecuada. Luego de muchos días ya lograda la germinación, se resguardó para asegurar su desarrollo. Luego fue trasplantada. Cuidados por muchos días y finalmente se sembró. Ya a tres años de su siembra, un sano y hermoso fruto voy a cosechar para procesarlo y lograr reproducir muchas plantas y además obtener una buena cantidad de cacao para degustar.