Apexs [SPA/ENG]

in blurtstory •  3 years ago 


Image by Bruno /Germany from Pixabay

El silencio reinaba en la pradera. Una brisa fresca corría entre los matorrales y juncos, susurrando entre sus orejas puntiagudas. La tierra bajo sus patas estaba cálida. Hank se escabulló entre las gramíneas y se echó de espalda sobre el suelo. Disfrutaba sentir como los terrones se filtraban entre su pelaje. Nada como echarse un baño de tierra para ocultar su esencia.

Satisfecho, sacudió todo su cuerpo y echó una mirada a su compañero.

Tom se detuvo a olfatear el aire frío. Sus poderosas fosas nasales podían detectar a una milla de distancia cualquier presa.

Un glotón no estaba muy lejos, un pequeño conejo y unos roedores; había otros depredadores en el área pero nada de qué preocuparse.

“La luna está hermosa esta noche”, soltó devolviendo la mirada a su compañero

Una hilera de dientes correspondió su frase

Era una noche tranquila, el claror de la luna era testigo de ambas metamorfosis, incrementando sus anhelos por satisfacer su apetito y ser uno con la naturaleza.

“Nada como la claridad de la luna llena para hacer hervir mi deseo de hincar mis colmillos en la carne fresca”, señaló Hank lamiendo sus fauces una y otra vez.

Era agradable cazar en pareja.

Un olor más dulce atrajo la atención de Hank, quizás era la deliciosa carne de un cerdo, olfateó de nuevo para asegurarse. Era más dulce que un cerdo, su olor era más delicado y tierno.

Por un momento, Tom, pensó que podría pasar desapercibido, pero a Hank no se le había escapado.

“Detente,” advirtió Tom de improvisto, anteponiéndose a los impulsos de Hank

Hank hizo caso omiso a las advertencias de Tom y salió como bala tras su presa. Su sombra zigzagueó con gracia entre los matorrales, sus pasos ligeros esquivaron los arbustos y las hojas secas del camino y sin hacer ruido se detuvo a pocos metros de su objetivo para evaluar la situación.

Allí estaba, su presa era una joven inocente, aparentaba tener no más de 15 años de edad. Hipnotizada por el dispositivo que tenía entre sus manos deambulaba distraída. Sus piernas desnudas despedían una ambrosía de fragancias que hacía difícil el contenerse. No había más humanos junto a ella, la oportunidad era perfecta.

Su boca se hacía agua

“Sabes que no debemos comer humanos”, susurró Tom en la oreja de Hank

Hank no dejaba de sorprenderse por Tom y su capacidad de pasar desapercibido. Sus presas jamás lo oían llegar hasta que ya era tarde.

“Nadie la echará de menos”, reprochó Hank

“¿Qué hace en medio de la noche una joven sola?”

“Lo más probable que un puma u otro depredador de con ella”

“Y entonces habremos perdido la oportunidad de probar lo jugosa que es su carne”

Hank se saboreaba una y otra vez al imaginar lo tierna que sería su carne, sin embargo, poco tardó en sentir los ojos de Tom clavados en su nuca.

“Somos depredadores Ápex”, enfatizó defendiéndose.

“Estamos por encima de la cadena alimenticia, no tenemos comparación. Somos más rápidos, más fuertes, más veloces. Ellos son nuestro alimento también”

Tom seguía sin decir nada

“¡Con un demonio!”, bramó Hank

“Tu ganas”, señaló Hank; soltó el aire de sus pulmones dándose por vencido, “mañana iré a visitar a la vieja que vive en lo profundo del bosque, estoy seguro que nadie la echará de menos. Sé que no será tan apetitosa como esta criaturita, pero conoces el dicho Tom”

Hizo una pausa y su gran hocico dibujó una sonrisa

“Gallina vieja siempre da buen caldo,” rio por lo bajo

Tom ladeó su cabeza y lo miró ceñudo

“Me refiero a la abuela de la chica de la capucha roja”

Tom levantó sus cejas

“Solo se precavido”, advirtió

“Le estaré haciendo un favor a su patética existencia”, respondió devolviendo una sonrisa llena de dientes puntiagudos.

