When I started my postgraduate studies in traumatology, I remember I was in Spain. In that country I did my specialization. All the information from the classes was recorded on a memory stick. I always carried it on my chest hanging with a blue ribbon. I took care of it because I had collected a lot of information from my graduate studies there. It had 16 gb of memory. I used to lend it to my classmate Ezequiel. I always told him to take care of it like his own life.
One day I lost the memory stick that here in my country Venezuela we know it as pendrive is the most common name we use. The truth was that I did not remember where I had left it. I started my search and it was useless. I searched everywhere and searched and searched and searched. I remember that in the house where I was staying there was a seven year old boy, he was very extroverted, curious and very talkative. One day he came into my room and asked me: "What are you looking for? because he saw me throw all the clothes in the closet downstairs. I answered him: -I lost a device called a memory stick and it is very important to me. I googled the memory stick and showed it to him.
I asked him: "Have you seen it? He immediately replied: "I have one just like it, I found it lying in the kitchen. I grabbed it and put it in my closet with the game. He ran out to look for it and showed it to me. It was indeed my flash drive. The boy Julian handed it to me and said: "Keep it safe because if you lose it again I might not find it. What I did was to laugh ha, ha, ha, ha, ha, ha.
Cuando comencé hacer mi postgrado en traumatología recuerdo que estaba en España. En ese país hice mi especialización. Toda la información de las clases la grababa en un lápiz de memoria. Siempre lo llevaba en mi pecho colgado con una cinta de color azul. Lo cuidaba demás allí tenía recogido mucha información de mi postgrado. Tenía 16 gb de memoria. Se lo prestaba a mi compañero de estudios Ezequiel. Siempre le hacía la salvedad que lo cuidara como su vida misma.
Un día se me extravió el lápiz de memoria que aquí en mi país Venezuela lo conocemos como pendrive es el nombre más común que utilizamos. Lo cierto fue que no recordaba donde lo había dejado. Comence mi busqueda y fue inútil. Busque por todas partes no descansaba de buscar y buscar. Recuerdo que en la casa donde me hospedaba había un niño de siete años, era muy extrovertido, curioso y muy conversador. Un día entró a mi habitación y me preguntó: -qué andas buscando? porque me vio echar toda la ropa del closet abajo. Le respondí: -se me perdió un aparato llamado lápiz de memoria y es muy importante para mi. Le busqué la figura en google del lápiz de memoria y se lo mostré.
Le pregunté: - Lo habrás visto?. Enseguida me respondió: -Tengo uno igual que ese, lo encontré tirado en la cocina. Lo agarré y lo guarde en mi closet y con el juego. Salió corriendo a buscarlo y me lo mostró. Efectivamente era mi pendrive. El niño Julián me lo entrego y me dijo: -guárdalo bien porque si lo vuelves a perder puede que yo no lo encuentre. Lo que hice fue soltar una carcajada ja, ja, ja, ja.
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