A person who has achieved success through their own efforts is very different from someone who has been blessed with divine grace. The former may turn to God only in times of crisis, while the latter continuously relies on God for all their needs. The self-made person may find it difficult to acknowledge that their accomplishments are thanks to God, but the grace-filled person never forgets to give Christ credit for their success.
Modest souls excel in the presence of grace.
Additionally, a person who embodies grace does not decrease their efforts, but rather increases them. Grace imbues a sense of appreciation that drives conscientiousness and determination. The individuals who are motivated by God's grace work tirelessly with the intention of pleasing the Divine alone, rather than seeking approval from earthly authority figures. This is not to say that they are neglectful of their obligations; rather, they hold themselves to a higher standard that cannot be influenced by mere mortal expectations. Therefore, our strenuous work ethic is a direct consequence of the grace that is instilled within us by God.
Are you able to reflect grace in both your professional and personal lives? If this is the case, then you possess an alluring beauty that captivates those who lay their eyes on you.
Our existence is meaningless without the Lord's gracious intervention. Though we accumulate wealth, it holds no significance without the grace of the Almighty. Our demonstration of gracious speech and humility indicates our reliance on His grace. We affirm the worth of others as individuals with aspirations, ambitions and apprehensions, rather than using them solely for financial gain.
Individuals who possess grace interact with others through kindness instead of arrogant passivity.
Put forth diligent effort towards a divine purpose. Recognize that the magnitude of blessings bestowed upon you directly correlates to the necessity for heightened grace. Our ability to receive grace is expanded through Christ, as we give acknowledgement to His favor. The miraculous power of grace begins at the point of redemption and continues to flourish with the practice of humble faith and gratitude. It is through God's grace that we are made whole; it is not something we can accomplish through our own efforts.
Your existence and achievements are owed to the Creator. As the hymn goes, it was Grace that has protected us this far and will continue to guide us to our final destination.
Una persona que ha logrado el éxito por su propio esfuerzo es muy diferente de alguien que ha sido bendecido con la gracia divina. Los primeros pueden volverse a Dios solo en tiempos de crisis, mientras que los segundos dependen continuamente de Dios para todas sus necesidades. A la persona que se hizo a sí misma le puede resultar difícil reconocer que sus logros son gracias a Dios, pero la persona llena de gracia nunca se olvida de darle crédito a Cristo por su éxito.
Las almas modestas sobresalen en la presencia de la gracia.
Además, una persona que encarna la gracia no disminuye sus esfuerzos, sino que los aumenta. La gracia imbuye un sentido de aprecio que impulsa la conciencia y la determinación. Las personas que están motivadas por la gracia de Dios trabajan incansablemente con la intención de complacer solo a Dios, en lugar de buscar la aprobación de las figuras de autoridad terrenales. Esto no quiere decir que sean negligentes con sus obligaciones; más bien, se mantienen a sí mismos en un estándar más alto que no puede ser influenciado por meras expectativas mortales. Por lo tanto, nuestra ética de trabajo extenuante es una consecuencia directa de la gracia que Dios nos infunde.
¿Eres capaz de reflejar la gracia tanto en tu vida profesional como personal? Si este es el caso, entonces posees una belleza seductora que cautiva a quienes te miran.
Nuestra existencia no tiene sentido sin la intervención misericordiosa del Señor. Aunque acumulamos riqueza, no tiene significado sin la gracia del Todopoderoso. Nuestra demostración de hablar con gracia y humildad indica nuestra confianza en Su gracia. Afirmamos el valor de los demás como individuos con aspiraciones, ambiciones y aprensiones, en lugar de usarlos únicamente para obtener ganancias financieras.
Las personas que poseen gracia interactúan con los demás a través de la amabilidad en lugar de la pasividad arrogante.
Haz un esfuerzo diligente hacia un propósito divino. Reconoce que la magnitud de las bendiciones que se te otorgan se correlaciona directamente con la necesidad de una mayor gracia. Nuestra capacidad de recibir gracia se expande a través de Cristo, al dar reconocimiento a Su favor. El poder milagroso de la gracia comienza en el momento de la redención y continúa floreciendo con la práctica de la fe humilde y la gratitud. Es a través de la gracia de Dios que somos hechos completos; no es algo que podamos lograr a través de nuestros propios esfuerzos.
Tu existencia y logros se deben al Creador. Como dice el himno, fue Grace quien nos ha protegido hasta ahora y continuará guiándonos hasta nuestro destino final.