When I was a resident physician I could never eat the last meal, there was always an emergency and between stabilizing the patient and filling out the history I would miss dinner time. And if the patient had to undergo surgery due to trauma, it would take longer to eat something. I would lose my hunger and that's how I spent a year while I was working in the hospital.
I remember that there was a lady named Susana who worked in the kitchen area and after I finished my work she would take me a milky juice or a chamomile tea before going to bed and I remember she would say to me:
-Doctor you didn't make the last meal but with this you will be able to fall asleep. On several occasions he would even take me a glass of hot milk so that I could rest better.
All those years I was working at the hospital I always had a very good breakfast, I ate a lot of cereals, fruits and my good breakfast with proteins and carbohydrates. When it was time for lunch I did the same thing, my good portion of proteins, few carbohydrates and lots of salads. I didn't mind having dinner, just something light. A doctor's life is very demanding and we have to be very organized when it comes to eating. I always had something to snack on during the shift and I never missed a snack.
Versión Español
Cuando estaba como médico residente nunca podía comer la última comida, siempre aparecía una emergencia y entre estabilizar al paciente y llenar la historia se me pasaba la hora de la cena. Y si había que operar al paciente por algún traumatismo se alargaba más el ingerir algún alimento. Se me quitaba el hambre y así pase un año mientras estuve trabajando en el hospital.
Recuerdo que había una señora llamada Susana que trabajaba en el área de la cocina y después que terminaba mis labores me llevaba un jugo de lechosa o un té de manzanilla antes de dormir recuerdo que me decía:
-doctor no hizo la última comida pero con esto podrá conciliar el sueño. En varias oportunidades hasta un vaso de leche caliente me llevaba para que pudiera descansar mejor.
Todos esos años que estuve trabajando en el hospital siempre desayunaba muy bien comía muchos cereales, frutas y mi buen desayuno con proteínas y carbohidratos. Cuando me tocaba la hora del almuerzo hacia lo mismo mi buena porción de proteínas poco carbohidratos y muchas ensaladas. No me importaba cenar sino tomar algo liviano. La vida del médico es muy sacrificada y tenemos que ser muy organizados en cuanto a la alimentación. Siempre tenía algo que picar durante la guardia la merienda no me faltaba.