Hoy salí muy temprano de mi casa con el objetivo de acompañar a mi hija María de los Ángeles, al Norte de la ciudad, a entregar una documentación de orden legal. Llegamos en buseta hasta un sitio y luego nos fuimos caminando. En el recorrido íbamos conversando porque hemos estado en presencia de días harto complejos. Sin embargo, jamás vamos a perder el optimismo. Puedo decirles que mientras caminaba iba pensando en todo lo que hemos podido resolver hasta el momento. Cual fue mi sorpresa que frente a mis ojos estaba un hermoso Araguaney en flor. Mirarlo para mí fue una bendición y de inmediato lo asumí como una buena nueva. Por cierto, después de realizar los trámites legales hicimos una cantidad de diligencias y puedo ratificar que fue una extraordinaria conexión la de esta mañana. Todo fluyó favorablemente durante el día.