Throughout our existence, we dedicate a vast amount of time to attaining the very objectives highlighted by Jesus in this passage. We strive to find a place that we can truly call our own, a group of loved ones to share moments of joy and laughter with, and a profession that imbues our life with significance and vitality. These objectives are regarded as being highly commendable and noble, and therefore, their significance or worth is seldom challenged.
In Matthew 19, Jesus offers a reward of one hundred times the sacrifice made by those who have given up everything. This raises questions about the nature of this reward.
Jesus imparts a vital lesson on committed discipleship in this verse - the peril of erroneous affection towards virtuous objects.
The Bible does not condemn the pursuit of a home, family, or career; instead, it recognizes them as wonderful blessings that God has bestowed upon us to show us His love and concern. Nonetheless, it's an ongoing challenge to not let these valuable gifts become the primary source of our significance, worth and purpose.
By urging us to abandon them in exchange for everlasting life, Jesus was speaking out against these things.
The pursuit of a rewarding profession or an idyllic household can become an obsession which drives our daily actions and dominates our nocturnal musings. Even if we don't verbalize it, our choices reflect the realization that our sense of self and value hinge on our level of achievement in these endeavors. If both family and career are progressing swimmingly, we experience fulfillment and appreciation.
When we encounter difficult situations either in our personal lives or in our professional careers, it's easy to fall into the trap of thinking that we are inadequate or lacking in some way.
To lead a life of complete dedication to Jesus, he calls upon us. This necessitates that we offer up every aspect of our lives to his kingdom goals. Our decisions and wishes must be judged against his ideals, rather than our own. We must develop the ability to judge in line with his value system.
To make righteous choices, one must be willing to ask challenging questions. Before buying a new house, ask yourself if it is for self-gratification or if it can benefit others. When making career decisions, consider if it will allow you to utilize your skills for the good of God's kingdom or if it will only provide financial security.
Asking inquiries regarding our professional and personal lives can educate us on how to appropriately accept and utilize God's blessings for the sake of his honor!
A lo largo de nuestra existencia, dedicamos una gran cantidad de tiempo a alcanzar los mismos objetivos destacados por Jesús en este pasaje. Nos esforzamos por encontrar un lugar que verdaderamente podamos llamar nuestro, un grupo de seres queridos con quienes compartir momentos de alegría y risas, y una profesión que imbuya nuestra vida de significado y vitalidad. Estos objetivos se consideran muy encomiables y nobles y, por lo tanto, rara vez se cuestiona su importancia o valor.
En Mateo 19, Jesús ofrece una recompensa de cien veces el sacrificio hecho por aquellos que lo han dejado todo. Esto plantea interrogantes sobre la naturaleza de esta recompensa.
Jesús imparte una lección vital sobre el discipulado comprometido en este versículo: el peligro del afecto erróneo hacia los objetos virtuosos.
La Biblia no condena la búsqueda de un hogar, una familia o una carrera; en cambio, las reconoce como maravillosas bendiciones que Dios nos ha otorgado para mostrarnos su amor y preocupación. No obstante, es un desafío constante no permitir que estos valiosos obsequios se conviertan en la fuente principal de nuestro significado, valor y propósito.
Al instarnos a abandonarlos a cambio de la vida eterna, Jesús estaba hablando en contra de estas cosas.
La búsqueda de una profesión gratificante o de un hogar idílico puede convertirse en una obsesión que guía nuestras acciones diarias y domina nuestras cavilaciones nocturnas. Incluso si no lo verbalizamos, nuestras elecciones reflejan la comprensión de que nuestro sentido de identidad y valor dependen de nuestro nivel de logro en estos esfuerzos. Si tanto la familia como la carrera progresan a la perfección, experimentamos satisfacción y aprecio.
Cuando nos encontramos con situaciones difíciles, ya sea en nuestra vida personal o en nuestra carrera profesional, es fácil caer en la trampa de pensar que somos inadecuados o que nos falta algo.
Para llevar una vida de entrega total a Jesús, él nos llama. Esto requiere que ofrezcamos todos los aspectos de nuestras vidas a las metas de su reino. Nuestras decisiones y deseos deben ser juzgados contra sus ideales, en lugar de los nuestros. Debemos desarrollar la capacidad de juzgar de acuerdo con su sistema de valores.
Para tomar decisiones correctas, uno debe estar dispuesto a hacer preguntas desafiantes. Antes de comprar una casa nueva, pregúntese si es para gratificación propia o si puede beneficiar a otros. Al tomar decisiones profesionales, considere si le permitirá utilizar sus habilidades para el bien del reino de Dios o si solo le brindará seguridad financiera.
¡Hacer preguntas sobre nuestra vida profesional y personal puede educarnos sobre cómo aceptar y utilizar apropiadamente las bendiciones de Dios por el bien de su honor!