The Lord never forgets His people. While they are away from home serving in a faraway country, he does not forget about them. He is aware of their valiant fight against health concerns. He supports them in their struggle against sin and the devil. He is aware of their unsettling doubts without forgetting them. He is aware of their sense of helplessness and does not ignore them. Despite their newfound celebrity, he doesn't forget about them. As a loving mother holds her baby, so does our heavenly Father tend to us.
Our God, who is omniscient, never forgets us, unlike our mortal intellect. We often forget who we are, but our devoted Lord always serves as a reminder that we are His priceless children. Even if we are directed by His astute Spirit, we may lose track of where we are even though our omnipresent Savior is there to remind us. Our merciful heavenly Father grants us the grace to forgive even though we neglect to do so. By having faith, we can trust that Christ's love will find us even when we feel abandoned and comfort us. Those who invoke His name are never forgotten.
We may forget to call someone back, but Christ never forgets to speak to us in private prayer during a time of pain, in the exquisite beauty of His creation, or in His love letter, the Bible. While we could neglect to pay a debt and be penalized, Jesus never misses making up for our sin with His grace. The Almighty's integrity is unquestionable, but we could forget a promise we made and damage our credibility as a result. The fact that our Master Jesus is remembered gives us peace of mind. He never forgets those who the Lord accepts into His Kingdom.
Do you feel abandoned? Have you lost faith as a result of being alone? If so, keep trying and let persistence finish the job. Andy Stanley once said, "Spiritual development is judged by steadfast faith, not by perfect performance.” Since we are all works in progress, we have faith that Christ will finish recording the story of His love and grace in our hearts. Yes, keep going, especially when people fall behind on their obligations. God is dependable. Those who are enduring spiritual exile are the ones the Lord longs to bring into the promised country of His presence. Even if He may seem quiet at the moment, remember His faithfulness. Our heavenly Father loves us and hasn't forgotten about us. He can recall!
El Señor nunca se olvida de Su pueblo. Mientras están fuera de casa sirviendo en un país lejano, él no se olvida de ellos. Él es consciente de su valiente lucha contra los problemas de salud. Él los apoya en su lucha contra el pecado y el demonio. Es consciente de sus dudas inquietantes sin olvidarlas. Es consciente de su sensación de impotencia y no los ignora. A pesar de su nueva celebridad, no se olvida de ellos. Así como una madre amorosa sostiene a su bebé, así nos atiende nuestro Padre celestial.
Nuestro Dios, que es omnisciente, nunca nos olvida, a diferencia de nuestro intelecto mortal. A menudo olvidamos quiénes somos, pero nuestro devoto Señor siempre sirve como un recordatorio de que somos Sus hijos invaluables. Incluso si somos dirigidos por Su Espíritu astuto, podemos perder la noción de dónde estamos, aunque nuestro Salvador omnipresente esté allí para recordárnoslo. Nuestro misericordioso Padre celestial nos concede la gracia de perdonar aunque no lo hagamos. Al tener fe, podemos confiar en que el amor de Cristo nos encontrará incluso cuando nos sintamos abandonados y nos consuele. Aquellos que invocan Su nombre nunca son olvidados.
Podemos olvidar llamar a alguien, pero Cristo nunca se olvida de hablarnos en oración privada durante un momento de dolor, en la exquisita belleza de Su creación, o en Su carta de amor, la Biblia. Si bien podemos descuidar el pago de una deuda y ser penalizados, Jesús nunca deja de compensar nuestro pecado con Su gracia. La integridad del Todopoderoso es incuestionable, pero podríamos olvidar una promesa que hicimos y dañar nuestra credibilidad como resultado. El hecho de que se recuerde a nuestro Maestro Jesús nos da tranquilidad. Él nunca olvida a aquellos que el Señor acepta en Su Reino.
¿Te sientes abandonado? ¿Has perdido la fe como resultado de estar solo? Si es así, sigue intentándolo y deja que la persistencia termine el trabajo. Andy Stanley dijo una vez: "El desarrollo espiritual se juzga por una fe firme, no por un desempeño perfecto". Ya que todos somos obras en progreso, tenemos fe en que Cristo terminará de grabar la historia de su amor y gracia en nuestros corazones. Sí, sigue adelante, especialmente cuando las personas se atrasan en sus obligaciones. Dios es confiable. Aquellos que son perseverantes espirituales el exilio son los que el Señor anhela traer a la tierra prometida de su presencia. Aunque parezca tranquilo en este momento, recuerda su fidelidad. Nuestro Padre celestial nos ama y no se ha olvidado de nosotros. ¡Él puede recordar!