“Iré por el glotón,” soltó de mala gana antes de desaparecer entre los matorrales nuevamente.

[...]

La chica inocentemente seguía hojeando su Smartphone

“Buen intento, agente Van Helsing”, respondió la voz profunda de Tom desde la seguridad de las sombras

“Tu cuida de los tuyos que yo cuidaré de los míos”, respondió una chica no tan inocente.

Hasta la próxima.



Silence reigned in the meadow. A cool breeze ran through the bushes and reeds, rustling between their pointed ears. The ground beneath their paws was warm. Hank slipped through the grass and lay on his back on the ground. He enjoyed feeling the clods of dirt seep through his fur. Nothing like taking a dirt bath to hide his scent.

Satisfied, he shook his whole body and glanced at his companion.

Tom paused to sniff the cold air. His powerful nostrils could detect any prey from a mile away.

A wolverine wasn't far behind, a small rabbit and some rodents too; there were other predators in the area but nothing to worry about.

"The moon is beautiful tonight," he blurted out returning his gaze to his companion.

A row of teeth reciprocated his sentence

It was a calm night, the moon's clarity witnessed both metamorphoses, increasing their cravings to satisfy their appetite and be one with nature.

"Nothing like the clarity of the full moon to bring my desire to sink my fangs into fresh meat to a boil," Hank noted, licking his maw over and over again.

It was nice to hunt in pairs.

A sweeter smell caught Hank's attention, perhaps it was the delicious meat of a pig, he sniffed again to make sure. It was sweeter than a pig, its smell was more delicate and tender.

For a moment, Tom thought it might go unnoticed, but Hank hadn't missed it.

"Stop," Tom warned offhand, overriding Hank's impulses.

Hank ignored Tom's warnings and took off like a bullet after his prey. His shadow zigzagged gracefully through the brush, his light footsteps dodged the bushes and dry leaves on the path and without a sound, he stopped a few feet from his target to assess the situation.

There she was, her prey was an innocent young girl, she appeared to be no more than 15 years old. Mesmerized by the device in her hands, she wandered distractedly. Her bare legs gave off ambrosia of fragrances that made it difficult to contain himself. There were no other humans besides her, the opportunity was perfect.

His mouth was watering

"You know we're not supposed to eat humans," Tom whispered in Hank's ear.

Hank never ceased to be amazed by Tom and his ability to go unnoticed. His prey would never hear him coming until it was too late.

"No one will miss her," Hank reproached.

"What's a young woman doing in the middle of the night alone?"

"Most likely a mountain lion or other predator will get her."

"And then we'll have missed our chance to taste how juicy her flesh is."

Hank savored again and again as he imagined how tender her meat would be, however, it wasn't long before he felt Tom's eyes drilling into the back of his neck.

"We are Apex predators," he emphasized defensively.

"We're above the food chain, we're unmatched. We're faster, stronger, quicker. They are our food too."

Tom was still saying nothing

"Damn it!" yelled Hank.

"You win," Hank pointed out; he let the air out of his lungs giving up, "tomorrow I'll go visit the old woman who lives deep in the woods, I'm sure no one will miss her. I know she won't be as appetizing as this little creature, but you know the saying, Tom"

He paused and his big snout drew a smile.

"Old hen always makes good broth," he chuckled under his breath.

Tom tilted his head and furrowed brow

"I mean the grandmother of the girl in the red hood."

Tom raised his eyebrows

"Just be cautious," he warned.

"I'll be doing her pathetic existence a favor" Hank replied, returning a smile full of pointy teeth.

"I'll go get the wolverine," he blurted out reluctantly before disappearing into the bushes again.

[...]

The girl innocently kept flipping through her smartphone.

"Nice try, Agent Van Helsing," Tom's deep voice replied from the safety of the shadows.

"You take care of yours, I'll take care of mine," replied a not-so-innocent girl.

See you next time...

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