¿Te acuerdas, Jenny? Microrrelato real.

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¿Te acuerdas, Jenny?

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Te conocí un mes de septiembre de la década de 1990, cuando se realizaba un festival infantil en tu población, y estabas en el comité de recepción.

Te vi tan bella, amable y gentil, que de las más de 20 anfitrionas que había destacadas en esa asignación, fuiste la que más me llamó la atención.

Desde entonces comencé a tratar de conocerte más aún y, aunque era complejo concertar una cita en privado, solo nos limitamos a charlar de manera ocasional.

¿Coincidencia? Muchos de tus gustos e inclinaciones eran los mismos que yo tenía: te agradaba cantar, tocar el cuatro, chistar y, en lo que no coincidimos fue en tu sazón para cocinar.

En esos tiempos apenas si los teléfonos CANTV estaban en servicio, y cuando regresé a mi pueblo, nos llamábamos todos los días.

Fue una atracción linda, de esas que están hechas para que dos seres compartan una belleza única.

¡Y la primera quincena de ese diciembre fue nuestro primer encuentro! Noche hermosa, de luces navideñas, de cantos, de simpatía, y de mucho amor entre ambos.

Desde entonces no dejamos de comunicarnos en una absorbente relación acordada.

Ese éxtasis en el alma, esa sensación de linda fantasía, y esa entrega a solo sentirme bien cuando estaba conmigo, cada día eran mayores.

Pero las presiones familiares comenzaron a surtir efecto, y apenas dos meses duró el romance más bonito de mi vida.

Yo sabía que era un amor que no se sostendría por diversos motivos, pero cada vez que llega diciembre, convierto ese mes en una referencia sentimental de mi vida feliz.

Y mi pregunta es: ¿Te acuerdas, Jenny?

Espero que tengas unos días navideños llenos de alegrías y satisfacciones en tu hogar y familia.